Los empleados del Jardín Zoológico de Mendoza dieron también su punto de vista sobre la nefasta actualidad de un lugar que supuestamente es un paseo recomendado para chicos y que frente a la gran cantidad de muertes que aparecieron, resulta ser un paseo más adecuado para «los peritos».
El comunicado señala «vemos horrorizados el proceder de la actual Dirección del Zoo, Ing. Industrial Mariana Caram, quien hace públicas denuncias en los medios de comunicación sin pruebas, si sustento técnico objetivo».
Y agrega el enfático informe «se está llevando a cabo una campaña de desprestigio contra el personal de la institución, quienes nos hemos opuesto, oponemos y opondremos firmemente al Proyecto impulsado por la ingeniera Caram, el diseñador gráfico Humberto Mingorance, el Sr. Sosa y la Dra. Jennifer Ibarra».
Agrega «En esta campaña se demoniza al personal difundiendo notas estrambóticas donde se sugiere que el personal es sádico y desalmado, aún cuando se arriesga su vida todos los días para llevar a cabo tratamientos sin los elementos requeridos ni las instalaciones pertinentes. Esto lo vemos con nuestros veterinarios ‘altamente sindicalizados’ cuando entran a inyectar a Arturo (el oso polar) en la playa, sin más protección que sus piernas para comer».
Por otro lado, el personal denuncian el ingreso de «Médicos Veterinarios ajenos a la institución acompañando a la Directora para realizar evaluaciones, y no sabemos si realizan algún tratamiento que pueda ir en desmedro de la salud de los animales. Estos profesionales alejados años luz de cualquier ética profesional, emiten opininiones sobre los tratamientos, dietas y condición de los animales del paseo, sin antes consultar a los veterinarios oficiales. Peor aún, hacen comentarios en los medios masivos de comunicación donde, en todos los casos utilizan oraciones condicionales sugiriendo matrato animal, sabotajes, etc».
Sin dudas, el comunicado exige que las autoridades de la actual gestión del Zoo mendocino deje de lado la soberbia y escuche a su personal profesional, donde dejan de lado la idea de que las últimas muertes fueron por «sabotaje» sino por desaveniencias climáticas productos del frío y de la «falta de gestión» de la Dirección por no prevenir el problema.
Lo que está claro es que hay una «idea fija» de crear un Ecoparque, porque hay un compromiso de campaña de «Cambiemos», sin haber estudiado si el lugar andino, de bajas temperaturas y sismos, es el adecuado para que animales de «origen tropical» puedan subsistir en esos climas; quién va a poner el capital para invertir en que ese ambiente sea el adecuado; si es el momento económico adecuado; entre otros aspectos…
Otro nuevo capítulo se esta oscura historia se abre y la principal causa es «la estupidez humana». A continuación el informe completo del personal del Zoo a los medios.
