Siguiendo las palabras de Cornejo sobre «la reducción del empleo público», Mendoza empezó a recortar en Salud, despidiendo a médicos, enfermeros y farmacéuticos de OSEP

Actualidad Mendoza

Sin dudas, las multitudinarias protestas manifestadas durante semanas por el sector de la Salud en las narices de Rodolfo Suarez no cayeron nada bien, porque desnudaron la realidad de una gestión que no dialoga, actúa a decretazos y deja a sus trabajadores en precarias condiciones laborales.

Tras el amplio triunfo electoral de Cambia Mendoza del pasado 12 de septiembre, le brindó la espalda suficiente para «accionar». Es así como «la vendetta» del Gobierno provincial empezó con el incumplimiento del acuerdo entre los gremios, recortándole de sus honorarios los días de huelga, algo que Suarez se había comprometido no hacer. Pero lo hizo con total impunidad!

«La vendetta» ya tiene una segunda parte, que es la expulsión de los trabajadores de la salud «no sumisos» a las órdenes del Gobierno provincial que se manifestaron democráticamente en aquellos días. «Los héroes de la Pandemia» fueron víctimas de un brutal ajuste salarial y de desempeño de su actividad en precarias condiciones.

Es así como cerca de 50 trabajadores de la Obra Social de Empleados Públicos (OSEP) fueron despedidos el pasado 30 de septiembre a través de la no renovación de contratos. Se trata de enfermeros, técnicos, farmacéuticos y médicos que fueron contratados bajo modalidades precarizantes al inicio de la pandemia para la pelea contra la misma.

Esto se suma al despido de una residente del Hospital del Carmen el pasado 23 de septiembre, en ese caso a través del “bochazo” del examen anual, tras haber prestando servicio de clínica del hospital, ni más ni menos que en los dos años de pandemia. Una «particular» manera de agradecimiento del Gobierno de Suarez por los servicios prestados en esos duros tiempos. Luego de tomarle una serie de exámenes que buscaron desde el primer momento desaprobarla, se le comunicó verbalmente que se la va a desvincular del servicio. En otras palabras, despedirla. Sin dudas hay un único motivo, «su rebeldía» frente a las órdenes del Ejecutivo: atacar a las y los residentes que se rebelaron contra el gobierno exigiendo mejoras en el salario y las condiciones laborales.

Disfrazado de una baja por haber reprobado el examen para pasar a tercer año de clínica médica, «a pesar de ser una residente con manejo de paciente crítico y 2 pacientes intubados en sala común», denunció la profesional de la salud. Desde la Asamblea de Residentes denunciaron que es parte de una persecución y amedrentamiento hacia quienes se movilizaron contra la precarización laboral y por mejores condiciones en la salud de todos los mendocinos y mendocinas.

Mientras las quejas sobre el terrorífico servicio que presta la OSEP son vox populi, se recorta personal. Un despropósito que solo se entiende si se lo pone en el contexto del ajuste brutal que lleva adelante el gobierno contra la población trabajadora.

La Osep es en los hechos un apéndice del gobierno provincial, en la que los 300 mil afiliados cautivos no tienen ni voz ni voto en el manejo de la obra social. Los aportes son incluidos directamente como ingresos corrientes en el presupuesto provincial y no son destinados en su totalidad al funcionamiento de la obra social. Con el 6% de todos los salarios estatales de la provincia más los extras por afiliados indirectos, la Osep ha sido utilizada gobierno tras gobierno como una verdadera caja negra.

Estos despidos masivos sumados a las declaraciones de Alfredo Cornejo sobre la “reducción del empleo público” son una luz de alerta para los casi 3.000 trabajadores precarizados de la salud pública mendocina y, por lo tanto, para todos.

En un Presupuesto provincial 2022 austero, sin muchas propuestas de desarrollo, con mucho gasto en sus compromisos empresariales amigos y con gran dependencia de los ingresos del Gobierno Nacional (el 55 por ciento) está bien en claro por donde van a ir los ajustes… en el pueblo trabajador.

Fuente: Prensa Obrera – La Izquierda Diario