El candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, encabezó este miércoles un acto en el Teatro Gran Rex de la Ciudad de Buenos Aires, marco en el que presentó los “diez compromisos para la Argentina que viene”.
“El 22 de octubre cuando terminaba la primera vuelta, le planteé a los argentinos que si el 10 de diciembre, Dios y los argentinos me daban la responsabilidad de gobernar, íbamos a construir y a convocar sobre la base de un gobierno de unidad nacional y de la unión nacional y la bandera argentina como principales símbolos de identificación del nuevo tiempo”, contextualizó el tigrense.
Y recalcó que “esto pretende ser la semilla que establezca que podemos sentarnos a la misma mesa, que podemos compartir el mismo techo, que podemos construir diez consensos básicos, políticas de Estado. Que podemos enterrar definitivamente el negocio del odio de algunos que lo convirtió en la grieta en la Argentina. El 10 de diciembre tenemos que enterrar definitivamente la grieta como método de destrucción de la convivencia en la Argentina”.
Tras ofrecer sus “disculpas a todo el pueblo argentino por aquellas expectativas que no supimos cumplir” en la actual administración del Frente de Todos, aseveró que “tenemos y tengo el coraje, la fuerza y la capacidad para enfrentar los cambios que la Argentina necesita para que construyamos ese país de producción, de desarrollo y de convivencia”.
“El primer gran acuerdo tiene que ser alrededor del trabajo y la producción. Nuestro enorme desafío como Nación es el de defender a la industria nacional frente a tantas ideas y a tantos ataques sistemáticos de aperturas indiscriminadas de la economía que destruyen esfuerzo de empresarios y salarios de trabajadores”, introdujo.
Así las cosas, manifestó que “nuestro gran primer llamado tiene que ser a definir un modelo de producción y trabajo en el que desde los sectores de la economía popular hasta las grandes empresas de la Argentina sientan que construimos un país con mejora de ingreso, un proyecto de desarrollo de empresarios nacionales y un proyecto federal de distribución de la inversión en la Argentina porque ese es tal vez el desafío más importante”.
“Generación de empleo registrado, generación de buenos salarios, generación de inversión genuina frente a la especulación financiera y generación de crecimiento con inclusión para el desarrollo económico de la Argentina”, completó el primer punto.
En segundo lugar, instó a “construir los superávits gemelos que le dieron a la Argentina los momentos de mayor desarrollo económico y mejor distribución del ingreso”.
“Superávit fiscal con un sistema tributario progresivo: quien menos puede, menos paga, quien más puede, más paga. Con un modelo tributario más simplificado. No podemos seguir en la Argentina en la que un comerciante o un PyME tiene que pagar 150 vencimientos distintos de impuestos porque vive para el contador y no para emprender, para desarrollar y para generar trabajo”, ejemplificó el exdirector ejecutivo de la ANSeS y sumó: “superávit comercial para hacer fuerte nuestra moneda. El mejor remedio para bajar la inflación es exportar más de lo que importamos, hacer fuerte nuestra moneda, es que Argentina venda más trabajo argentino del que consume”.
Luego convocó a “llenar el mundo de trabajo argentino a partir del programa de desarrollo exportador que es el que nos va a permitir ampliar la oferta de trabajo argentino al mundo” y precisó que “cada nueva exportación argentina, desde el 1 de enero del 2024, va a pagar cero de impuestos internos nacionales”.
“El tercer gran consenso tiene que ser alrededor del federalismo. La coparticipación es intocable porque es preexistente y constitutiva de la Constitución Nacional”, recalcó y dentro de ese esquema prometió “resolver asimetrías en el transporte, en la inversión pública, en la capilaridad de las políticas públicas, depende centralmente de que tengamos la grandeza de animarnos a ceder más coparticipación federal a cada una de las provincias argentinas”.
“Un cuarto punto en el cual tenemos que construir políticas de desarrollo y es el desarrollo de las industrias del futuro. Argentina vivió en los procesos de desindustrialización de políticas económicas como la que hoy nos quieren imponer, un proceso de desindustrialización y de desconexión de la Argentina con además enorme impacto de desarraigo”, anunció Massa y puso de relieve que “se necesitan acuerdos de largo plazo y de la convocatoria a un programa de políticas de Estado para los próximos diez o veinte años para garantizar que esas inversiones que le pongan trabajo argentino a nuestros recursos naturales”.
Acto seguido, sostuvo que “el quinto gran acuerdo tiene que ser alrededor de la defensa de una agenda contra el cambio climático. Argentina tiene que recorrer un ciclo virtuoso que nos lleve por un lado a la descarbonización y por otro lado a un acuerdo con licencias sociales locales, de convivencia entre medio ambiente o ambiente y desarrollo”.
“Eso inexorablemente construye nuestros pilares de desarrollo económico nuestros pilares de desarrollo industrial y nuestros límites para cuidar el lugar donde van a vivir nuestros hijos en el futuro”, enfatizó y alertó: “Que no me vengan con el negacionismo ni en derechos humanos ni en cambio climático porque es un dato de la realidad”.
“El sexto acuerdo cruza casi horizontalmente al ochenta por ciento de la sociedad argentina: la necesidad de defender un sistema educativo desde los cuarenta y cinco días hasta la universidad, público, gratuito, de calidad, inclusivo y con tecnología. Ni vouchers ni aranceles: público, gratuito, de calidad e inclusivo”, exclamó.
Dijo en esa dirección que “la escuela no sólo es ordenador familiar, no sólo es convivencia social, sino que además es el instrumento más importante de generación de igualdad de portunidades. Creemos en la Argentina de la igualdad de oportunidades”.
