La diputada provincial Josefina Canale (PDP) solicitó al Poder Ejecutivo que provea e instale cámaras térmicas de sistema infrarrojo de detección rápida de temperatura corporal, para visualizar en cámaras de video el estado térmico de la cara y cabeza de las personas, como medida de seguridad para prevenir nuevas infecciones del virus CODIV-19 en distintos puntos estratégicos de Mendoza. Será luego de la finalización del periodo de aislamiento social obligatorio decretado por la Nación.
La legisladora explicó que una vez que se declare concluida la situación de cuarentena que comenzó a regir el 20 de marzo del corriente año, “la población nuevamente se concentrará en grandes masas, generando focos de contagio, pese a las indicaciones de distanciamiento social” y que por lo tanto “es necesario contar con un método que prevenga posibles contagios”
“Las cámaras térmicas son un método para analizar el calor emitido por las personas, que consiste en un sistema infrarrojo de detección rápida de temperatura corporal, visualizadas en cámaras de video con análisis térmico de los rostros y la cabeza, que no afecta en nada la salud, ni invade la privacidad de quienes por este control preventivo de Covid-19”, señaló Canale.
Recordó que uno de los síntomas que presentan las personas afectadas con el virus, es el aumento en la temperatura corporal que supere los 37,7 grados centígrados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Dijo también que “sería eficaz la instalación de estos dispositivos en la entrada de centros comerciales abiertos y cerrados, terminales de ómnibus, estaciones de ómnibus, plazas departamentales, bancos, aeropuertos, franjas fronterizas y cualquier otro punto estratégico de cada zona de la provincia que congregue circulación masiva de personas”.
Aclaró que “este sistema de prevención no interrumpe el paso de las personas que se encuentran circulando, sin demorar a nadie ni interrumpir el tránsito peatonal, permitiendo su análisis de modo no invasivo y para su utilización es necesario un pasillo de dos metros de ancho y tres metros de recorrido, como mínimo”.
En los fundamentos de la iniciativa se informa que “según la marca y el modelo, pueden ser analizadas hasta cincuenta (50) personas a la vez con un alto grado de efectividad y en caso de detección de una persona que exceda los valores normales de temperatura, se activa un protocolo especial donde se lo aparta para un examen posterior, con un termómetro tradicional de modo de comprobar efectivamente, a través de un segundo testeo, que se encuentra comprendido dentro de la población de riesgo, obligándolo a la firma de una declaración jurada de retorno a su domicilio, previa recolección de sus datos personales para realizar, posteriormente, los controles correspondientes y dejándolo a disposición de las autoridades sanitarias de la zona donde reside la persona. Cualquiera sea el caso, se procederá a dar aviso a su empleador de esta circunstancia. Y para volver a circular, la persona detectada con un estado febril deberá contar con un certificado médico que avale que no ha contraído el virus COVID-19”.
Las cámaras termográficas son una herramienta para la prevención del coronavirus COVID-19, ya que un indicador importante sobre la presencia de síntomas es la fiebre. Estas cámaras son ideales para escanear grupos de personas. Lo que facilita el uso de la termografía infrarroja es que la fiebre se manifiesta, entre otras cosas, con una elevación de la temperatura en la cabeza. Las mismas no atraviesan tejidos corporales, ni la ropa. Su sistema de alerta consiste en una alarma que se dispara cuando los sensores de temperatura detectan una diferencia superior a la temperatura seteada. De este modo es posible reconocer personas con una temperatura corporal elevada de forma rápida y fiable.