La Fiesta Provincial de la Cerveza 2025 cerró con más de 35.000 personas en su tercera noche y un total que superó los 100.000 asistentes en las tres jornadas
La edición 2025 de la Fiesta Provincial de la Cerveza quedó grabada como una de las más multitudinarias e inolvidables. Una vez más, más de 35.000 personas se dieron cita en el imponente Hipódromo de Mendoza para vivir la tercera noche. De manera tal que, alcanzó un total que superó los 100.000 asistentes a lo largo de las tres jornadas. Así, música, identidad y una energía colectiva imparable marcaron un cierre a puro ritmo.
Potencia rockera para un lunes inolvidable
Piti Fernández abrió la noche con un viaje íntimo y emotivo
Más de 35.000 personas colmaron el lugar cuando Juan Germán Fernández, Piti, dio inicio a la velada. Su show abrió con Esperándome, un tema de impronta country que anticipó la mezcla de géneros que desplegaría a lo largo de su presentación.
El artista, reconocido por su trayectoria en Las Pastillas del Abuelo, ofreció una propuesta cercana y emocional, recorriendo temas propios y ajenos. Así, cantó «La doctora» y también se animó a «La balada del diablo y la muerte», de la Renga , entre otros.
Asimismo, Piti pudo mostrar su versatilidad cantando también temas como La Pachanga de Vilma Palma y «Waitin» de Los Pericos. Por lo que, quedó demostrado su talento para recrear clásicos y darles un toque especial, dando una presentación magnética cargada de emoción.
La Franela encendió al público con himnos y energía
Luego fue el turno de La Franela, que desplegó su potencia rockera mezclada con pop, reggae y ska. La banda regaló un momento vibrante, donde cada canción fue acompañada con fuerza por el público.
Así, La muchacha, Hacer un puente, Pasarás, Lo que me mata y Fue tan bueno generaron un coro masivo que envolvió el Hipódromo.
Sobre el final, se sumó un momento especial: Alejandro Martínez, hijo de Ciro, subió al escenario con apenas 15 años. Por lo que, sorprendió tocando la melódica, demostrando que la música también se hereda. Su participación fue uno de los guiños emotivos de la noche.
Un sueño cumplido: Ciro, Piti y un reencuentro esperado
La magia se encendió cuando se dio un cruce que el público esperaba desde hace años: Piti Fernández volvió al escenario para cantar junto a Ciro.
Juntos interpretaron Pacífico, el clásico de Los Piojos, y el Hipódromo explotó. La postal del reencuentro coronó un sueño colectivo de miles de fanáticos que anhelaban ver nuevamente a los ex Piojos compartiendo música en vivo.
Ciro y Los Persas: emoción, comunión y una noche que no quería terminar
El cierre quedó en manos de Ciro y Los Persas, una de las bandas más queridas por el público mendocino. Con una puesta sólida y emotiva, repasaron clásicos como Astros, Antes y Después, Me gusta, Luz y Pistola.
Uno de los momentos más celebrados se dio durante Mírenla, cuando Ciro bajó del escenario para saludar a la gente, que lo ovacionó con energía.
Aunque Ciudad Animal fue anunciado como el último tema, el público no dejó que la noche terminara. Es que, hubo dos falsos cierres, ovaciones interminables y un artista que volvió una y otra vez.
Finalmente, tras jugar con la audiencia, Ciro deleitó en el final con El Farolito. Sin embargo, ante una gran aclamación de los fans cerró el show tocando el himno nacional con su armónica, un cierre que quedará grabado en la memoria colectiva.
Tercera Noche: Eugenia Quevedo y La Banda de Carlitos: un inicio vibrante bajo la lluvia
La tercera noche comenzó con Eugenia Quevedo y La Banda de Carlitos (LBC), quienes llegaban a Mendoza tras haber sido declarados Patrimonio Cultural de Córdoba, un reconocimiento que celebraron desde el escenario.
Eugenia abrió el show con una dedicatoria que encendió al público. “Porque soy tu fans, Mendoza de mi vida”, dijo, generando un estallido de aplausos.
El show avanzaba con toda la potencia del cuarteto cuando, a la cuarta canción, comenzó a llover. Pero lejos de opacar la fiesta, el público lo vivió como un regalo: muchos levantaron las manos, otros gritaron y la energía subió aún más. Es que, la multitud tomó la lluvia “como una bendición del cielo” y siguió bailando sin parar.
La escena se volvió aún más especial con la presencia de los robots luminosos, que recorrieron el predio con juegos de luces y movimientos sincronizados. Así, bailaron entre la gente y también subieron al escenario, aportando un toque futurista y dinámico a una noche ya encendida.
Así, durante una hora, canciones como Obsesión, Perdonarte para qué, Pa’ tipos como tú y Olvidarte de mí jamás podrás hicieron temblar el Hipódromo. De hecho, el público respondió con cánticos, alegría y una entrega total, durante una hora ininterrumpida.
El show arrollador de Damas Gratis
Damas Gratis encendió el Hipódromo con una seguidilla de clásicos: No te creas tan importante, Costumbres, Laura, Alza las manos y Perrito malvado.
“Las manitos arriba, Mendoza”, arengaba Pablo Lescano, mientras la multitud respondía al grito de “ATR toda la noche”. El ida y vuelta fue constante, especialmente cuando sonó Menea para mí.
Uno de los momentos más fuertes llegó con Me vas a extrañar, coreado de principio a fin por miles de voces. Atr cumbia, callejero, gato, repetía el público convertido en una sola hinchada, mientras los grupos de jóvenes bailaban en ronda sin parar.
Un final sin fin
Cada vez que el show parecía llegar al final, el público pedía una más a Damas Gratis. Lescano, visiblemente emocionado, recordó que visita Mendoza desde 1996 y homenajeó su historia musical con una reversión de Yo tomo cerveza, tema de su época en Amar Azul.
“Vamos a tocar hasta el amanecer”, prometió desde el escenario antes de invitar al pogo más grande con El mono relojero. También hubo tiempo para el ya clásico: “El que no salta es un inglés”, que el público respondió con euforia.
Finalmente, Lescano cerró la noche entre aplausos, despidiéndose con un “Chau Mendoza, qué lindo volverte a ver”.
Un cierre para recordar
La tercera noche consolidó un fin de edición inolvidable. Con más de 100.000 asistentes en total, la Fiesta Provincial de la Cerveza reafirmó su lugar como uno de los eventos culturales más convocantes del país.
El cierre fue un verdadero estallido colectivo. Así, miles de personas bailaron, cantaron y celebraron al ritmo del cuarteto y la cumbia, viviendo una noche culminante que quedará en la memoria de Mendoza.