Acuerdo de Capital Humano con CONIN: la repartija improvisada de la leche a punto de vencer, la desproporcionada capitalización láctea de Petri para Mendoza y la mano de empresarios «blancos» en el reparto de alimentos

Actualidad Mendoza

Sandra Pettovello, quien sigue al frente del Ministerio de Capital Humano, puso en marcha -forzadamente- el operativo de distribución de los alimentos próximos a vencerse y que dormían en los depósitos de Villa Martelli, en el Gran Buenos Aires, y de Tafí Viejo, en Tucumán. 

Está claro que para Pettovello y para el gobierno de Milei «los negros de los barrios populares» no pueden repartir comida, porque entienden que «son todos chorros» y «salvajes» que no logran aplicar una asistencia social «correcta»… no obstante, en la realidad, esos «negros» asisten desde hace más de 20 años a miles de familias de todo el país, gracias a los comedores populares con comida buena, nutricional y caliente, además de fomentar la organización social en los barrios populares que incluye urbanización, educación y construcción de viviendas.

El gobierno de Milei con la excusa de lograr un mejor Excel para mostrar ante el Fondo Monetario Internacional, cortó la alimentación diaria y la provisión que se le otorgaba a los comedores populares. Una política «hambreadora» que solo direcciona fondos para la casta.

De ese ninguneo a los pobres, surgen alarmantes números. El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), que viene midiendo indicadores socioeconómicos hace años, difundió hoy un informe según el cual la pobreza trepó del 44,7% en el tercer trimestre del 2023 al 55,5% en el primer trimestre de este año, en tanto que la indigencia pasó del 9,6% a 17,5% en el mismo período.

De acuerdo al mismo estudio, la pobreza -que se determina por el valor de la canasta básica alimentaria- ya alcanza a 24.9 millones de residentes en áreas urbanas en el país, mientras que unos 7.8 millones de personas de ellos está sumergido en la pobreza extrema o indigencia.

“La inseguridad alimentaria total para áreas urbanas relevadas por la encuesta del ODSA-UCA, alcanza al 24,7% de las personas, al 20,8% de los hogares y al 32,2% de los niños, niñas y adolescentes. Por otra parte, se encuentran en una situación aún más grave, con inseguridad alimentaria severa el 10,9% de las personas, el 8,8% de los hogares y el 13,9% de los niños, niñas y adolescentes (NNyA)», destaca un informe bajo el título “Deudas sociales estructurales en la sociedad argentina”

Los «blancos» deben repartir la comida de «los negros»

La ministra Pettovello decidió que la millonaria casta blanca empresaria sea la que reparta los alimentos de «los negros pobres».

Para eso firmó un nuevo convenio con la Fundación CONIN, para este fin, que se suma al que ya había firmado la tarde del 5 de febrero y del que nunca se supo en qué consistía. La organización tiene casi cien centros franquiciados a lo largo y ancho del país, y estos alimentos llegarán a sesenta y cuatro de ellos, que dicen tener centros de distribución, comedores y merenderos. 

Repartirán como primer paso 465 mil kilos de leche entre esos 64 centros, lo que da una cifra un tanto excesiva para tan pocos espacios, a menos que de cada uno vuelvan a repartir a otros comedores barriales más pequeños, cosa que no aclaran. 

Al revisar algunos de los centros mencionados en la lista, encontramos que por ejemplo en Tandil, la leche llega a un nuevo depósito, al Banco de Alimentos, que solo es un sitio de acopio y no un comedor, por lo que alguien deberá decidir cómo se reparte, a quienes, en que volumen y tiempo, y con qué logística para que esa leche finalmente llegue a los más necesitados. Algo que parece muy lejano de la intención que reza el comunicado distribuido a la prensa donde se afirma que se va a «garantizar una logística rápida, eficiente y sin intermediarios», en el operativo que contará con la colaboración del Ejército Argentino y el Ministerio de Defensa.

CONIN deberá certificar, mediante la presentación de informes, los avances periódicos y en un informe final, el efectivo empleo de los alimentos por parte de los comedores. La intención es buena, lo complejo es que CONIN, que funcionaría como un tercerizado privado para llevar adelante algo que nunca hizo y que es responsabilidad del Estado, no tiene ni el personal, ni la estructura, ni el conocimiento territorial imprescindible para sostener esto en el tiempo, fuera de la coyuntura que podría ser simple voluntarismo. Del mismo modo, el Ejército Argentino no tiene esas funciones de reparto y logística para cuestiones permanentes que corresponden a Acción Social, más allá de catástrofes. 

