El fiasco del «superministro» Tadeo: los docentes cada vez ganan menos, los alumnos sin aulas dan clases en el patio y aún no puede resolver el conflicto de los psicofísicos

Actualidad Mendoza

El gobernador Alfredo Cornejo se llena la boca en sus discursos sobre su modelo de gestión supuestamente teniendo a la educación como primera prioridad… “En mi gobierno la educación es prioridad. Le doy mi palabra a toda la comunidad educativa, que vamos a trabajar desde la DGE, con compromiso y determinación para mejorar cada aspecto que necesite ser optimizado. Los chicos en las escuelas“, chamuyaba Alfredo al comienzo del ciclo lectivo.

Para que su modelo «del conocimiento» que intenta proyectar Alfredo Cornejo sea un «éxito», designó a esa responsabilidad a un delfín propio, en calidad de «superministro»: Tadeo García Zalazar como ministro de Educación, Cultura e Infancias y director general de Escuelas, un cargo en el que nunca tuvo una experiencia en un aula frente a alumnos y conoce la profesión por ser intendente y haber estado en algún acto patrio…

En su genética como político que ha vivido muchísimos años del Estado, Tadeo García Zalazar ha logrado la misma capacidad de chamuyo de su mentor “Lo que tenemos claro desde la gestión de este nuevo Ministerio de Educación, Culturas, Infancias y DGE es que la prioridad para la provincia tiene que ser la educación y no es una prioridad declamativa, sino que tratamos de que se establezca con acciones concretas”.

Lo que se dice no es lo mismo de lo que se ve… y la realidad es que en «prioridades» el salario de los docentes va a la baja y cada vez más precarizados. A nivel nacional, el salario de un docente mendocino figura entre los cuatro peores y está bajo la línea de pobreza, casi tocando la indigencia.

Para peor, como cada último día hábil de cada mes, decenas de miles de trabajadores y trabajadoras de la educación cobraron su salario en Mendoza. Esta vez se encontraron con una sorpresa por parte del Gobierno provincial: pese al anuncio de Cornejo y García Zalazar de que el Gobierno provincial garantizaría con fondos provinciales el pago del FONID recortado por Milei, este ítem no fue pagado, representando un recorte salarial sobre los magros sueldos de las maestras mendocinas.

El recorte representa alrededor del 10 % del salario, en un contexto de alta inflación, agravado por paritarias firmadas por el Sute que dejaron el salario docente por debajo de la escalada inflacionaria. No solo se recortó el Fonid, sino que tampoco hubo aumento salarial, ya que la última paritaria del Sute lo que hizo fue blanquear parte del salario, pero disminuyó la cláusula de garantía, por lo que muchos cobraron igual o menos que el mes pasado.

La decisión del presidente, Javier Milei, impactó de lleno en los sueldos de los docentes mendocinos. Se trata de un promedio de $28.700 por cargo que a partir de este 29 de febrero de 2024 ya no recibirán más. A diferencia de otros gobiernos de otras provincias, la Mendoza de Cornejo no se hizo cargo de dicha diferencia, sacando de sus propias arcas, para compensar el salario del docente que venía peor que el mes pasado, en medio de un contexto inflacionario en crecimiento. Lamentable, ineptos e insensibles.

Ante la noticia de que el Ministerio de Economía descartó cualquier posibilidad de que se retome el envío del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), Tadeo García Zalazar empezó a llorar por los medios y se abre la puerta a las excusas, un método clásico del cornejismo para no hacerse cargo de las cosas… «Lo que nosotros estamos pidiendo son algunas precisiones en cuanto a dos fondos importantes: el FONID ya no existe más y no se liquida más. Estaba prorrogado por un Decreto y se dejó de pagar en enero. Lo que estamos pidiendo las provincias es que la deuda que hay para atrás. En el caso de Mendoza son cinco meses de deuda», en todo desesperación.

Mientras Tadeo logró una fuerte inversión en ventiladores de plástico, los alumnos dictan clases en el patio ante la falta de infraestructura.

Los padres de la Escuela Bergoglio, ubicada en Calle Coria de Algarrobo Grande, Junín, se encontraron con una situación totalmente distinta a lo que planteaban desde el gobierno provincial. Es que no todas las escuelas están en condiciones.

El pasado 28 de febrero, las escuelas secundarias de la provincia comenzaron las clases. A pesar de eso, los alumnos de la escuela Bergolio comenzaron recién este lunes 4 de marzo y los padres denunciaron que los jóvenes tuvieron que sentarse en las sillas que habían acomodado en el patio del establecimiento.  Pues no tenían aulas.

“Les comparto estas imágenes de los chicos de 5.º año de la escuela. Así es como les dan clases por no tener aula”, escribió una de las madres del colegio a Elnueve.com y adjuntó algunas imágenes de lo que fue el primer día de clases.

Según confirmó Tadeo García Zalazar en conferencia de prensa con los medios locales a principios de año, designó un magro monto del fondo de inicio de clases osciló entre los 300 y 600 mil pesos de acuerdo a la matrícula de alumnos, tamaño del edificio y turnos que funcionan en la institución. Ese fondo de inicio de clases es «multitodo», lo cual representa muy poco para los establecimientos educativos ya que se utiliza para comprar materiales, mano de obra, recargar extintores, servicio de limpieza de tanques, destape de cañerías, desinfecciones, desinsectaciones, desratizaciones del establecimiento, reparación y limpieza de calderas, termotanques y cocinas. 

Además Tadeo no ha podido resolver aún los obstáculos que cientos de docentes que atraviesan para poder obtener el apto psicofísico. Hay un grupo de alrededor de 600 maestros y profesores, algunos con años de experiencia y otros comenzando su carrera, que los une la imposibilidad de tomar horas -o haber perdido las que tenían- debido al rechazo incesante de Salud Laboral de la DGE en el apto psicofísico porque no cumplen con sus requisitos, con argumentos, según otros especialistas, injustificados y caprichosos (por gordos, por feos, por negros). Los docentes deben hacerse estudios y tratamientos que no son cubiertos por Salud Laboral y cuando sus médicos particulares les dan el alta o los estudios salen bien, desde la DGE los rechazan igual adjudicándoles nuevas patologías. «No sabemos que hay que hacer para poder satisfacer esos criterios que nos inhabilitan a la función de docentes», dicen con desánimo.

El superministro se comprometió en resolver el tema de estos 600 docentes… pero aún no se ha despertado de su siesta…