Mientras se replantea la inacción del personal policial el pasado viernes, en medio de la multitudinaria marcha por el femicidio de Florencia Romano, donde permitieron que un minúsculo grupo destruyera e incendiara con total impunidad edificios públicos del centro de Mendoza, donde el director de la Policía, Roberto Munives, ordenara mandar al frente para controlar el desarrollo de la marcha solo al personal de seguridad femenino para «evitar confrontaciones y violencia» a las mujeres manifestantes; este lunes sucedió todo al revés…
Fue este lunes cuando se anunció que el acusado Pablo Arancibia de 33 años iría al hospital neuropsiquiátrico El Sauce, en Guaymallén, porque amenazó con quitarse la vida el día anterior.
Inmediatamente un importante grupo de jóvenes y vecinos autoconvocados se movilizaron hasta el nosocomio, donde ya finalmente no se encontraba Arancibia que fue llevado nuevamente al penal. Fue allí donde en medio de la manifestación se produjo una brutal golpiza por parte de un efectivo masculino para con una joven que se encontraba participando de la acción que puede observarse en los videos.
Esta represión agrupó a más vecinos y vecinas que se hicieron presentes para repudiar el accionar policial que una vez más muestra su carácter represivo frente al reclamo popular, y que además terminó con varias jóvenes demoradas.
Cabe destacar que contrariando los protocolos policiales, fue personal masculino y no femenino los que aprehendieron a las manifestantes mujeres, ejerciendo violencia física directa sobre sus cuerpos. El Estado represivo y machista aún no aprende por más «cursito» de Ley Micaela que se dicte…
Fuente: Prensa Obrera