Además, se abren otros interrogantes en estas medidas de último momento que parecen tener más la intención que salir rápidamente del escándalo y la tapa de los diarios, que resolver una problemática compleja, la de la asistencia social no casuística, permanente y organizada, esa «aberración» al decir del presidente Javier Milei. 

La desproporción en los repartos de leche. Todo se lo lleva Petri

Es cuestionado el desproporcionado reparto. Algunos especulan que en pos de una futura candidatura a gobernador, el actual ministro de Defensa, Luis Petri, se dice habría desviado del total de 400 kilos de leche en polvo que estaban en las reservas, unos 200 kilos para su provincia natal, Mendoza.

El operativo comenzará este martes y tendrá una duración de dos semanas. La entrega de alimentos se dará en el marco del Plan Nacional “Argentina contra el Hambre” creado en el 2020 por el entonces Ministerio de Desarrollo Social, y la Emergencia Alimentaria Nacional. 

De acuerdo a lo firmado el CONIN se compromete a distribuir desde sus centros los alimentos a “cada uno de los comedores y merenderos apadrinados y asegurar el empleo de los mismos en la alimentación de personas de sectores sociales vulnerables”. Además, deberá certificar a través de informes periódicos y un Informe Final “el efectivo empleo” de los alimentos por parte de los comedores.

Según precisa el convenio los 395.781 kilos de leche en polvo almacenados en el depósito de Villa Martelli serán distribuidos en distintas provincias de la siguiente manera:

Mendoza: 56.000 kilos al CONIN Centro Modelo Mendoza de Las Heras;  1.440 kilos al CONIN San Rafael; 520 kilos al CONIN Luján de Cuyo; 133.366 kilos al Conin San Martín Mendoza.

Chaco: 16.100 kilos al CONIN Barraqueras; 23.000 kilos al CONIN Roque Saenz Peña.

Entre Ríos: 86.800 kilos CONIN Colonia Ayui; 1.200 kilos al CONIN Villaguay; 3.800 kilos a la Red CONIN Gualeguay; 400 kilos al CONIN La Merced; 1.100 kilos a la Asociación CONIN La Paz. 

Corrientes: 6.000 kilos al CONIN Goya; 3.000 kilos al CONIN Corrientes Capital Samaritano; 400 kilos al CONIN Curuzú Cuatia. 

Santa Fe: 10.000 kilos al CONIN Rosario Santa Fe. 

Córdoba: 5.000 kilos CONIN Villa Allende «Olla Popular Los Bajitos»; 12.000 kilos al CONIN Villa Allende «Solcito»; 13.840 kilos al CONIN Córdoba; 3.400 a Córdoba Capital.

Tierra del Fuego: 8.000 kilos al CONIN Rio Grande.

Salta: 1.500 kilos al CONIN Salta; 752 kilos al Centro Alcoba en Tartagal.

Buenos Aires: 1.065 kilos  a la Fundación más Humanidad de Tigre; 1.200 kilos al CONIN Tandil; 700 kilos al CONIN Hurlingham; 864 kilos al CONIN Capitán Sarmiento; 844 kilos al CONIN Merlo; 400 kilos al CONIN San Isidro; 400 kilos al CONINI Vicente López; 520 kilos al CONIN José C. Paz. 

Río Negro: 600 kilos al CONIN Cipoletti. 

La Pampa: 600 kilos al CONIN Santa Rosa La Pampa. 

Santiago del Estero: 590 kilos a Santiago del Estero Haciendo Camino.

San Juan: 800 kilos al CONIN San Juan. 

En tanto, de los alimentos almacenados en el depósito de Tafí Viejo se distribuirán 69.683 kilos de leche en polvo en el CONIN San Miguel de Tucumán. 

CONIN: más de cien centros franquiciados en todo el país

CONIN es una organización sin fines de lucro fundada por el Dr. Abel Pascual Albino en Mendoza en 1993, quien tomó el modelo de CONIN Chile, ideado por su fundador el Dr. Fernando Mönckeberg. 

Más allá de las opiniones personales del doctor Albino acerca de la transmisión del virus de HIV, de la planificación familiar o incluso del ejercicio de la sexualidad de las que ya hemos dado cuenta en otros artículos de este portal, lo que Albino suele aseverar como datos de su método para combatir la desnutrición infantil no solo no son cuestiones chequeables, sino que en su momento fueron cuestionados por científicos de CONICET. 

