Ley de cupo: a 28 años de una ley que marcó la historia de la lucha por la igualdad de género

Actualidad Mendoza

Argentina fue el primer país de América Latina en establecer un cupo femenino. En 1991 con la sanción de la ley 24.012 se creó la obligatoriedad del 30% de las listas ocupadas por mujeres.

Dicha ley representó un enorme progreso para la equidad de género y la participación ciudadana. En 1987 solamente el 4,3% de las bancas estaban en manos de diputadas y en 1997 el porcentaje trepó a 27,2%, de acuerdo a un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).

En 1989, Margarita Malharro de Torres en el Senado y Florentina Gómez Miranda y Norma Allegrone en Diputados, todas de la UCR, presentaron proyectos para establecer el cupo del 30 por ciento en las listas legislativas.

El proyecto fue aprobado en Senado, pero estuvo a punto de perder estado parlamentario al pasar casi dos años y no ser aprobado en Diputados. Ahí es cuando María Teresa Moroni, también diputada radical, comenzó a buscar apoyo entre propios y ajenos para lograr el tratamiento y que no venciera la media sanción. Finalmente, durante la madrugada del 6 de noviembre fue aprobada la ley por 140 votos a favor, 7 en contra y 3 abstenciones.

La diputada nacional por Mendoza, Claudia Najul, recuerda ese momento y desarrolla una columna de opinión en conmemoración a un nuevo aniversario de la sanción de esa histórica Ley.

Ley de cupo: a 28 años de una ley que marcó la historia de la lucha por la igualdad de género

La madrugada del 6 de noviembre de 1991 no fue una madrugada más. Hace 28 años, tanto las salas como las calles aledañas al Congreso se llenaron de mujeres uniéndose en una misma consigna: la vigilancia por el cupo.

Fue Margarita Malharro de Torres, legisladora mendocina, ferviente militante de la UCR y estrecha colaborada de Raúl Alfonsín, quien se convirtió en la autora de la Ley 24.012. A partir de esta sanción, Argentina se convirtió en el primer país del mundo en consagrar una ley que estableciera la participación obligatoria de las mujeres en la composición de las listas electivas.

La sanción de aquella ley no fue una más. No sólo permitió que las mujeres obtuviéramos verdadera participación y representación en el mayor órgano deliberativo del país sino también estimuló acciones colectivas para la conquista de los derechos de las mujeres.

Nada de esto, ni de las posteriores leyes sancionadas, hubieran sido posible sin el compromiso y la lucha conjunta de mujeres de diferentes partidos políticos y de la sociedad civil. Nada más emocionante que vernos juntas, sororas, dejando de lado nuestras diferencias políticas, luchando por nuestros derechos e imponiendo una nueva agenda de género.

Ahora bien, no quiero dejar de recordar algunas palabras de Margarita, a pocos días de la sanción de la Ley de Cupo, que hoy resuenan en mi cabeza: “No acepto de ninguna manera que se diga que la mujer no está capacitada para ejercer un cargo, porque entonces iniciaremos una competencia de capacitación que no se ha hecho con los candidatos de ningún partido y que figuran en las listas”.

Estas palabras se encuentran más vigentes que nunca. Recientemente hemos dado el debate para la sanción de una ley que va más allá, la Ley de Paridad, aquella que establece la igualdad entre varones y mujeres al momento de conformar las listas electivas.

Hoy, a 28 años de la sanción de la Ley de Cupo, debemos recordar fervientemente que no estamos hablando de capacidad, estamos hablando de equidad. No debemos olvidar esta premisa fundamental, sólo de esta forma lograremos un país más justo e igualitario.

Claudia Najul. Diputada Nacional Unión Cívica Radical