A sala llena, la diseñadora Rosan Bosch explicó en San Luis como el diseño ayuda para aprender jugando

Emprendedores

Bajo el título “Des-Construyendo la Educación del Futuro”, la diseñadora holandesa, Rosan Bosch, disertó el martes y el miércoles en la Sala Hugo del Carril del “Centro Cultural Puente Blanco”. Frente a más de 600 asistentes, la especialista dio detalles de su trabajo para crear espacios educativos innovadores.

Bien Cuyano, dado al gentil aporte periodístico de la gente del Diario Mural de San Luis, comparte una entrevista que se le realizó a la diseñadora holandesa que trabaja en la necesidad de motivar a los alumnos desde el diseño como clave para el aprendizaje.

¿Cuál es la importancia del diseño?

Lo maravilloso del diseño es que mantiene una relación directa con el ser humano y nos influencia, afecta nuestro comportamiento, la manera en que nos sentimos y la forma en que reaccionamos ante distintas situaciones. Pero los proyectos que desarrollamos en nuestro estudio no se basan en el diseño, sino en el cambio.

¿A qué se refiere?

Utilizamos el diseño como herramienta para mejorar el aprendizaje, para cambiar la sociedad y para ayudar a promover el desarrollo. Trabajamos con profesionales educativos que quieren cambiar, pero no saben cómo. Es muy difícil para el ser humano modificar el modo en que nos comportamos y pensamos, pero el diseño puede contribuir a la implementación del cambio mediante la creación de nuevas realidades.

¿Cómo el diseño induce al cambio de comportamiento?

Con el diseño podemos variar las normas que nos rodean y crear una nueva realidad. Y poco a poco, mediante el cambio del entorno físico nos vemos forzados, pero a la vez tentados y seducidos, a comportarnos de manera distinta. Si no aplicamos estos cambios, es casi imposible modificar nuestro comportamiento. Por este motivo tenemos tantos problemas con la educación.

¿A qué problemáticas se refiere?

Muchas personas admiten que el mundo ha cambiado y que, por tanto, se requiere una enseñanza diferente. El problema es que estamos intentando implementar este cambio con un entorno físico que se parece al que teníamos hace cien años o, en el mejor de los casos, al de hace ocho años. Pero no puede funcionar, necesitamos cambiar lo que nos rodea. Por este motivo considero que el entorno físico va de la mano de los cambios pedagógicos y de la manera en que aplicamos la enseñanza en las escuelas.

Entonces, ¿cambiando el entorno físico las escuelas podrán cambiar su enseñanza?

Sí, el entorno físico está ligado al sistema pedagógico del colegio y a la organización de la escuela en términos, por ejemplo, del número de profesores y alumnos por clase. La transformación del entorno físico permitirá organizar la escuela de manera distinta y, al mismo tiempo, cambiar el sistema pedagógico. Es importante tener un enfoque holístico y basado en el niño como individuo.

Actualmente, ¿cuál es el enfoque más común?

Cuando se debate sobre las mejoras educativas que deben llevarse a cabo utilizamos un enfoque equivocado, ya que se pone mucho énfasis en los derechos de los profesores, en las horas de estudio… Pero lo más importante en educación es reflexionar sobre cómo podemos ayudar a los estudiantes a desarrollarse, a potenciar sus talentos, a convertirse en personas inteligentes que puedan sacar lo mejor de ellos mismos en el futuro.

¿Cómo cambiar de enfoque?

Cuando trabajamos con las escuelas les pedimos a las personas involucradas en el proyecto (docentes, directores, estudiantes…) que nos cuenten cómo es el proceso de aprendizaje en un día normal desde el punto de vista del niño. No desde la óptica del docente, sino del estudiante. Y con este enfoque nacen nuevas ideas que nos permiten ayudar a potenciar el cerebro de cada estudiante.

¿Cómo surgió la idea de usar el diseño como herramienta para mejorar la experiencia educativa?

La idea surgió cuando un día mis hijos volvieron del colegio desmotivados, sin ganas de aprender. Quería cambiar esta situación y me di cuenta que mediante el diseño y pensando estratégicamente podía ayudar a implementar el cambio. Aún hoy me frustra ver cómo estamos destruyendo generaciones enteras de personas que están desmotivadas por el aprendizaje. Estamos promoviendo que nuestros alumnos no quieran estudiar.

¿Los proyectos que llevan cabo los aplican en escuelas innovadoras o también pueden implementarse en las más tradicionales?

Nosotros trabajamos con escuelas en los Emiratos Árabes, en Estados Unidos, en España, en Dinamarca… en países muy distintos con culturas muy diferentes. Realizamos proyectos en escuelas con mucho dinero, pero también en otras que tienen un presupuesto más reducido o casi nulo. Lo más importante para llevar a cabo una revolución en la escuela es tener el deseo de cambiar y el objetivo de centrarse en lo más importante: el desarrollo del niño.

¿Cuál es la reacción de los docentes frente a estos cambios?