La principal crítica radica en que no hay evidencias científicas que avalen sus intervenciones, para muchos más cercanas al asistencialismo que al abordaje interdisciplinario que recomienda la OMS. Norma Piazza, de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) dijo en nota al Diario Perfil y en referencia al método CONIN:  “En el caso de la desnutrición crónica, la alimentación incide en un 40% pero el 60% restante tiene que ver con determinantes sociales. Por eso, hablar de darle una caja de leche a cada recién nacido como fórmula para vencer la desnutrición, sin tener en cuenta las características sociales, carece de rigor científico, es anticiencia».

Según la página oficial de CONIN, que no se actualiza desde diciembre de 2022, la Fundación llega a la provincia de Mendoza de la mano de Albino en 1993. Desde esa fecha llevarían 17 mil niños recuperados en los cien centros que tienen en dieciocho provincias. Pero no hay forma de verificar estos datos, ya que son muy escasos los estudios publicados en revistas científicas. En «PubMed», el sitio de publicaciones médicas, solo aparecen dos trabajos realizados en Argentina y por CONIN: uno sobre setenta y cinco pacientes realizado en 2006, y sin conclusiones; y el segundo de 2009, cuando evaluaron a 478 infantes (186 que asistían a Conin y 292 que asistían a otro centro). La conclusión arrojó que no había diferencias en peso y talla entre los pibes de los dos grupos. 

Podría inferirse, entonces, que entre el voluntarismo de ciudadanos comunes que, conocedores de barrios y problemáticas por ser parte de la misma trama social, arman un comedor en su propio territorio para asistir a sus vecinos; y la organización de una fundación con ciertos patrones científicos, no hay demasiada diferencia. Porque, quizá, ninguno conozca completamente la problemática a abordar: unos por ser parte de la misma, sin demasiada formación academicista, y otros por no conocer territorios ni problemáticas más allá de la intencionalidad. Entre la solidaridad barrial y la caridad de señoras con tiempo libre, debería haber un espacio para esa «aberración» llamada justicia social organizada y a cargo del Estado. 

Voluntarismo y negocios: grandes empresarios detrás de CONIN

Al tener sus centros franquiciados, cualquiera que cumpla mínimos requisitos que no son públicos, puede abrir una sede de CONIN en su localidad y tener el aval del sello creado por Albino. En La Plata, por ejemplo, hay dos sedes. Puede accederse a toda la información en la página web de la sede de la ciudad de las diagonales, muy bien estructurada. Una en Los Hornos y otra en Ringuelet. 

Quien dirige la Fundación en la capital de la provincia es la señora Yolanda Di Sarli, una empresaria agropecuaria sin ningún estudio ni experiencia previa en cuestiones asistenciales. La particularidad es que está casada con con Carlos Condorelli, el segundo del megaempresario Paolo Rocca, responsable del Holding Techint y uno de los mayores proveedores del Estado. 

Por lo que cabe preguntarse si detrás de este convenio entre el Ministerio de Capital Humano y CONIN no está la mano interesada de diversos sectores empresariales que podrían verse favorecidos. CONIN tiene, además y siempre según su sitio oficial, el apoyo de diversas fundaciones, como la «Fundación Carrefour» o la «Fundación IRSA»; y de diversas empresas de las que tomaremos el registro de aquellas relacionadas con la industria alimenticia: Wallmart, Hipermercados Libertad, Mastellone, Ledesma, Pescarmona, Danone, Embotelladora Del Atlántico, Coca Cola, Cabrales, Bimbo, Adecoagro (con sus marcas Alimentos Molinos Alas, Las Tres Niñas, Arroz 53, Leches y Arroces Apóstoles, Azúcar y Leche Montealegre, Leche Angelita), todas empresas elaboradoras, envasadoras o distribuidoras de la mayoría de los alimentos de primera necesidad que deberían ir a los comedores. 

La tasa de indigencia en Argentina cuando asumió el gobierno libertario era del 9,6% de la población. Cinco meses después es del 17,8%. Casi 18 personas sobre cien no tienen para comer en un país hecho de pan. Eso, sin contar el porcentaje de pobreza compuesto por personas que comen, pero no siempre como sería lo justo en calidad y cantidad. Que estas medidas de dejar que los privados hagan lo que tiene que hacer el Estado, no sea un negocio para los pocos de siempre. 

Con información de Data Clave – Noticias Argentinas