Cuando los recursos naturales de un lugar escasean empieza el conflicto de intereses desde los distintos sectores. Igual que en la película animada «Rango» donde un joven camaleón se ve envuelto en una pelea por el agua en un reseco pueblo llamado «Dirt» poblada por animales del desierto que cada vez sufren más debido a la sequía del lugar. En la provincia de Mendoza no tenemos a «Rango», pero si a «Rody» un gobernador de ojos celestes tironeado por distintos sectores de la Sociedad que buscan ser los dueños del destino del recurso natural que hoy escasea: el agua.
Cada verano, desde hace muchos años, décadas, queda al desnudo la realidad de la falta de inversión, mantenimiento y ejecución de obras de magnitud en torno a la producción y distribución del agua potable en la provincia.
En una provincia donde solo 3% del suelo es irrigado y en medio de un proceso de desertificación y sequía que se vio agravado por el calentamiento global, el panorama actual pide a gritos soluciones urgentes pero resueltas de manera efectiva.

De acuerdo a los datos de Aysam (órgano que tiene a cargo la administración del agua y el saneamiento en Mendoza), en la actualidad hay al menos mil kilómetros de cañerías de agua corriente que necesitan ser reparados o más bien, reemplazados para evitar nuevas roturas, cortes, complicaciones e innecesarios derroches que hoy tienen un alto costo hídrico.
En el contexto de desinversión y «olvido» de varios gobiernos y de acuerdo con los datos oficiales, al menos el 30% del agua potable que debería continuar por el sistema para abastecer a miles de familias se pierde en la red como consecuencia de las roturas y pérdidas.
En consecuencia, la falta de políticas afines para revertir la situación, termina pagándola una vez más (quién no) el mismo ciudadano mendocino de siempre con cortes de agua durante semanas en verano y un calor extremo, rotura de caños que provocan improvisados «ríos» en las calles y bronca, mucha bronca.

La bronca de los vecinos va en contra de los intendentes que tienen que emparchar la crítica realidad con bidones y camiones hidrantes. Y de allí los intendentes de esos municipios levantan la queja ante el gobernador. Lo hizo Ulpiano Suarez en Ciudad, lo hizo Flor Destefanis en Santa Rosa, lo hicieron todos, más allá de los colores políticos.
Cornejo solo le trajo problemas a Suarez

Ya todos sabemos que Alfredo Cornejo en su gestión como gobernador le dejó una pesada herencia a su correligionario Rody Suarez. No solo le entregó una millonaria deuda a la provincia al emitir bonos para endeudarse por 720 millones de dólares, sino lo más pesado a futuro que es el impacto de los vencimientos en un contexto de crisis.
Nadie supo en qué gastó Cornejo esos millones, ya que el drama del agua sigue igual que siempre porque en su gestión no hubo inversiones de raíz para revertir la realidad, solo parches para poder mediatizar en los medios donde le metía plata… y así la provincia aún cuenta con serios problemas de infraestructura en escuelas, centros de salud, hospitales, rutas, puentes, urbanización, viviendas, entre otras cuestiones.
El «Muerto» de Portezuelo

La obra de Portezuelo del Viento nació como una “compensación” que iba a realizar Nación a la provincia de Mendoza. Producto de la voluntad acuerdista del entonces presidente Néstor Kirchner y el gobernador Julio Cobos (cuando era kirchnerista), fueron destrabando un proyecto que llevaba varias décadas de archivo. Luego de construida, Nación le iba a ceder el manejo de la represa a Mendoza.

En una entrevista de estos mediáticos días de Alfredito, chapeó con orgullo para radio Nihuil que el padre del quilombo Portezuelo fue él mismo: «El convenio de 1.023 millones de dólares que yo le saqué a Macri fue el aporte más importante que se logró en toda la democracia. Ese convenio fue impecable. Nunca ningún Gobierno le sacó 1.023 millones a la Nación y no es un papel firmado en arena, sino que se está ejecutando».

