La preocupación del actual gobierno de Mendoza por la calidad de vida de sus ciudadanos sin dudas padece de diferentes categorías de preocupación. Cuando existe un interesante negociado privado con el manejo de los residuos sólidos urbanos, la movilización legislativa de los «soldados de Cornejo» se manifiestan extremadamente más entusiastas. Sin embargo, cuando se habla del agua en la provincia, el interés por defender los derechos primarios de los mendocinos se estanca.
Hoy el agua es un elemento vital para la producción y la calidad de vida de los mendocinos, ocupa aproximadamente el 4% de la superficie provincial y concentran el 98% de la población y de la actividad socioeconómica.
Muchos barrios mendocinos vienen sufriendo durante años la grave falta de agua, producto de la ausencia de inversiones de las históricas distribuidoras de este esencial servicio público.
El gobierno provincial se hace el distraído ante esta crisis hídrica, la falta de inversiones de las empresas concesionarias, la falta de control y preocupación por parte del Ente regulador, generan una precaria situación de vida de muchas familias mendocinas que necesitan anárquicamente comprar agua a empresa privadas para poder bañarse, usarla para la cocina e incluso beberla, en pleno Siglo 21.
Incluso, más allá de la falta de agua y los bajos niveles de reservas hídricas que tiene la provincia, la gestión del gobernador Alfredo Cornejo promueve enérgicamente una actividad que requiere mucho más de este preciado elemento vital y primario, millones de litros de agua derivadas para el fracking. Todo al revés…
La culpa es de la gente
Vecinos de una docena de barrios de Las Heras y de la zona oeste de la Sexta Sección vienen solicitando una solución a los problemas de presión y de corte del suministro de agua potable que atraviesan desde hace tiempo.
“Hace cinco o seis años que tenemos problemas, generalmente eran a partir de diciembre cuando hacía más calor. Este año estamos alarmados porque todavía no estábamos en noviembre y ya había problemas”, explicó una de las vecinas.
Otro vecino explica otro aspecto de la realidad “afecta a niños, ancianos y enfermos. Hay gente que puede comprar agua para cocinar y para beber, pero hay gente que no”.
El diputado provincial de Protectora, Mario Vadillo, acompañó a los vecinos de El Challao, en los reclamos que vienen realizando por la falta de agua potable, su lucha se incrementa todos los veranos cuando Aysam decide reducir el suministro recortando las visitas del camión cisterna. «Hace 15 años que venimos haciendo los mismos reclamos, esto no es de solo un gobierno, todos fueron cómplices de este ‘supuesto’ olvido», afirma un integrante de la unión vecinal.
Por su parte, el legislador de Protectora, Mario Vadillo, está asesorando desde hace tiempo a los vecinos del Gran Mendoza para realizar los reclamos correspondientes frente a Aysam «La gente de El Challao está sufriendo una emergencia hídrica tremenda, llevan años y años sin agua, no llegan los accesos a los camiones que proveen agua potable, y que el gobierno necesita darle una urgente solución, no se los puede dejar sin agua ya que afectan directamente su calidad de vida» denuncia Vadillo.
Vecinos de Capital que viven en las zonas de la Quinta y Sexta Sección también sufren las impericias del gobierno e hicieron pública su necesidad. Aseguran que hace días no tienen agua en sus domicilios. Por tal motivo, Richard Battagión, presidente de Aguas Mendocinas (Aysam), aclaró que están al tanto de la situación y buscan la forma de resolver el inconveniente.
“Estos cortes se deben a que hemos entrado en temporada estival y consumos en línea con esas temperaturas a los efectos de puesta en valor de parques y jardines, lavado, piletas y demás”, explicó en Canal 9.
Desde Aguas Mendocinas informan que el problema que enfrentan los vecinos se origina en parte por el alto consumo a nivel veraniego en lo vinculado a la demanda y por un problema de producción en la Planta de Potrerillos, que se encuentra actualmente a 500 litros por segundo en lugar de 1.000 litros por segundo.
La enumeración de excusas no paran para tratar la falta de inversiones: Tanto el titular de Irrigación provincial, Sergio Marinelli, como el de Aysam, Richard Battagion, aseguraron que aquella falta de agua era consecuencia del constante robo que protagonizaban usuarios de barrios de Luján que literalmente «pinchaban» un acueducto para proveerse ilegalmente del agua.
Cansado de los «chamuyos» de Battagión, el diputado Vadillo se presentó a la empresa provincial Aysam y habló personalmente con su titular «Los máximos derrochones no son los vecinos mendocinos, sino usted Sr. Battagión. No es problema de un manguereo o de una Pelopincho de más, sino que en estos últimos años hubo un notable crecimiento poblacional y las inversiones de la empresa fueron nulas», encaró Vadillo en un tono de buen diálogo. Lamentablemente las vacías excusas de Battagión solo sirvieron para reaccionar escapándose raudamente de su oficina…
No hay inversiones, pero sí hay aumentos
Antes del 10 de diciembre, cuando se produzca el traspaso de mando del gobernador Alfredo Cornejo al electo Rodolfo Suarez, las subas en las tarifas de agua y transporte deberán estar definidas. Al menos esa es la intención y los trámites administrativos avanzan a contrarreloj para establecer la fecha de audiencia pública, previo a disponer el aumento por decreto.
En agosto de este año se fijó el congelamiento de los cuadros tarifarios por tres meses, por lo que la Provincia tuvo que compensar el desfasaje entre los costos de producción y la recaudación por el servicio. Fue el caso de la empresa provincial Agua y Saneamiento de Mendoza (Aysam), que recibió el aporte por subsidios de 140 millones de pesos y solicitó una partida similar hasta culminar el ejercicio 2019.
Frente a ese escenario, Servicios Públicos pidió al Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS) que eleve cuanto antes el estudio de costo y la proyección de lo que demandará el servicio de agua y cloacas ante el requerimiento de Aysam, que solicitó un incremento del 160%.
El titular de Agua y Saneamiento de Mendoza (Aysam), Richard Battagión aseguró que un incremento en el servicio «es inexorable y si bien nosotros hemos pedido un ajuste del 160%, todo va a depender del aporte de subsidios que haga la Provincia».
Actualmente, un consumo promedio en la zona residencial del Gran Mendoza genera una boleta bimestral de $600, «lo que no alcanza a los valores que paga cualquier ususario por el servicio de telefonía o televisión por cable», graficó el funcionario.
«Creemos que tenemos que acercarnos más entre lo que sale producir el agua de calidad y el saneamiento que pretendemos dar y la recaudación», advirtió el titular de la empresa.
De esta manera, aunque no aventuró porcentajes, el costo por el consumo ascendería a $800 y $900 en promedio, unos 400 litros por persona por día, pensando en una familia de cuatro integrantes.
