La clase política está totalmente desconcertada y nadie sabe realmente hacia donde se va a inclinar el voto popular en estas elecciones departamentales-provinciales-nacionales. Miles de charlas de café arman un conglomerado de opiniones más o menos perceptivos de una realidad posible.
La falta de «calle» de la actual clase política, con mucho microclima de militantes en lugares cerrados y poco contacto con la gente «de verdad», hace que vivan en un verdadero «termo».

Ante esta irrealidad, los dirigentes acuden inmediatamente a descubrir el «pulso ciudadano» a través de las encuestas. Un gran negocio, muy bien pago, que muchos aprovechan para armar un kiosquito sostenido por la política. No todos trabajan con seriedad y compromiso por develar metodológicamente el verdadero recorte de la opinión pública, lo cual aprovechan a armar «paquetones» de acuerdo a quién paga la encuesta. Es así como todos son grandes ganadores! Mientras más se paga… mayor diferencia del candidato de acuerdo a sus rivales…jajaja
Con estas especulaciones muy bien remuneradas, se generó una verdadera contaminación de encuestas que pululan en las oficinas de los políticos y los periodistas ¿Dan ganador en primera vuelta a Milei? ¿Gana Cristina con contundencia por la gran cantidad de electores bonaerenses? ¿Larreta presidente? ¿Patricia es la gran candidata que llegue al ballotage? ¿Tiene que volver Macri a hacer «su segundo tiempo»? ¿Massa es el candidato indiscutido en el peronismo? ¿Y Scioli? ¿Y los radicales? ¿Y Candela? ¿Y la moto? Miles de guarismos se desparraman con números totalmente distintos a cada día, a cada hora, lo cual hace a ciencia cierta que nadie sabe lo que va a pasar.

En Mendoza sucede lo mismo. Las encuestas que están dando vuelta son verdaderas caricaturas de la realidad. En algunos casos se ve «un cabeza cabeza» entre dos legendarios candidatos pero «olvidan» a otros rivales de buena performance en otras elecciones. Otros «surgen» espontáneamente con muy buenos números para empezar a posicionarse que sorprenden al mismo ciudadano. Las «sorpresas» para algunos encuestadores, son «reconfirmaciones» de otros de que están haciendo un excelente trabajo metodológico.
Como dicen en la calle «los pingos se ven en la cancha» y la verdad la tendrán los números reales del resultado de la elección, allí saldrá a la luz los «charlatanes» y los que realizan un trabajo de opinión pública serio. Pero para muchos precandidatos la noticia será muy tarde.
Sumado a esto, muchos charlatanes improvisan a «modo de consultores políticos» y cometen errores garrafales de campaña, que en vez de sumar electores los espantan. Gente de poca formación que seducen al potencial candidato con una enorme venta de humo «Yo te saco ganador», derrochan miles de pesos y terminan en un enorme fracaso. Ya los estamos viendo, tanto a nivel nacional como en Mendoza mismo…

En medio de malas estrategias de campaña, los políticos desbarrancan, cometen papelones y ponen en agenda temas que poco le interesan a la gente. Es así que hablan de cosas que la gente no le interesa escuchar o poco le mueven los pelitos del brazo.
En un escenario de poca realidad directa con la gente, sobrepoblación de encuestas totalmente dispares, chantas disfrazados de consultores, hacen que la clase política transite un camino de inseguridades sin saber realmente lo que pasa en el electorado y proponen temas errados.

La opinión pública giró tanto en estos últimos meses que la clase política no tiene un brújula que los ubique en tiempo y forma. Ya con los espejitos de colores y los viejos manuales de campaña electoral no alcanzan y es ahí donde entran en senderos equivocados.
Sin dudas, este 2023 será el gran año de las consultoras políticas. Donde se tamizará con concretos resultados, quiénes son los mejores y serios, de los chamuyeros.

Un ciudadano que realmente está harto de ver las «caruchas» de siempre en cada elección, con discursos y promesas gastadas, millones de pesos derrochados en campañas políticas mediocres en dónde se le ven todos los hilos y una maquinaria de «esperanza» que ya no funciona, porque las realidades de esa gente que vota cada dos años nunca fue modificada para mejor sino todo lo contrario. La gente está harta!
¿Se avivará esta vez la gente? Aún estamos a tiempo de gestar un verdadero y definitivo cambio que brinde progreso y sobre todo, mejor calidad de vida.
Por Julián Galván