Anabel Fernández Sagasti, senadora nacional por Mendoza, es una de las impulsoras del proyecto que presentó este lunes Alberto Fernández para intervenir la empresa santafesina Vicentin.
«La nueva Argentina tiene que construir un modelo de empresarios que no tienda a abusarse de gobiernos o Estados bobos y eso es lo que pasó con Vicentin», dijo Fernández Sagasti en diálogo con Radio 10.

La compañía, dedicada a la venta de granos y otras actividades agropecuarias, entró en concurso de acreedores y ahora el Estado argentino anunció su intervención. “Creo que Vicentín en manos de YPF AGRO nos va a permitir desarrollar un nuevo proyecto agroalimentario para nuestro país. Hemos empezado un camino para que el Estado cuide de otra manera también el bolsillo de los argentinos”, dijo la legisladora este martes. «Creo que la nueva Argentina tiene que construir también un modelo de empresarios que no tiendan a hacer, con el dinero del Estado, cuestiones que nada tienen que ver con la producción en la Argentina», agregó en declaraciones radiales.

En ese sentido, Sagasti planteó: «Hay muchos sectores que estaban hablando de esta posibilidad. Le comenté al presidente Fernández que estaba estudiando mucho la situación de la empresa y el me contactó con el ministro Kulfas para comenzar a trabajar en conjunto».
«El Estado Nacional está ayudando en diferentes maneras a las empresas, a las pymes y a los trabajadores y trabajadoras. El tema de Vicentín es excepcional, ya que repercute no sólo en Santa Fe, sino en toda la Argentina», agregó.
Por último, Sagasti remarcó: «Entendimos que teníamos que rescatar esta empresa que es muy importante y que estaba a punto de la quiebra. Es una empresa testigo y hay mucha expectativa respecto de lo que se puede hacer con esto, con una mirada estratégica».

El 10 de febrero pasado, la empresa Vicentin, una de las principales compañías agroexportadoras de la Argentina, solicitó la apertura de su concurso preventivo de acreedores, tras la cesación de pagos en la que cayó en diciembre, cuando no pudo hacer frente a deudas con proveedores por u$s350 millones.
En total, la deuda de Vicentin asciende a u$s1.350 millones, de los cuales unos u$s1.000 millones son con los bancos y otros u$s350 millones con empresas del sector agrícola.
El director del Banco Nación, Claudio Lozano, viene denunciando la deuda de Vicentin con la entidad por la supuesta cercanía del Gobierno de Mauricio Macri con los titulares del grupo, Alberto Padoan y Gustavo Nardelli, lo que habría permitido llegar a ese nivel de deuda.
Del otro lado, el grupo Vicentin fue el principal aportante de la campaña del ex presidente a través de tres empresas, Algodonera Avellaneda, FRIAR S.A y Oleaginosa San Lorenzo. Cada una volcó $ 4,5 millones a Juntos por el Cambio. El total fue de $ 13,5 millones.

Su caída no sólo afecta a la agroindustria nacional, sino que también salpica a la política y las finanzas. El crédito que durante la administración anterior recibió del Banco Nación, que hoy supera los $18.300 millones, se convirtió en su espada de Damocles. En la práctica, la entidad bancaria comandada en ese entonces por Javier González Fraga actuaba como soporte financiero de las operaciones de la firma exportadora, a la que le financiaba «como bolsillo de payaso» hasta u$s300 millones.
La vertiginosa devaluación del peso tras las elecciones PASO donde triunfó la fórmula encabezada por Alberto Fernández, complicó todos los planes de Vicentin.