Desde la desregulación de los 90, la instalación de farmacias quedó bajo la regulación de las provincias, que incluso una vez aprobada la ley 26.567 mantienen viejas leyes que permite la instalación de cadenas, sin ningún impedimento de distancia ni densidad poblacional. Pero de a poco, varias legislaturas intentan salvar esto, en especial por el avance de Farmacity.
Esta semana, en la capital de San Luis un concejal presentó una iniciativa que pone límites a las sociedades anónimas, que ya están presenten en esa ciudad. Los farmacéuticos puntanos venían reclamando que se vuelva a instalar la distancia mínima entre mostradores, para lograr una distribución regular y racional de la red de atención farmacéutica. Además, una vez aprobada sólo los profesionales podrán ser dueños de una farmacia, como sucede en otras provincias como Buenos Aires, que resiste el avance de la cadenera en la justicia.
Luego de varios reclamos de los farmacéuticos, San Luis capital busca regular la instalación de nuevos mostradores. Esta semana, ingresó en el Concejo Deliberante local una iniciativa del edil Luis Macagno, que solicita que los locales estén “a una distancia mayor a los 300 metros entre sí, que su superficie no supere los 140 metros cuadrados y que los dueños sean farmacéuticos”. El documento solicita además que los medicamentos “sean vendidos por un profesional y no estén en góndolas como si fueran caramelos”. «Estuve hablando con el Colegio de Farmacéuticos y les mostré mi idea, ellos me pasaron un documento similar que presentaron en la Cámara de Diputados durante varios años y nunca prosperó. Es un reclamo que tienen hace mucho tiempo», comentó el edil a medios locales luego de confirmar el proyecto.
La idea principal del proyecto es que, una vez aprobado, quien quiera instalar una farmacia en la ciudad debe cumplir con una serie de requisitos, como no ubicarse a menos de 300 metros de otro dispensario y el dueño o los socios en su mayoría deben ser profesionales farmacéuticos. En este sentido, Macagno explicó que, durante la década del ‘90, una regulación del sistema posibilitó que «cualquiera pusiera una farmacia. Mientras tuvieras contratado a un farmacéutico 8 horas al día, podías tener la farmacia». Pero, comentó que hace unos 4 años una ley en la provincia de Buenos Aires hizo volver todo al sistema anterior. «Las cadenas como Farmacity no pueden abrir nuevos locales porque prohibieron las sociedades anónimas para las farmacias». Esto se replicó en otras provincias.
«Hay dos formas de ver el negocio, desde lo económico o desde lo filosófico. Puede ser como una mercancía y lo vendés como si fuera un chupetín o como parte del sistema de Salud. La Constitución provincial toma al medicamento como un bien social, por eso hay que garantizar su acceso y quien lo hace es el Estado, no el mercado», recordó el edil. El proyecto, en su artículo 9, especifica además que queda prohibido en las farmacias el expendio de lentes y anteojos, como así también medicamentos en góndolas con acceso directo al consumidor y que su incumplimiento devendrá en una sanción del equivalente de hasta 5 mil UMM (unidad monetaria municipal) más el decomiso de la mercadería. «En caso de reincidencia se aplicará clausura de hasta sesenta días corridos. La mercadería decomisada será destruida o desechada según establece la normativa vigente», manifiesta el documento. Macagno aseguró que bajo estas nuevas condiciones «no se podría instalar un nuevo local de Farmacity ni de Dr. Ahorro, ni de otra cadena cuyos titulares sean una sociedad anónima o que no tengan en su mayoría a miembros profesionales de farmacia».
En todo el país, varias provincias permiten que las cadeneras se instalen sin instalen sin ninguna restricción. Córdoba es una de ellas, lo que hizo que se concentrara la oferta en los centros urbanos, descuidando los barrios periféricos. Además, hubo una importante cantidad de farmacias independientes que debieron cerrar. Desde que Mauricio Macri llegó al país, el lobby de Farmacity –de la mano de su ex CEO Mario Quintana –hizo que se reabra la discusión en Buenos Aires, donde la ley 11.606 claramente rechaza las sociedades anónimas como dueñas de los mostradores. A fines del 2017, de la mano de esta tendencia, la firma anunció un plan para los próximos cinco días para invertir 3 mil millones de pesos y la apertura de 200 puntos de venta. De la mano de la falta de regulación, Farmacity, que fue fundada en 1997, cuenta con más de 200 sucursales en todo el país.
Tiene presencia en diferentes provincias, tales como Córdoba; Mendoza; San Luis; Entre Ríos; Chaco; Salta; y otras. Sólo en Capital Federal cuenta con más de 140 locales. En conjunto, y contabilizando todos sus formatos, la firma opera con un total de 300 bocas.
Fuente: Mirada Profesional