La eutanasia, muerte asistida, muerte digna o interrupción voluntaria de la vida es uno de los grandes debates del siglo XXI. Tal es así que allá en el 2002, Holanda (actual Países bajos) y Bélgica daban el puntapié a un debate mundial aprobando sus respectivas leyes de eutanasia o suicidio asistido. Luego, en el 2015, Colombia se convirtió en el primer país latinoamericano en aprobar su respectiva ley y, como último antecedente, tenemos a Chile que en diciembre de 2020 le dio media sanción al proyecto. En todos los casos, contemplan la posibilidad de que una persona aquejada por una enfermedad terminal ponga fin a su vida de manera voluntaria. Sí, leyó bien se trata de personas. Por eso es que un tema así requiere un profundo debate y se coloca inmediatamente en el centro de la agenda política de cualquier país. Es una verdadera lástima que algunos funcionarios tomen algo tan delicado para usarlo en su beneficio.
El ex gobernador, actual diputado nacional y futuro senador radical Alfredo Cornejo tomó la bandera de la eutanasia junto a sus correligionarios provinciales y la habría levantado a fin de posicionarse en una ardiente interna nacional. Es sabido que en pocos días se definirán los cargos en el senado y el mendocino busca presidir el bloque que integra, pero carece del apoyo necesario.
El cometido dio sus frutos y la noticia retumbó en los medios nacionales quienes pusieron el nombre del legislador en primera plana. Por desgracia para él, la jugada no alcanzó y Cornejo perdería la presidencia del bloque 16 a 3 contando solo con el apoyo de Mariana Juri y Martín Lousteau. De esta forma, se vería relegado en el posicionamiento nacional de cara al 2023.
No solo la interna nacional de JxC es la que estaría en llamas, si no que la provincial también está para alquilar balcones. El proyecto de eutanasia desvió los focos de la escena provincial, pero no lo suficiente para ver los chispazos que se sacan para ver quién remplaza a Rodolfo Suárez como gobernador provincial. Petri puso primera y se lanzó como candidato. Sabe que está relegado y busca ganar adeptos rápidamente para equilibrar la balanza.
Por otra parte, los intendentes de Capital y Godoy Cruz se anotan sus porotos por el simple hecho de gobernar en los dos bastiones oficialistas. Pero no todo es color de rosa para ellos, ya que Raúl Rufeil cuestionaría ese merecimiento desde el Este provincial. Resalta que Salazar y Suárez recibieron las comunas y no tuvieron que disputárselas al peronismo como si lo hicieron Orozco, Iglesias y él. A todo este revuelo, se le suma el runrún que genera Omar De Marchi y Jorge Difonso quienes juegan al amague entre el “me voy y me quedo”.
En definitiva, el radicalismo provincial y nacional parecería que se ha enfermado de ego y es el peor de todos los males en la política. Cuando las personas se ponen por encima del proyecto o se creen que son el proyecto, el ocaso se empieza a vislumbrar. No sea cosa que empecemos a ser testigos de su “muerte digna”.
Recuerde querido lector que siempre tenemos que saber: ¿Qué no se habla cuando se habla de algo? Hasta la próxima.
Por Nelson Pizarro