Mendoza, Tierra de Nadie: Policías Abandonados, Barrios Liberados y un Gobierno Ciego ante la Inseguridad

Actualidad Mendoza

Mientras el gobierno de Alfredo Cornejo y su ministra de Seguridad miran para otro lado, Mendoza se hunde en la delincuencia. La Policía, agotada y mal paga, se planta en reclamo de sueldos dignos, condiciones de trabajo humanas y equipamiento básico para enfrentar el crimen. Pero la realidad es que la protesta de los uniformados es solo un reflejo del abandono total al que nos han sometido a todos los mendocinos.

Los robos ya no son una novedad, son el pan de cada día. Nos sacan las rejas, los medidores de agua, las ruedas de los autos. Los barrios, antes tranquilos, ahora son zonas liberadas. Y el gobierno, en lugar de garantizar más policías en la calle con salarios justos y herramientas para combatir el delito, les paga sueldos de miseria y los obliga a mendigar horas extra para sobrevivir.

Una protesta que evidencia la corrupción y el desinterés del gobierno

Los policías de Mendoza han decidido tomar medidas, pero la verdad es que estas protestas son débiles frente a la impunidad con la que el gobierno maneja la seguridad pública. La realidad es que muchos efectivos se están retirando o pidiendo suspensiones porque ya no soportan trabajar en un sistema donde el dinero del presupuesto se desvía a otros intereses políticos en lugar de destinarse a patrulleros, chalecos y municiones.

La inseguridad que sufrimos no es casualidad: es el resultado de un Estado que hace más de 10 años se roba el dinero de la seguridad y permite que la delincuencia crezca sin control.

¿Qué reclaman los policías y por qué nos afecta a todos?

✔️ Sueldo mínimo de $901.000 acorde a la canasta básica.

✔️ Pago justo por horas extras y servicios extraordinarios, que hoy se pagan con migajas.

✔️ Blanqueo del presentismo y racionamiento, para que los policías cobren lo que realmente les corresponde.

✔️ Descanso en turnos de 24×48, porque los policías también son personas.

✔️ Equipamiento digno, para que puedan combatir la delincuencia sin jugarse la vida con chalecos vencidos y móviles en ruinas.

Pero mientras los policías luchan por condiciones mínimas para protegernos, el gobierno sigue derrochando dinero en estructuras políticas inútiles y en alimentar una maquinaria corrupta que nos deja a todos a la deriva.

Mendoza, al borde del colapso de seguridad

Hoy, ya no se roban solo bicicletas o celulares. Ahora entran a las casas armados, te sacan lo que tengas, te golpean, te matan si te resistís. La violencia está escalando a niveles alarmantes y los mendocinos estamos cada vez más solos. La Policía, la única barrera entre nosotros y el caos, está siendo desmantelada por un gobierno que no quiere gastar en seguridad, pero sí en política.

La pregunta es simple: ¿hasta cuándo vamos a aguantar?

Esto no se soluciona con migajas: hace falta una respuesta real

El gobierno de Mendoza quiere manejar la inseguridad con parches, pero la realidad es que no hay policías suficientes ni equipados para contener el crimen. La protesta de los efectivos es justa, pero necesita ser más fuerte. Si los policías no son escuchados, seremos nosotros quienes sigamos pagando el precio con más robos, más violencia y más miedo.

Los mendocinos estamos hartos de mirar para otro lado. Es momento de exigir seguridad real, salarios justos para quienes nos protegen y el fin de una política que solo beneficia a los de siempre.

Porque cuando la policía está abandonada, la delincuencia manda. Y Mendoza ya no aguanta más.

Este enfoque es mucho más combativo, directo y desafiante. Refuerza la idea de que la corrupción y la desidia del gobierno son las responsables de la inseguridad que sufren los mendocinos. Además, pone en el centro la lucha de los policías y la conexión directa con el sufrimiento de la gente. ¿Te gusta este tono o quieres ajustar algo más?

Por Mario Vadillo