Luego de dos periodos consecutivos en el oficialismo, en medio de fantasmas, mal humor social y errores de gestión, hoy tienen temor a perder las elecciones en Mendoza. Por un lado, ven con asombro el movimiento del peronismo vernáculo recuperando militancia, pero la verdad recae por otro lado y de distintas formas, las tintas van sobre «El Alfredo», como lo llaman.
Si bien en algunos grupos aún existe respeto por El Cóndor, está a la vista la gran división interna que existe en el espacio de Cambia Mendoza, donde ya existen más de 5 facciones dispuestas a pelear la candidatura al mismo y único sillón de gobernador.
Los argumentos son disímiles y en algunos casos se cruzan con los de la oposición que le adjudican una construcción de poder agobiante. También están los que en esa sintonía sufrieron los denominados carpetazos y están condenados a quedarse en su municipio o la lógica renovación generacional que se encuentra con un «si no arreglo con la vieja el candidato a gobernador soy yo».
Podríamos sumar a quienes no vieron con buenos ojos la «filtración» del escándalo Munives o El BonarricoGate… hay gente buena y decente en todos lados y son los que sufren y terminan pagando las consecuencias cuando suceden cosas que no son claras.
Parte de la muestra del descontento fueron las elecciones en la UNCUYO, allí sufrió el primer revés, donde los docentes se abrieron como las patas del pollo y a pesar de poner traffics y militancia externa, se ganó por un suspiro y siguiendo en la sintonía de ir por la banquina hubo más tinieblas.
Podemos agregar las sesiones del senado provincial donde se lo cuestiona permanentemente y se recuerda sus dichos machistas y descalificadores hacia una mujer.
“Hasta cuando podemos seguir poniendo la cara por él? Ahora insulta mujeres en el Congreso de la Nación también, las chicanas de la oposición se vuelven insostenibles, son insoportables”, revela una militante radical.
Algo que también se lo cuestiona internamente, es su empecinamiento de que aún ‘no es tiempo de poner a una mujer como candidata a gobernadora’, aunque sí acepta las candidaturas legislativas.
Otro dato evidente es que las encuestas aún lo favorecen en relación al resto en cuestión de intención de voto: si bien ha bajado del 63 % al 50%, los números son muy positivos para el Plan B del ex gobernador.
La sangre Joven y por ende nueva, puja por circular y políticos de la talla de Luis Petri o Ulpiano Suarez quienes ya tienen un lugar importante y buen renombre que están trabajando con cautela, mientras El Líder retrógrado de los sillones intenta frenar sus candidaturas, tarea cada día le resulta más difícil.
Esto no empieza recién y también afecta a la gobernabilidad aunque no es el sentido de la nota.
Aunque Juan Carlos Jaliff aún intente unir, hay una fuerza natural que es superadora y se llama: renovación.
Dentro de los temores, está la causa donde hay denuncias sobre intervenciones como gobernador pidiendo detenciones para ciudadanos a jueces y eso no está permitido.
De ser así podrían ver complicado el panorama electoral.
Por Martín Orozco para BienCuyano
