El Gobierno de Mendoza otorgó un permiso de uso precario para reactivar el centro de esquí de Los Penitentes, que se encuentra paralizado desde 2016. La empresa Mapsa Group SA, dedicada al turismo aventura, se hará cargo del complejo para que funcione un parque de montaña durante la próxima temporada invernal y hasta diciembre de este año.
Este viernes se publicó en el Boletín Oficial el decreto 944, a través del cual el gobernador Alfredo Cornejo aprobó un convenio de permiso de uso precario con la firma Mapsa Group SA para conceder de forma temporaria el complejo de Los Penitentes hasta fin de año.

Se trata de la empresa de Pablo García, Mariano Rodríguez y Roby Riedel, la misma que opera en tres propuestas de turismo aventura como Villavicencio Park, Potrerillos Park y Costa Norte Park.
El convenio otorga la posesión del complejo para que el privado se haga cargo de la puesta a punto y habilitación del mismo como un parque de montaña sin medios de elevación, a cambio de un canon del 3% de Ingresos Brutos.
Si bien el decreto que se publicó este viernes aprobando el convenio con Mapsa Group obliga al privado a la prestación de servicios básicos en Penitentes; lo acordado con la empresa va mucho más allá de eso.

«Queremos que la gente pueda disfrutar de la nieve con servicios adecuados; y que a su vez encuentre en Penitentes la posibilidad de hacer otras actividades como treking, mountain bike o senderismo con raquetas», dijo Gabriela Testa, presidenta del Emetur, sobre el proyecto que ya está en marcha para este invierno 2024.
La empresa tiene a su vez la autorización del Gobierno para realizar contratos con terceros. Esto le permitirá, por ejemplo, ofrecer excursiones por recorridos en 4×4 y servicios gastronómicos.
Ocho años perdiendo temporadas y plata

Cabe recordar que en mayo de 2017, el gobierno mendocino al mando de Alfredo Cornejo optó por no renovar la concesión a la empresa encargada de gestionar este popular centro de esquí, y en 2018 se aprobó en la Legislatura la expropiación de los terrenos. Lo que inicialmente se esperaba que fuera una medida destinada a mejorar los servicios, de la mano de la gestión estatal boba de Cambia Mendoza, acabó lamentablemente conduciendo al abandono de lo que alguna vez fue un destacado punto de referencia en la región montañosa.

Tras la expropiación, Penitentes pasó ocho años sin funcionar como centro de esquí, lo cual dejó sin trabajo a todo el personal directo e indirecto. A la vez no se generaron ningún tipo de activos para la provincia, ni servicios básicos a los turistas. Era lo único que estaba en funcionamiento en alta montaña y su cierre causó un impacto fuerte en la calidad de vida de los habitantes de la zona.
