Mientras que el coronavirus se expande mediáticamente, América Latina vive la peor epidemia de dengue de su historia

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Eventos masivos cancelados en varias ciudades asiáticas y europeas, caída de los mercados, discriminación, pánico… el mundo sigue con atención la propagación del Covid-19. Una gran cobertura mediática de los medios nacionales hacen que sea hoy la mayor preocupación sanitaria que padece la Argentina.

Sin embargo, en la profunda América Latina, el dengue es el virus que cobra víctimas mortales. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la región está registrando la peor epidemia de esta enfermedad en su historia.

Si bien el coronavirus tiene mejor cobertura mediática, con noticias más atractivas para el público, como la suspensión del Carnaval de Venecia o los partidos de la Liga Italiana, el dengue está claramente asociado a la pobreza y la falta de infraestructura urbana producto de la decadencia gubernamental de los últimas décadas. Tiene que ver con las inequidades en la distribución de la riqueza, en el acceso a los servicios de salud y protección social, agravadas por el crecimiento del desempleo y las dificultades en el acceso al saneamiento ha agravado la situación.

Los grupos sociales que habitan en condiciones de urbanización descontrolada y sin acceso al agua potable, la juntan en tachos. Ahí es donde se acumula el mosquito, comienza a circular con el virus y las chances de infección son mucho mayores. 

Un agravante más, el mosquito no respeta fronteras y es necesario desplegar acciones y planes de vigilancia, control y mitigación de las enfermedades transmisibles implementando la cooperación entre los países.

El éxito no está solo en la innovación tecnológica generando vacunas y el desarrollo tecnológico para su diagnóstico, prevención y tratamiento, sino que hace falta innovación social. Esto implica involucrar a todos los miembros del barrio, de la comunidad de la iglesia, del club de forma de sensibilizarlos y recuperando un comportamiento activo para eliminar al vector. El mosquito avanzó porque no hay una comunidad organizada y retrocederá cuando la recuperemos.

El municipio, por la proximidad con los actores locales, resulta de un valor inestimable para vencer al dengue. Como señala la OPS, es necesario propiciar abordajes articulando tanto con servicios de salud integrales e integrados, abordando los determinantes de la salud a nivel municipal.

Recién ayer las autoridades sanitarias brasileñas confirmaron el primer caso de coronavirus en ese país, primero también en Latinoamérica. Fue detectado en la ciudad de San Pablo y se trata de un hombre de 61 años que estuvo en Lombardía, Italia, hasta el 21 de febrero último. No obstante, ya América Latina registró 1538 muertos y más de 3 millones de contagios de dengue en 2019, rompiendo el récord registrado por la enfermedad en la región, según el más reciente informe de la OPS. Y el 2020 empezó con más casos que el año anterior: hasta ahora se han reportado más de 125.000 pacientes en Bolivia, Honduras, México y Paraguay, donde incluso el presidente y la primera dama fueron contagiados.

Y es que en los primeros dos meses del año, las instituciones de salud de los países del continente han visto todas las marcas romperse: en Paraguay, el Instituto de Previsión Social pagó más del doble de las incapacidades registradas en todo el 2019.

El ministerio de Salud de Argentina, Ginés González García, dijo que las probabilidades de que el coronavirus llegue al país austral son bajas y que estaba «mucho más preocupado por el dengue», que en enero ya dejaba 2.811 contagios. Bolivia comenzó el 2020 con 2.143 contagios. 

Y mientras los algunas veces desbordados sistemas hospitalarios de la región intentan hacerle frente, los esfuerzos para controlar este virus, transmitido por mosquitos, se basan en la reducción de sus lugares de cría, como aguas estancadas. 

En la provincia del Chaco, el dengue continúa siendo un problema: hay 78 casos probables, 29 confirmados y 372 notificaciones. El 55% de ellos, en Resistencia. Así lo confirmó el gobernador Jorge Capitanich, en una conferencia de prensa brindada ayer.

Chaco se encuentra en estado de alerta máxima y, según adelantó Capitanich, las próximas semanas podrían ser las más difíciles: «Es necesario observar la evolución semanal, ya que estamos en el inicio de la semana ocho, que es cuando comienza la alerta más fuerte, y con una tendencia creciente de cara a la semana 21».

Prevención

Desde la cartera nacional y las provinciales en los últimos meses se ha hecho hincapié en el descacharrado en los domicilios para evitar la acumulación de agua, la limpieza de terrenos y el uso de repelentes, herramientas simples y a mano para evitar la reproducción del Aedes Aegypti, mosquito que también transmite zika y chikungunya​.

También se puede adoptar como medida preventiva el tirar agua hirviendo en canaletas y rejillas, y cubrir las rejillas con tela mosquitera, renovar el agua de floreros y de las mascotas cada dos o tres días y limpiar bien los portamacetas.