La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, busca la centralidad del espacio que comandó hasta fines del año pasado, el PRO; y subió al ring mediático a su competidor, el expresidente Mauricio Macri. Todo es tensión en el partido.
La ministra, que esta mañana perdió a uno de sus alfiles políticos, Sebastián García de Luca, dijo que Macri «debería pronunciarse como expresidente» respecto del accionar del gobernador de Chubut, Ignacio Torres, quien anunció que cortaría el suministro de gas y petróleo por la caída de la coparticipación.
«Me sorprende la actitud de Nacho Torres. Desde el PRO creemos en la ley como principio de convivencia y tenemos que pronunciarnos al respecto. Por eso junté a un grupo importante de dirigentes que ponen bien en claro que no vamos a hablar nunca de violación a la propiedad privada», marcó Bullrich en Radio Rivadavia.
A contramno de los gobernadores del espacio, la ministra supo recolectar el apoyo de un buen número de legisladores, intendentes y funcionarios del PRO que la respaldaron en su postura.
Como Mauricio Macri no puso su firma a ese documento, Bullrich consideró que «debería pronunciarse como expresidente» y remarcó que no tiene «problema» en que el exmandatario sea el nuevo presidente del PRO, pero es necesario «definir dónde está, que ideas defiende y si está en favor del cambio».
«Estoy esperando su pronunciamiento. ¿Dónde está el PRO? En sus ideas y posicionamiento del lado del gobierno», lanzó, al tiempo que sostuvo que no está discusión «no es quién es el presidente» del partido amarillo sino «dónde están parados».
Por eso, arremetió al cuestionar: «¿Estamos apoyando el cambio o a medias? Estoy lo voy a llevar al PRO sea quien sea el presidente. Yo no voy a serlo porque soy ministra y no tengo tiempo».
En este contexto, Bullrich no omitió críticas hacia García de Luca, quien se desempeñaba hasta ayer como secretario de Articulación Federal del Ministerio de Seguridad, es decir, que tenía a cargo el diálogo con los gobernadores e intendentes de todo el país.
Bullrich explicó que la renuncia provino de «una charla» que venían manteniendo hace semanas: «Llevamos adelante una práctica de a todo o nada, y él tenía cierta incomodidad. Tiene una idea más de negociaciones, donde cedés cosas para conseguir otras, y ahí terminás perdiendo la capacidad de conducción», consideró.