Cuando el peronismo es radicalismo y el radicalismo es peronismo ¿Puede haber un dirigente con grandeza que frene el Debate de la Marmota mendocina?

Actualidad Mendoza

Amigo biencuyano ¿Te acordás de la película «El Día de la Marmota? Es una comedia protagonizada por talentoso Bill Murray que interpreta a Phil Connors, un arrogante meteorólogo de la televisión de Pittsburgh que, mientras cubre el evento anual del Día de la Marmota en Punxsutawney, Pennsylvania, se encuentra atrapado en un ciclo de tiempo, repitiendo el mismo día una y otra vez. Después de caer en el hedonismo y suicidarse en numerosas ocasiones, comienza a reexaminar su vida y sus prioridades.

Bien, esa película representa claramente lo que es la política en Mendoza, con la diferencia que los personajes se van alternando en los roles. Los temas son los mismos «Portezuelo del Viento», «la Ley 7722», «el presupuesto», «la deuda», «la crisis»… pero los radicales cuando son oposición en Mendoza le niegan todo a lo que hacen los peronistas y cuando los peronistas son oposición en Mendoza le niegan todo a lo que hacen los radicales… y así, amigo biencuyano, se pasan la vida como «perros» y «gatos» perjudicando la precaria vida de los ciudadanos y ciudadanas terrenales de Mendoza.

Hoy la clase política del radicalismo menduco se rasga las vestiduras porque el gran proyecto del «amigo» Pescarmona, denominado Portezuelo del Viento, se va diluyendo en su concreción, por falta de transparencia en la licitación que hace que las grandes empresas del mundo no tengan interés en poner el ojo en un concurso que ya tiene ganador desde el año 2006 cuando se lo propuso a, por aquél entonces, el radical K Julio Cobos y al presidente Nestor Kirchner.

El mismísimo Enrique Pescarmona sentado en la oficina del gobernador Julio Cobos, a comienzos del año 2006, le presentó su novedoso proyecto «Portezuelo del Viento» de iniciativa privada y que su empresa IMPSA (Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A.) sería quién fabricaría las turbinas para la gran central hidroeléctrica… por lo tanto debemos pensar que no hay, hoy en día, otra opción que su ideólogo inicial: el único que se va a hacer cargo de esto, más allá de la «puesta en escena circense» del concurso armado por el gobierno provincial, sea nuestro amigo el «Pesca», el elegido.

Los bellos momentos de Kornejo y Kobos

Alfredo Cornejo le debe a Julio Cobos su papel protagónico. Fue su ministro de Gobierno y de Seguridad. Su paso por el Congreso, de 2005 a 2007, lo llevó a las grandes ligas. Desde el despacho de Alberto Fernández (hoy presidente de la Nación) en la Rosada diseñó con éste la Concertación del kirchnerismo con radicales K. Pero el voto “no positivo” de Cobos de 2008 hizo estallar la amalgama y Cornejo comenzó a ser lo que es hoy: un crítico feroz del kirchnerismo y del mismo Alberto Fernández.

Qué felices eran aquéllos tiempos «kirchneristas» de Alfredo Cornejo y Julio Cobos! Cuanta unidad y fraternidad! Llevaban una provincia adelante!

Pero cuando los radicales K se fueron alejando del círculo del poder y también de los «grandes negocios», empezaron a hacer «pucheritos» y a bloquear caprichosamente todo lo que el PJ mendocino trataba de llevar a cabo.

De esta manera, los marginales radicales levantaban la bandera de «No a Portezuelo» en los turbulentos años 2012, contra el gobernador peronista Paco Pérez.

El 19 de julio del 2012, los radicales mendocinos se reunieron en Malargüe y se «encularon» para que la obra Portezuelo no lo lleve a cabo un peronista. Los correligionarios lanzaron un duro cuestionamiento a la gestión del gobernador Francisco Pérez para la concreción de la obra de la represa Portezuelo del Viento, cuyo costo debía cubrir la Nación en función de un acuerdo firmado por Néstor Kirchner y Julio Cobos, cuando el primero era presidente y el segundo gobernador de Mendoza.

Cobos decía por entonces que «no hay justificativos» para que las obras del dique proyectado en Malargüe no estén en marcha, mientras que el presidente de la UCR mendocina, Alfredo Cornejo, intendente de Godoy Cruz, atribuyó a «la debilidad de Paco Pérez» la demora en la concreción de los trabajos.

Está claro que históricamente el radicalismo nunca ayudó a los gobernadores peronistas. Es así que utilizaban los mismos argumentos le reprochan hoy a la oposición: «No a Portezuelo», «No están dadas las condiciones», «no hay transparencia»… y bla bla…

Es el mismo Alfredo Cornejo, el ambientalista Tadeo García Zalazar, y otros correligionarios, que le frenaron todos los proyectos mineros a los gobiernos peronistas y se embanderaban, en esos juveniles días, en la causa por defender la proteccionista Ley 7722, que justamente a fines del 2019 querían «desaparecer» para abrirle la puertas a los negociados con las megamineras.

Lo mismo pasó con el bloqueo que siempre le hizo en la Legislatura la UCR al Presupuesto del gobernador Francisco «Paco» Perez, donde le paralizaron toda la obra pública y además dejó una provincia de Mendoza endeudada…

Pero hoy «la taba se dio vuelta» y quién tiene una enorme deuda, producto de una «prolija» y «equilibrada» gestión de Alfredo Cornejo, es un gobernador radical, Rodolfo Suarez, que está en la cornisa y, casualmente en esta semana que comienza, tendrá una provincia declarada en «Default».

Hoy el radicalismo mendocino pide «por favor» que el peronismo lo ayude… en apoyar el presupuesto provincial, en la obra Portezuelo del Viento, en la ley megaminera, en tirarle un «salvavida» al amigo Rody que está al borde de la cornisa, producto de una pesada herencia de un anterior correligionario.

Y, como tiene todo un aceitado mecanismo de millonaria pauta en los medios mendocinos, tiene «un relato» que si no apoyan a este desesperado gobierno radical, es «ir en contra de todos los mendocinos». Por eso, es fundamental darle el negocio a Pescarmona, quién será el que le bancará el camino para que Alfredo Cornejo intente ser el nuevo presidente de la Nación en los próximos años.

Hoy el vicegobernador Mario Abed «llora» ante el medio «amigo» MDZ «: «El no por el no mismo, por ser duro, no sirve. Entendamos lo que les está pasando a los mendocinos, que se tienen que pagar los sueldos y que tenemos responsabilidades. Si dicen que no por el no mismo, tendrán que pensar en los empleados públicos, los maestros, en los policías» y pide el radical «de rodillas» ese gesto al PJ de aprobar la refinanciación de deudas, que el mismo radicalismo nunca le dio al gobierno provincial cuando era oposición.

Por eso, los roles están cambiados, pero «El Debate de la Marmota» con los mismos temas mendocinos de siempre, cíclico y mecánico, obvio de argumentos, sigue intacto con el correr de los años ¿Habrá un dirigente con la grandeza necesaria para poner fin este ida y vuelta de chiquilines caprichosos?

Julián Galván