«Esta plaza es el escenario de nuestras grandes alegrías y también ha sido el escenario de las tragedias argentinas». Vestida de azul y blanco, entre su camisa y jean, la vicepresidenta Cristina Fernández habló frente a una Plaza de Mayo repleta de militancia que se reunió por los 38 años de democracia en la Argentina y el Día Internacional de los Derechos Humanos.
Primero habló el uruguayo Pepe Mujica, quien pidió «cuidar la democracia» porque si bien no es «perfecta» es «lo mejor que tenemos». Él presentó a Luiz Inácio Lula Da Silva, quien minutos antes había recibido el Premio Azucena Villaflor por su defensa de los derechos humanos. Agradeció, emocionado, la distinción y prefirió no leer un discurso armado para hablar con cariño a los y las militantes que lo escuchaban y aplaudían. Luego llegó el turno de ella, de la vicepresidenta, quien otrora fuera también jefa de Estado como Lula y Pepe.
«Hace unos instantes entregamos premios a quienes fueron las constructoras en esta plaza durante la más terrible dictadura cívico-militar: mujeres con pañuelos blancos que todos los jueves le daban vuelta a esa pirámide pidiendo por sus hijos. Fueron ellas y fue la sangre de nuestros soldados en Malvinas los que recuperaron la democracia: ellos y ellas», mencionó Cristina, sobre las distinciones que realizaban en el Museo del Bicentenario mientras en la plaza sonaban bandas de rock para el público.
La vicepresidenta destacó la importancia de la democracia y el rol que ocupó la mismísima plaza. «Estuve en esta plaza el 14 de junio de 1982. Ese día había caído puerto argentino. los usurpadores, una vez más, se quedaban con nuestras Islas Malvinas. Yo estaba accidentalmente en Buenos Aires y volví a la plaza. Ese día el pueblo le dijo basta a la dictadura», rememoró.
«No se sientan extranjeros porque ustedes también caminaron esta plaza: vos, Lula, Pepe… cruzamos esta plaza en el Bicentenario. Eran millones de argentinos que nos rodeaban, no había vallas, no había custodias, éramos gobernantes, presidentes de gobiernos nacionales y populares que junto al pueblo recorríamos las calles», mencionó sobre los actos en 2010.
En un discurso donde destacó los logros del peronismo en tiempos democráticos y sobre la gestión de gobiernos peronistas, Cristina hizo hincapié en los ataques mediáticos y disparó: «Que no se hagan los giles esos que van a la televisión a dar números a la bartola» porque gracias la gestión de Néstor y la suya «dejamos el salario mínimo en dólares más alto y la jubilación más alta de Latinoamérica». Y señaló que «duplicamos la clase media. El peronismo. Le pese a quien le pese: en diez años duplicamos la clase media argentina, por más que algunos no les guste». «Que no me vengan con pavadas», instó.
En esa línea, y sobre la lucha judicial que atravesaron tanto Lula, preso, como ella investigada, la Vicepresidenta expresó: «Y después vino, otra vez. Lula… se hizo la noche otra vez para la Argentina y a diferencia de lo que pasaba cuando vos y yo éramos más jóvenes, que los gobiernos nacionales y populares eran desalojados con botas… vinieron con jueces y medios hegemónicos para construir imágenes para juzgar primero en los medios. Porque se juzga en los medios y se pone el sello en la justicia».
Anoche cuando estábamos comiendo con Lula, Alberto, Axel, Sergio… Lula, en un momento de la noche, empezó a enumerar la cantidad de horas que los noticieros le dedicaban diciendo que era corrupto, enumeraba la cantidad de portadas de diarios, las menciones en radios y portales. Yo le dije ‘te puedo agregar cosas más como las asociaciones ilícitas, una con mis hijos’, ‘jueces que se habían declarado incompetentes hacía años y volvían sobre cosa juzgada para denostarnos'», acusó Cristina quien aclaró que sin importar lo que hagan «el pueblo siempre vuelve».
Desde el escenario del festival por el “Día de la democracia”, que conmemora los 38 años desde la asunción justamente de Alfonsín en 1983, la vicepresidenta sugirió a la Unión Cívica Radical (UCR) que «debería despabilarse», porque, recalcó, «el FMI empujó para que cayeran los presidentes Alfonsín y De la Rúa».
Dándole tono tono político a sus palabras y apuntando a la oposición, Cristina afirmó el “FMI le soltó la mano al gobierno naciente de la democracia, pero no lo hizo con el que vino después de nosotros al que le pusieron toda la tarasca”, en referencia a la gestión de Mauricio Macri.