Nos hemos encontrado con reacciones muy variadas. Algunos están ilusionados, otros tienen miedo al cambio. Hay profesores que creen que los cambios que se quieren implementar no funcionarán en sus colegios, creen que no son para ellos. Y creo que es una pena, ya que cualquier cambio es mejor que mantenerse en el inmovilismo. Además, en ocasiones, pequeñas variaciones pueden suponer grandes diferencias para algunos niños.

¿Trabajás únicamente con escuelas?

No, también trabajamos con bibliotecas, especialmente de países escandinavos donde estos espacios son colectivos y se convierten en lugares informales de aprendizaje. Y con empresas, siguiendo el mismo patrón de diseño que en las escuelas, ya que nos hemos dado cuenta que los cambios que aplicamos son igual de útiles para niños que para adultos.

¿Cuáles son las principales características que definen las escuelas que diseñan?

Lo que busco con el diseño es crear las oportunidades de realmente ser diferentes. Entiendo que cada ser humano se comporta, aprende y actúa de manera distinta. Pero también un mismo individuo a lo largo del día requiere diversas instalaciones. Creamos estas diferenciaciones en los espacios de nuestro alrededor, no sólo por la singularidad de cada estudiante, sino también porque una misma persona tiene diferentes necesidades según la actividad que está desarrollando.

¿En qué sentido necesitamos instalaciones distintas?

A veces necesitamos estar aislados dentro de una cueva para poder concentrarnos sin mantener comunicación con los demás. Otras, lo que queremos es trabajar en equipo de manera intensa, por lo que las instalaciones físicas deben ser muy diferentes. A la vez, hay personas que se concentran mejor en espacios con mucha luz y otras prefieren espacios más oscuros…

En resumen, ¿qué quieren conseguir con sus proyectos?

Con el diseño queremos que la escuela sea un sitio divertido, que los niños quieran ir al colegio, que se sientan privilegiados por poder aprender, que puedan disfrutar de su etapa escolar. Es decir, queremos motivarlos y que sientan que la escuela es algo bueno y positivo.

 

Detalles de la conferencia de Rosan Bosch

En primera instancia se refirió a las premisas que sigue su estudio de arquitectura y diseño para contextualizar conceptualmente la conferencia. “Trabajamos con diseño para el cambio y el desarrollo. Eso quiere decir que para nosotros no es sólo algo físico, un edificio o una silla, sino que se trata de la gente, de los seres humanos y cómo actuamos. Es importante, porque el entorno físico tiene un impacto enorme en cómo nos sentimos, actuamos, reaccionamos y nos movemos. Eso quiere decir que con un diseño podemos cambiar costumbres, hábitos, actitudes y sobre todo cómo te sientes”, aseveró.

La disertante admitió que en general los cambios no son fáciles de conseguir, porque las costumbres y los hábitos son muy fuertes y difíciles de superar, lo cual también se da en las instituciones educativas. “Para cambiar la escuela y el sistema de aprendizaje tenemos que mirar qué forma parte de las costumbres, porqué hacemos lo que hacemos y cómo lo hacemos”, consideró.

Respecto de la influencia del entorno en las prácticas sociales, Bosch indicó que sus obras se centran en la motivación. “Aprendizaje viene de curiosidad, de inspiración. Los niños nacen con curiosidad pero la pierden en la escuela. Aprendemos a aburrirnos. Aprendemos a tener miedo de decir algo mal, de no pasar un examen, de nosotros mismos. Es una lástima. Nacemos con la necesidad de desarrollar nuestra mente y si no lo hacemos nos enfermamos. El estrés tiene más que ver con el aburrimiento y la falta de desafíos intelectuales que con trabajar demasiado”, indicó.

En este sentido, agregó que los estados emocionales inducidos directamente por el miedo y el estrés afectan directamente el aprendizaje. “Por eso es que nosotros trabajamos en el diseño físico para generar motivación, porque a los niños les encanta aprender. La escuela debe enchufar la curiosidad”, dijo.

Seis claves para vincular la pedagogía con el aprendizaje

Bosch manifestó que el diseño funciona vinculado a la pedagogía y la organización. Y señaló que siguen seis principios en sus obras. Uno es “Cima de la montaña”, que alude a espacios para la comunicación unidireccional; “Cueva”, pensado para la comunicación hacia uno mismo y la intimidad; “Campamento de fuego”, que apunta a desarrollar la comunicación persona a persona en contextos grupales; “Bebedero”, dispuesto para la comunicación y el aprendizaje informal entre varias personas en un lugar de paso y encuentro causal; y “Manos a la obra”, que se establece para experimentar el contacto físico con diversos elementos.

La diseñadora explicó que esos principios arquitectónicos tienen en cuenta las habilidades del siglo XXI, que implican saber interactuar, trabajar en equipo, moverse, concentrarse, colaborar, trabajar juntos uno al lado del otro y también con una persona al otro lado del mundo, hablando otro idioma y con otra cultura. A ello agregó las habilidades digitales.

“La comunicación digital ha cambiado el mundo y se acelera cada vez más. Entonces, no sabemos qué depara el futuro y qué van a necesitar los chicos”, advirtió.