No obstante hoy «La Obra del Siglo» está estancada: por costosa; por atacar al ecosistema tan debilitado de la Cuenca del Río Colorado afectando a las provincias lindantes; porque de aquél 2006 a este 2020, pasó mucho tiempo y el proyecto de Pescarmona-Cobos-Kirchner quedó conceptualmente atrasado en un mundo con importantes avances tecnológicos, que hoy apuesta a energías limpias renovables mucho más eficientes, ambientalmente menos invasivas y a un menor costo. Ante una falta de planificación, Cornejo una vez más metió a Mendoza en un grave problema del cual (como siempre) nunca se hace cargo y le pateó la pelota a Suarez.
El mundo no se paralizó con la expectativa que se generó la atrasada «Obra del Siglo». Ni siquiera estuvo presente el mismísimo gobernador de Mendoza Rodolfo Suarez en el acto de apertura de sobres porque había preferido ir a hacerse un chequeo de rutina médico. Toda una señal.
No hubo sorpresas en aquella apertura de sobres con los antecedentes técnicos de las empresas interesadas en la construcción de Portezuelo del Viento ya que sólo un consorcio se presentó en el acto licitatorio que se desarrolló en la Nave Universitaria: Se trataba de la UTE «Malalhue», encabezado por la empresa china Sinohydro y las mendocinas IMPSA del «amigo» Pescarmona, CEOSA y Obras Andinas, con la cooperación de Gezhouba, otra firma del país asiático.

En el gobierno de Suarez no esperaban otra cosa. «No tenemos expectativas en que se presenten muchas ofertas. La competencia se vio desalentada. Se creó este riesgo de que si Portezuelo se hace o no», había asegurado por entonces el gobernador Rodolfo Suarez.
La desesperación de las mineras por el negocio del agua

En la entrevista reciente de Cornejo para Nihuil también mostró con orgullo el desarrollo del fracking en Mendoza, en donde a través de un decreto durante su gobierno se adaptaron rebajas de regalías para todas las empresas que quisieran perforar la roca mediante el fracking. Una de las principales beneficiarias fue El Trébol, de los amigues Vila – Manzano.
«Yo me puse firme regulando el fracking que ya se hacía desde hace mucho tiempo, y lo logramos, se hicieron pruebas piloto, me puse firme y eso corrió», remarcó Cornejo en radio Nihuil.
Las promesas de millonaria repartija de Cornejo a sus amigos empresarios, mineros, de servicios, casta política, nunca llegó porque la reforma de la ley 7722 nunca prosperó por culpa de la resistencia del pueblo mendocino por defender sus recursos naturales y calidad de vida.

Por eso cansados de esperar, de no ver prosperar el millonario negocio, distintas entidades volvieron a «apretar» y pedirle al gobernador que se reinstale el debate sobre la actividad minera.
“Nos molesta que el gobernador diga que es un tema cerrado. Nosotros tenemos la posición tomada hace tiempo de cumplir con la 7722, pero no hay seguridad jurídica para que vengan las inversiones porque tienen miedo a la población, a las reacciones”, se quejaron desde la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet).
A fines del 2021, la Unión Industrial de Mendoza (UIM) renovó autoridades y reforzó en el nuevo organigrama su postura extractivista. El nuevo presidente, Matías Díaz Telli, es dueño de Hidroblan, una empresa de perforaciones, postuló como eje de trabajo el clásico apotegma del lobby prominero: «Ampliar la matriz productiva de Mendoza».
En tanto, la Cámara de Empresarios Mineros (CAMEM) volvió a la carga con su prédica contra la 7722 y sigue con la presión para reinstalar la discusión que le abra la puerta a la megaminería metalífera en Mendoza: “Queremos que la minería vuelva a ser un tema de agenda en 2022”, señaló Raúl Rodríguez, presidente de la CAMEM, entidad miembro de la UIM que viene trabajando finamente una campaña mediática en los medios mendocinos y particulares periodistas cornejistas que conocemos todos.

Si no se desarrolla la obra Portezuelo, no hay agua para el fracking, por lo tanto es muy difícil que prospere el negocio de los empresarios mineros, satélites de servicios y casta política prendida al lobby.
En medio está la crisis hídrica en Mendoza, con caudales mínimos históricos ( la peor situación hídrica de los últimos 33 años, con el 30 % menos de agua que el promedio histórico) y con perspectiva de no mejorar en los próximos años, agravada por una distribución ineficiente e inequitativa y una productividad del agua subóptima a nivel de finca, hacen que la instalación de sistemas de riego eficientes sea una prioridad para dar sostenibilidad a los sistemas productivos, así como el mantenimiento y conservación de canales y la cooperación en el uso de perforaciones.
Cabe destacar que la cantidad de agua requerida para desarrollar un pozo de hidrocarburos no-convencionales por medio del fracking oscila entre 2.5 y 7.5 millones de litros, lo cual si se recurre a la actual situación del agua, Mendoza caería en una histórica crisis hídrica que repercutirá en la población y los productores agropecuarios ¿Vale la pena?
«Rango» Suarez debe decidir el mejor camino para los mendocinos.