Como ocurrió en la crisis del 2001, el aumento del valor del bronce y el cobre se vincula al incremento de casos de robos de metales en los barrios de Ciudad, Guaymallén, Las Heras, Godoy Cruz, Maipú, Luján de Cuyo, por sobre todo. Y algunos relacionan los robos de parte del equipamiento de alumbrado público, medidores de agua y gas, a este fenómeno.
La tapa de agua de la calle, cables de teléfono donde hay tendido aéreo, picaportes de puertas de casas y edificios, porteros eléctricos, y placas de monumentos de vía pública forman parte de este lamentable escenario de crisis.
Actualmente, el precio del cobre en chatarra ronda los 6.000 pesos por kilo en Mendoza. No obstante, al usuario el repuesto le puede llegar a costar hasta 20.000 pesos, casi el triple de lo que puede llegar a obtener el ladrón juntando una gran cantidad de flexibles sustraídos.
Mientras intendentes y funcionarios se pelean por candidaturas para dentro de cuatro años, se sacan fotos para alimentar la rosca política y lucirse «candidateables» ante su líder partidario… la realidad de la calle muestra que la crisis social cachetea sus caras y que ellos viviendo en Narnia no hacen nada para revertirlo. Gente durmiendo tirado en colchones en las calles, familias revolviendo bolsas de basura para encontrar algo para comer, peleas territoriales entre bandas, robos cada vez más frecuentes, consumo de drogas en plena vía pública, alimentan la inédita experiencia de la conurbanización de la provincia de Mendoza, cada vez más insegura, cada vez más marginal, con 50 por ciento de ciudadanos viviendo bajo la línea pobreza.
Un capitulo que retrata esta vida de la Mendoza marginal, sucedió el pasado viernes a la noche, cuando Brian Levi López Díaz, más conocido como Trapito, murió al recibir una fuerte descarga mientras manipulaba el tendido eléctrico en la ruta 52 de Las Heras. De acuerdo con fuentes policiales, el joven de 24 años estaba robando cables cuando sufrió el accidente que le costó la vida.
En el contexto del 2001, el país venía sumergido en una prolongada recesión, con una pobreza que había aumentado más del 12% y un desempleo récord, con tres de cada 10 trabajadores sin empleo. En ese escenario el robo de metales y cables hacían casi una «profesión» de los sectores marginales para escaparle al hambre y la crisis. Hoy Mendoza regresa a esa realidad, donde a muchas familias ya no les alcanza para llegar a fin de mes, donde los comedores populares no llegan a abastecer la demanda que viene rápidamente en ascenso, en medio de una Mendoza sin trabajo, de subsistencia a pura changa y con sueldo miseria.
Los robos al «tren del carbón» en Mendoza

Síntomas de la crisis, no solo se roban bronces y cables de cobre, sino también carbón. La modalidad consiste en hacer descarrillar de forma intencionada a los trenes de carga que transportan carbón y piedra desde la Destilería de Luján de Cuyo con destino final a La Plata, provincia de Buenos Aires, para así llevarse ese mismo carbón y venderlo a través de un circuito ilegal. Ni con custodia y recorridas previas de la zona por parte de las fuerzas de seguridad se logra evitarlo.
«Esto viene de hace tiempo. En 2017 se hizo un trabajo de investigación por los que compran el carbón que nos sacan. Van -a veces son menores-, se suben con palas a la parte de arriba, lo tiran al costado y lo van juntando. En agosto nos descarrilaron una locomotora. El tren tiene un sistema de frenado para que, si se rompe algo, los vagones se frenan si se cortan de la formación. Los delincuentes han aprendido sobre este sistema. Incluso, hubo un período en septiembre y octubre que todas las semana cortaron el tren. Hasta con la custodia policial. Toda la formación tiene aproximadamente 400 metros de largo, incluyendo locomotora. En noviembre y diciembre mejoramos el proceso con la policía y cambiamos el horario a madrugada para que sea más fluido», relató días atrás a MDZ Radio, Mijail Lldan, jefe de Unidad Productiva Oeste de la Línea San Martín de de Trenes Argentinos Cargas (TAC).
Los delincuentes no solo comercializan parte de la carga, especialmente carbón, sino también partes de las vías. pese a las guardias policiales, la problemática se agudiza desde el año pasado a la fecha.
Los ladrones apuntan a robar durmientes, rieles y eclisas, que son los hierros y bulones que unen los rieles. son tantos los robos, que pese a no ser una práctica seguro, han tenido que soldar los bulones.

Dos descarrilamientos en la línea ferroviaria San Martin en menos de una semana con características similares, de hecho conectados. Los robos se dan siempre pero desde el año pasado se agudizó y siguen sucediendo cada semana sin solución.
Mientras tanto, el gobernador viaja a España, descansa y juega a la rosca en la interna política menduca, su vice solo piensa en quedarse con la presidencia del PRO en su provincia y sus ministros desbordados, perdidos sin fondos ni planes para revertir la dura realidad. De esta manera, es muy difícil evaluar un plan de contención serio, sin venta de humo, para las miles de familias que hoy sufren la desidia y abandono gubernamental.