Ahora que pasó el Mundial, que el dólar sigue su curso, que la pobreza no baja, en una provincia de Mendoza con los sueldos y el desempleo más alto en años, una disputa se avizora en el sur provincial, en un lado del cuadrilátero Gustavo Miras, quién desde 6 años es el presidente de la Cámara de Comercio de Malargüe y en el otro extremo el actual intendente Juan Manuel Ojeda que buscará la reelección, una guerra de pobre contra pobres donde los únicos que salen perdiendo son los ciudadanos de a pie.

Las próximas elecciones primarias provinciales y departamentales serán el 11 de junio del 2023, y con esa premisa, no peor manera de atacar a tu contrincante que cuando está el piso, desgastado, por la falta de apoyo de propios, como ajenos, cansado de pelear sin herramientas ni fondos, es el caso de este joven Miras, que anhela arrebatarle a Ojeda todo el trabajo en los peores años de la provincia, que fue y sigue siendo complejo políticamente desde que asumió y Miras apunta a aprovechar ese hecho, aunque florecen más dudas que certezas respecto al apoyos que tiene para lanzarse, de alguien por lo que se puede ver, en sus actitudes y aptitudes.
Vale destacar que el actual intendente llegó al cargo en 2019 con el aval de la ex vicegobernadora Laura Montero y el actual diputado nacional Julio Cobos. Le ganó en la interna a Fernando Glatigny, quien tenía el respaldo del ex intendente Jorge Vergara Martínez y del actual senador nacional y por entonces gobernador Alfredo Cornejo.

En los años que le toco tomar el timón, no fueron fáciles desde que asumió, hay que sumarle el vínculo tenso que mantiene el intendente con el Concejo Deliberante, incluido ediles del propio radicalismo que cuestionan sus iniciativas, como así también la falta de interés de los propios y el aprovechamiento de los ajenos.
Esta visto el salto de la calidad y el empuje que posee no solo el semillero minero, sino su gente, con un intendente díscolo de la zona sur Provincial, en búsqueda de fuentes de trabajo genuino, pero aparece en la escena alguien que intenta gritando no solo imponer sus formas, sus modos, sin tener presente que el liderazgo no impone se gana.
En el último almuerzo por los 72 aniversario, quedo más que en evidencia, las actitudes y aptitudes. De Gustavo Miras, remarcando en un discurso de más de 1 hora, con fuerte críticas a la usencia del Gobernador, se pudo ver, escuchar y sentir, como pedía que se sirva el segundo plato después, para que gente lo escuche, este que dice que el no grita, sino que habla con pasión, pero no se lo vio en la última marcha en la legislatura, este que dice “todos los ciudadanos tenemos responsabilidad en lo que ha pasado, pero los dirigentes más”, “Los políticos malargüinos se borraron en los últimos meses y sacaron de la agenda el tema Portezuelo”, afirmó Miras.

A donde va con esas formas, se escuchaba en las mesas contiguas, este joven que a principio de año amenazo con separarse de Mendoza si no construye Portezuelo del Viento, a esta altura con un fin de año cargado de sensaciones, pedir cordura parece una utopía, pero algo esta más que claro, no es el camino imponer las cosas con intensiones personales.
En la misma comida el Sr. intendente agradeció al gobernador Rodolfo Suárez en primer lugar por tener la valentía de mandar el proyecto a la Legislatura para comenzar a hacer exploración de cobre con Cerro Amarillo. «Es fundamental para nosotros el desarrollo minero, ese yacimiento de conseguir los resultados que se esperan es más grande que Potasio Río Colorado», indicó.

Esta claro que cuando alguien intenta brillar a la gente le molesta que brilles más que ellos, pero boconear y mostrar la hilacha es algo que gesta desde la cuna, se vera de cara al 2023, si gana los modos o lo genuino, lo orgánico en un departamento que necesita no solo empleo y sueldos de calidad, sino hablar y actuar pensado en sus votantes.