Efectivos policiales detuvieron en la mañana de este viernes un micro proveniente de la provincia de Mendoza en el que viajaban ciudadanos Italianos, españoles, alemanes y eslovenos, en medio del aislamiento obligatorio por el coronavirus.
La unidad fue detenida en el peaje de Parque Avellaneda, y los conductores explicaron que iban a un hotel en la Ciudad de Buenos Aires.
El micro atravesó cuatro provincias y, aparentemente, recién al llegar a la Ciudad de Buenos Aires les pidieron el permiso de circulación. Presentaron una autorización del Ministerio de Salud de Mendoza, no tenían permiso para circular libremente.
Además de los dos choferes, en total viajaban 51 pasajeros, 27 de los cuales son extranjeros oriundos de Italia, España, Canadá, Portugal, Eslovenia y Alemania. Hay menores de edad dentro de la unidad.
Alberto Crescenti, titular del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) estuvo presente en el lugar, revisaron a los pasajeros y confirmó: «No tienen fiebre pero hay extranjeros que están circulando que no sabemos donde iban. La autoridad de la ciudad nos dio los datos y el listado de quienes están dentro del micro y ahora van a actuar la justicia y migraciones”.
En plena cuarentena no pueden circular micros de larga distancia y, según las fuentes, los pasajeros del ómnibus estaban infringiendo el artículo 205 del Código Penal, que castiga al que viole las medidas adoptadas para impedir la introducción o propagación de una epidemia.
El jueves, en la avenida General Paz, la Policía detuvo a un micro de larga distancia de la empresa Balut proveniente de La Quiaca, Jujuy, con 59 pasajeros, la mayoría extranjeros, y dos choferes: una mujer peruana tenía fiebre.

Además de los dos choferes, que son argentinos, entre el pasaje había 10 ciudadanos argentinos, 22 de Colombia, 21 de Venezuela, 2 de Bolivia, 3 de Perú y un brasileño. Todos fueron alojados en tres hoteles porteños, menos la mujer con síntomas febriles que fue derivada al hospital Pirovano.
La detección y detención del micro ocurrió en el cruce de la General Paz y Zapiola, a metros del Puente Saavedra. En el lugar trabajó el SAME. Su titular, Alberto Crescenti, estuvo junto al secretario de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo D’Alessandro.
El juez federal Julián Ercolini fue quien decidió el destino de las personas que iban en el micro: ahora los dos choferes y el pasaje fueron derivados a tres hoteles porteños: los venezolanos al Rochester (Esmeralda 556), los colombianos y los argentinos al sindical del Fatsa (Dean Funes 1242), y el resto al Viasui (Viamonte 960).
Llama la atención que dos gobiernos provinciales de origen radical, Jujuy de Morales y Mendoza de Suarez, hayan realizado similares prácticas de expulsar extranjeros en buses para dirigirlos a territorio de Rodríguez Larreta. ¿Casualidad o causalidad?