Una vieja costumbre de la casta política argentina es la de utilizar recursos del Estado (la biyuya de todos y todas) para fines privados o cuestiones electorales de un partido.
Un nuevo capítulo se abrió el pasado domingo, donde el intendente peronista de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, logró su tan ansiada reelección. Inmediatamente, el gobernador Juan Schiaretti se puso en contacto con él para felicitarlo y lo mismo hizo el presidente Alberto Fernández, quien apareció a través de una pantalla gigante saludando al triunfador.
Según se pudo conocer a través del medio Cadena 3, a las 20.50 hs, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, arribaron al lugar de los festejos para unirse a las celebraciones peronistas. En una movida polémica, viajaron a Río Cuarto utilizando el Tango 11, un avión de la fuerza aérea.
La aeronave es un Learjet 60SE, matrícula N604ED, que fue construido en Estados Unidos y comprado por el gobierno argentino durante los últimos meses de la presidencia de Mauricio Macri.
Toda una millonaria movida para tan solo un par de horas, despegó a las 23.35 de regreso a Ciudad de Buenos Aires, y con recursos públicos que se podían haber aprovechado para cosas más urgentes en una Argentina con mucha hambre, desocupación y situaciones de vulnerabilidad.
Cabe recordar también que el aeropuerto de El Palomar, el lugar donde partió el Tango 11 rumbo a la ciudad cordobesa, «está inhabilitado» para su uso, según afirma el mismo gobierno nacional… a excepción de un grupo de funcionarios kirchneristas para ir a festejar una elección.
La decisión del presidente Fernández de enviar dos emisarios a un festejo electoral en medio de una acuciante crisis económica despertó críticas en todo el arco político. En definitiva, el gobierno tuvo que dar de baja numerosos programas de ayudas económicas tanto de tinte social como aquellas destinadas a pymes por falta de fondos, y cada vuelo del Tango 11 cuesta unos 7.500 dólares, según detallaron el medio cordobés.