Perdón Rody… pero el Rio no suena

Actualidad Mendoza

El silencio y la comunicación perdida del gobierno de Rodolfo Suárez se hicieron notar en su última participación como mandatario provincial de las asambleas legislativas. Su último discurso fue más insulso que el primero del 2019… prometió en nombre de un gobierno que «no va a ser el de él», tampoco pudo explicar ni aclarar lo que él venía diciendo que iba a hacer. Hoy el gobierno de Suárez dejó al mendocino que lo eligió en las urnas… vacío.

Cuando llegó al poder multitudes de rojo y blanco lo vinieron a recibir… hoy muy poca gente lo saludaba, tanto en las calles como en el interior de la Legislatura, se percibía defraudación, frustración, tristeza, pero no la tristeza de cuando se despide un amigo, la tristeza de la incapacidad, cuando no pudo hacer lo que se fue a hacer, lo que se vino a realizar. La misma sensación de cuando jugás un campeonato y te vas en primera ronda.

Todo político que llega al gobierno quiere y pretende hacer las cosas bien, quedar en la historia, en la perpetuidad, en el recuerdo de tu pueblo; por eso, pasar sin hacer nada como se dice, sin penas ni glorias, es muy feo. Solo quedará un simple cuadro de él en la Legislatura, al lado del salón de los pasos perdidos, transformándose en un rostro perdido más, siendo un adiós, una canción sin rimas, sin emoción, al contrario de lo que debe ser una canción de amor.

Su último discurso careció de emoción y claridad, dejando una sensación de tristeza por lo que no se pudo lograr, atrás quedaron esos sonidos rimbombantes, esos aplausos, hoy solo había un puñado militantes que se fueron apenas pasó a sacarse la foto de prensa; quedaron los lugares vacíos como los corazones y las manos de los mendocinos pidiendo soluciones.

Hablaba el gobernador en su discurso de cómo se debe ser, de cómo se debe dar soluciones a los vulnerables, cuando los vulnerables saben que van a un hospital y no tienen ni curitas, ni gasas, ni siquiera un enfermero que les diga buen día. Colas eternas para ser atendidos dentro de seis meses, o una obra social fundida que no da ninguna solución a 400.000 mendocinos.

Sobre la educación, quedarán los recuerdos de los niños sentados sobre tachos de pintura con tal de estudiar, escuelas que gotean agua, con baños compartidos y que no se cierran, cloacas desbordadas, que deberían cerrarse y no se hace por el simple hecho de tener caprichosamente las aulas abiertas sin importar la calidad educativa que se brinda. Niños comiendo fideos mezclados con sémola, tortitas y mate cocido aguado… ese es el recuerdo que va a quedar del gobierno de Suárez.

Y el recuerdo de la pandemia.  Sabemos, todos los que hemos perdido familiares y amigos en esa época, que no a todos los atendieron, que se cerraron puertas, que el sistema colapsó en Mendoza antes de haber empezado. Recordemos esos respiradores que nunca llegaron y acusó al gobierno nacional algo que hoy también hizo. La gente también se cansa de que ver que señalan a otro como responsable de los males que caen y no se concretan.

Sabemos que la crítica es importante pero la autocrítica lo es más y Suárez no la trajo consigo y es otra deuda que nos deja a los mendocinos. Dijo con errores y aciertos, ¿cuáles serán los aciertos? ¿cuáles son los errores? Las incógnitas duelen, como duele ese frío invierno en la mañana, como duele ver a cada vez más mendocinos durmiendo en la vía pública, como el 45 por ciento de pobreza en el Gran Mendoza. Como todos sabemos que podemos llegar en cualquier momento a dormir en la vida pública.

La Mendoza pobre

No es todo culpa de él, por supuesto, pero él es responsable, lo hemos visto. Lo vimos sentados en los festivales, (l show de Coldplay). Está bien que le guste la música electrónica y defienda o disfrute, pero no lo vimos sentado al lado nuestro cuando sufríamos, cuando moríamos. Suárez se va, pero parece que nunca llegó.

El gobernador de Mendoza, Suárez, se va dejando un gobierno lleno de problemas en sanidad y educación, falta de soluciones para los más vulnerables, y acusaciones infundadas al gobierno nacional. Su falta de autocrítica lamentablemente queda como otra deuda con los mendocinos.

El olor a vacío en Casa de Gobierno es abrumador.

Por Martin Orozco @ojosdvideo