El séptimo punto tiene que ver con “fortalecer la inversión en ciencia y tecnología”, en tren de “transformar materia prima en riqueza, para transformar y agregar valor en la producción de nuestras PyMEs, para transformar el sistema educativo en capital económico de nuestra patria y en mejores ingresos”.
El octavo tiene que ver con “desarrollo humano y oportunidades”, marco en el que “tenemos que construir y animarnos a librar un combate contra la pobreza como objetivo de toda de la dirigencia política, de la dirigencia gremial, de la dirigencia social, de la dirigencia empresaria, de la dirigencia educativa”.
“Sin dudas un país con los problemas que tiene la Argentina y en vías de desarrollo necesita de un gran acuerdo para definir algunos pilares que sean básicos: El derecho a la casa propia, al techo, a la tierra, es un derecho de los nuevos derechos de la Argentina. Dos millones de lotes con servicios en los próximos cuatro años en el marco del nuevo destino de uso de las tierras, muchas veces ociosas, que tiene el Estado nacional y los provinciales. Ahí tenemos que poner el esfuerzo de la inversión: lotes con servicios”, puntualizó, al tiempo que mencionó que “la garantía alimentaria y la garantía de cobertura del sistema de salud integral tiene una responsabilidad que nos permita unificar en un único sistema de salud o seguro de salud el piso mínimo de garantía de atención sanitaria para todos”.
“En esta campaña volvió a ponerse en discusión el tema de la seguridad social: agarran o la tijera o la motosierra dependiendo quién está ese día en la tele y dicen bueno hay que cortar o romper acá. Y miran a los jubilados. Dicen vamos a cortar 15 puntos del del gasto, le van a cortar la cabeza por lo menos un millón de jubilados”, agregó Massa.
Así las cosas, se manifestó a favor de “defender un sistema de seguridad social público que abrace, incluya, pague buenas prestaciones, sostenga tasa de cobertura y se financie a partir de entender la realidad económica y donde se dan los procesos de concentración exagerada de riqueza. Lo tenemos que hacer a partir de un acuerdo entre todos”.
El noveno punto es el de “definir una política exterior inteligente”, marcando que “Argentina tiene un único camino que es la multipolaridad. Tenemos que dialogar, comerciar, articular con todos los bloques económicos, pensando en un solo interés, el de los argentinos. No importa lo que nos pidan de afuera, sino lo que necesitamos acá adentro”.
“Y quiero que nos animemos a cambiar la ley de servicio exterior, que los ascensos sean de acuerdo a quien más mercado le abre a la Argentina, y no solo a antigüedad, sino sobre todas las cosas al desarrollo económico de nuestras empresas”, consignó.
También hizo foco en que “debe ser un acuerdo de toda la diligencia económica, política, empresaria y social nunca más en la Argentina ni deuda para financiar gasto público ni deuda para financiar fuga de capitales que termina en manos de fondos extranjeros”.
“Planificación y orden en las cuentas públicas, pero además un enorme compromiso para rediscutir un programa serio con el Fondo Monetario y para que nunca más la Argentina tome deuda para financiar salida de capitales de la Argentina”, sumó.
“Cuando hablamos de nuestra agenda de política exterior, en un año en el que, además por primera vez la Comunidad Económica Europea denomina por su nombre a ese pedazo de nuestro suelo, de nuestra tierra, el tercer gran consenso en la política exterior es la irrenunciabilidad de Argentina, la soberanía sobre nuestras Islas Malvinas. Las Malvinas fueron, son, serán Argentinas, que no nos vengan con el cuentito de los kelpers y la autodeterminación. La soberanía y la sangre de los soldados no se negocian”, sentenció.
Finalmente, el décimo punto es el de “velar por la seguridad y la justicia”, puesto que “todos aquellos que son argentinos de bien van a estar involucrados y convencidos de que es tiempo de establecerlo: definir una agenda de seguridad y justicia que le devuelva la paz, la tranquilidad a los argentinos para que la calle sea de los laburantes y no de los delincuentes. El delincuente en la cárcel, el laburante en el laburo”.
“Y eso implica no solamente establecer el desarrollo de una agencia especializada en los tres crímenes transnacionales, narcotráfico, corrupción y trata de personas; no solo la definición de un programa de prevención con tecnología y logística de seguridad para las 140 ciudades de más de 50 mil habitantes que incluya móviles, cámaras, sistemas satelitales financiados desde el Estado Nacional. Ya empezamos a firmar el programa con algunas ciudades”, esgrimió el postulante oficialista.
También incluye “que nos animemos a controlar a que cada uno cumpla con su tarea. Así como rendimos cuentas cada 2 o 4 años quienes somos parte del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo, también en los temas vinculados al tiempo de la Justicia y sobre todas las cosas, para los hechos de inseguridad que conmueven a nuestra sociedad, tenemos que animarnos a establecer un mecanismo de rendición de cuentas para que todos rindamos cuentas frente a la sociedad”.
“Yo quiero ser el presidente de la unión nacional. Plantee claramente que el trabajo y los trabajadores son mi ambición. Y quiero ocuparme personalmente del tema seguridad porque siento que muchas veces falta fortaleza y decisión o faltan instrumentos y recursos. Un proyecto de inión nacional que tiene que tener de parte de todos nosotros la generosidad de que hoy a la noche vayamos a buscar a alguien que no piensa como nosotros y decirle que venga, que no pedimos carné de entrada, que no preguntamos de dónde vienen, que queremos contarles”, concluyó el actual ministro de Economía.