Este domingo, Maximiliano Pullaro ganó por amplia diferencia en la provincia de Santa Fe y desplazó al peronismo local muy lejos en el segundo puesto, en las elecciones generales provinciales. Con este resultado, ya son 16 distritos que definieron este año quiénes serán los mandatarios provinciales que tomarán su cargo a partir del 10 de diciembre.
La tendencia es clara, el voto de los argentinos apunta a lo emocional y pide a gritos renovación. Así se explica la irrupción de Javier Milei en las elecciones presidenciales, del cual ya se ha hablado mucho, pero también se producen diferentes fenómenos en las provincias donde se eligió gobernador, en el cual los resultados electorales sorprendieron a muchos, ya que la fuerza popular del voto de cambio, derrumbó las estructuras oficialistas enquistadas durante años.
En muchos casos, son nuevas fuerzas netamente regionales las que se están haciendo cargo de los próximos gobiernos provinciales de la Argentina 2024 y que fueron capaces de derrumbar años de gobiernos adormecidos que ya no sorprenden a su ciudadanía.
«La gente pide cambio de rumbo, sin saber mucho hacia dónde. La esencia que transmite tal o cual candidato es el mensaje directo al votante, mas allá de los contenidos», detalla el analista politico Anibal Urios de DC Consultores, que fue el único que detectó la sorpresa Luis Petri en Mendoza y la sorpresa Rolo Figueroa en Neuquén.

La tendencia crece, donde la base del triunfo no viene atado a las propuestas del candidato, ni de su pasado politico, sino en base a que el candidato transmita en el elector ese sentimiento de «cambio de realidad», de «nueva propuesta a lo establecido», de canal de expresión de «hartazgo o bronca ante la inacción del oficialismo provincial actual».
De hecho, en Santa Fe vuelve a gobernar un dirigente radical después de 60 años. Pero también existen casos como el de San Luis, donde Claudio Poggi con décadas de gobiernos de los Rodríguez Saá. O San Juan, donde Marcelo Orrego rompió con años de gobiernos peronistas que tuvieron a Sergio Uñac y José Luis Gioja, como los últimos máximos referentes. Y también Neuquén marcó un cambio de escenario, ya que un exmiembro del Movimiento Popular Nequino, que gobierna desde hace 60 años, Rolando Figueroa, logró imponerse a la estructura local.

Ningún votante analizó a la hora de entrar al cuarto oscuro, el pasado peronista del sanjuanino Marcelo Orrego o del compañero y delfín de los Rodriguez Saá, Claudio Poggi, que hoy representan los nuevos gobernadores bajo el sello de Juntos por el Cambio. Ni hablar del Rolo Figueroa y su batacazo en Neuquén, con su fresco pasado en el Movimiento Popular Neuquino, rompió con el histórico partido patagónico y armó un frente multipartidario, con el cual logró derrotar las estructuras históricas y años de gestión de ese mismo MPN.
En Santa Cruz hubo otro gran triunfo de una fuerza provincial que derrotó las profundas estructuras kirchneristas australes. Es así que el diputado nacional y secretario general del sindicato de petroleros, Claudio Vidal, será gobernador a partir del 10 de diciembre. Sucederá a Alicia Kirchner y pondrá fin a una sucesión de gobiernos afines al kirchnerismo, que se inició en 1991 con el triunfo del por entonces intendente de Río Gallegos, Néstor Kirchner.

Los regionalismos siguen en la senda de triunfos! Lo mismo sucedió en Rio Negro, donde un frente político netamente local, Juntos Somos Río Negro, que llevó como candidato al senador nacional y exgobernador Alberto Weretilneck, se impuso con un total de 42,43% frente al 23,86% del candidato de Cambia Río Negro, la versión local de Juntos por el Cambio. El oficialismo nacional, con Silvia Horne como candidata, salió tercera con un 10,54%. Tras ser consultado sobre a la elección presidencial Weretilneck confirmó: «No tenemos ninguna definición en cuanto a lo nacional. Tenemos muy claro que a nivel nacional tenemos nuestras propias ideas».

Son diez las provincias que apostaron por la continuidad. Ellos son: Martín Llaryora en Córdoba, Hugo Passalacqua en Misiones, Gildo Insfran en Formosa, Ricardo Quintela en La Rioja, Sergio Ziliotto en La Pampa, Osvaldo Jaldo en Tucumán, Carlos Sadir en Jujuy, Gustavo Sáenz en Salta, Alberto Weretilneck en Río Negro y Gustavo Melella en Tierra del Fuego.
De igual manera, el mapa electoral todavía puede sufrir modificaciones y llevar encima varias «sorpresas», producto de las seis provincias que tuvieron las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), pero que todavía restan definir su nuevo gobernador en las generales. Chaco irá a las urnas el próximo domingo, 17 de septiembre y Mendoza hará lo propio el 24 de este mes. Mientras que Provincia de Buenos Aires, CABA, Catamarca y Entre Ríos votarán en simultáneo con las elecciones generales del 22 de octubre ¿El voto popular seguirá en la misma tendencia?