Ante una crisis de poder, Cornejo quiere volver a ser Cornejo y trata de afianzar lealtades a su tropa revirada a látigo y billetera

Actualidad Mendoza

A pesar de que los medios de comunicación de «el club de la pauta» y los formadores de opinión «ensobrados» lo intenten mostrar a Alfredo Cornejo como un líder «fuerte», ya todos saben puertas adentro del mismo Frente Cambia Mendoza que solo está subido a un frágil banquito, su poder se va deshilachando, que los años, el cansancio, el estar mal rodeado con una troupe de obsecuentes inútiles, sin iniciativas y gestión, hacen que ya no sea El Cornejo de antes.

«Las segundas partes nunca fueron buenas», va más allá de un clásico slogan y es una confirmación de la regla en la política de Mendoza. Cornejo está gastado; su relato de Estado «eficiente» está gastado y cuestionado desde los mismos hechos con numerosos viajes por el mundo de sus funcionarios, legisladores y los propios que tratan de silenciarlos, cenas fastuosas bancada con «la tuya contribuyente», tremendos asados de la militancia cornejista en la Residencia del Gobernador en La Puntilla; sueldazos a toda la caterva de cargos de alta jerarquía en las entidades públicas bajo su órbita; y derroche millonario en publicidad gubernamental que financia varias redacciones y nuevos medios. Sus formadores de opinión del mecanismo mediático cornejista ya están gastados y la gente ya le ve todos los hilos y los sobres.

Ni hablar de sus delfines que Cornejo quiere llevar a su línea sucesoria para el 2027, en donde hasta ahora nadie levanta cabeza… ni hablar del vacío de «candidatos» que tiene para las elecciones a medio término, en donde ya se especula con llevar a la mismísima Hebe Casado para empapelar la provincia con cara de candidata.

Frente a esta realidad, con «olor a cala», Alfredo ve que está perdiendo poder y eso lo desespera. Se enoja con los propios y no logra que reaccionen. A esto se suma la caída de su imagen en las encuestas y el temor de una tercera y cuarta derrota consecutiva en diferentes escenarios electorales que se avecinan. Recordemos que El Patrón ya había perdido dos elecciones al hilo ante «el fenómeno Milei» en la provincia que lo cacheteó duramente en las urnas. Ahora se viene, a fin de mes, una nueva derrota en la interna del PRO de la mano de Hebe Casado y la improvisada militancia de PRO, recién sacados del horno a última hora que le inventó el mismo Cornejo. El año que viene podría venir la cuarta derrota consecutiva, si Karina Milei presenta una interesante propuesta electoral libertaria que otorgue un nuevo batacazo en la provincia de Mendoza. Esa estadística negativa a Cornejo lo desvela…

Por eso el gobernador empieza a intentar a jugar fuerte, con látigo y billetera, castigando a los que no son obsecuentes con él. Uno de ellos es Ulpiano Suarez, que con el correr de la semana le va tironeando de la cuerda para dejarlo al borde del precipicio: por un lado, le recorta fondos de la coparticipación provincial y no le habilita la canilla de obra pública nacional que consiguió en Casa Rosada. Luisito Petri hasta ahora demostró lealtad, aunque Alfredo le deja una correa corta.

La «selección» de obra pública nacional fue elegida en función del paladar del propio Alfredo Cornejo… con muchas obras para sus niños de Guaymallén y Las Heras que tienen la ambición de ser los sucesores desde el cornejismo para el 2027; discriminando a Maipú, Luján de Cuyo y hasta la misma región sur que incluye San Rafael y General Alvear en donde no cierran el fin de obra del gasoducto que hoy está casi terminado (al 90%).

A esto se suma más billetera para afianzar lealtades a través de los millonarios fondos obtenidos de La Obra del Siglo trunca, Portezuelo del Viento… que obviamente esos fondos serán dirigidos como alimento para sus mismos delfines, mientras festejan aleteando y dando saltos.

Para los que se asoman «rebeldes» obvio viene el látigo. Como dijimos desde el Biencuyanito y como dijo en estos días el vocero gubernamental cornejista, Ricardo Montacuto, uno de los grandes problemas que tiene la capital mendocina es la inseguridad que preocupa y crece… Frente a ello ¿Qué hace Cornejo? ¿Lo ayuda al Yayo? No, al contrario, le tira más tierra… no solo le quitó agentes policiales provinciales a Ciudad, sino también la misma ministra Rus dio la orden de patrullar menos las calles capitalinas… dejando solo a los preventores municipales hacer las tareas de seguridad que el Desgobierno Provincial no cumple.

Para peor se suma la noticia que el mismo Alfredo Cornejo le sacará en estos días dos comisarías a la capital provincial: ya se habla sobre el cierre definitivo de las Comisarías 1º y 2º, la primera ubicada en Av. Mitre Nº 1355 y la segunda en Capitán de Fragata Moyano 149. Ambas en Ciudad. En síntesis, menos plata, menos policías, menos patrullajes y menos comisarías…

Otro látigo iría para Marcelino Iglesias, que viene criticando en off la gestión del actual intendente guaymallino Marcos Calvente, el delfín protegido de Alfredo. Una investigación por un posible caso de corrupción protagonizado por un inspector de cauce Alejandro Currenti mantiene al Departamento General de Irrigación (DGI) envuelto en un escándalo y que podría salpicar al propio Marcelino, con cercana relación con el amigo Currenti.

Al trabajador en cuestión se le abrió un expediente por el supuesto desmanejo de recursos públicos por una cifra que, en principio, ronda los $30 millones, los cuales estaban destinadas a la construcción de obras que nunca se hicieron, entre otras irregularidades. En esta historia está envuelta la Municipalidad de Guaymallén, gestión Marcelino, que no solo firmó los convenios para las obras que no se hicieron, sino que además -expresado por el propio exintendente en ese mismo lugar-, se habían aportado materiales y logística del municipio para tal fin. Hoy la película son «los curros de Currenti»… pero si hay rebeldía política y se saca los pies del plato, el carpetazo puede subir hasta la figura del ex intendente.

Muchos de los viejos correligionarios que conocen muy bien el paño afirman que la incertidumbre lo pone como loco a Don Alfredo y cuando la tropa no responde como él quiere empieza a destruir y castigar, una guerra interna que habla de sus fantasmas e inseguridades.

Para peor, el mismo Cornejo sabe que ya no es el Cornejo de antes. Que su popularidad decae, que está perdiendo territorio y poder, ya no tiene influencia nacional como en su primera gestión y que cada vez hay más radicales que hablan mal y critican sus modos imperativos… incluso hasta hablan de un Gildo Insfrán menduco!

Sin dudas, se viene un invierno duro para los mendocinos y para la política mendocina. Con un gobernador en estado desesperado e ingobernable que trata de recuperar su trono de poder en medio de tomatazos y ladrillazos. Continuará

Por Julián Galván