En el marco de la 84° edición del Consejo Federal de Educación, llevado a cabo en San Fernando, provincia de Buenos Aires, los ministros de Educación de todo el país aprobaron por unanimidad la resolución “Secundaria 2030”.
Se trata de una política de implementación federal para transformar la escuela secundaria que pone el foco en la organización de la misma. Sus principales objetivos son erradicar el fracaso escolar, la permanencia de los estudiantes en la escuela y vincular al nivel secundario con el mundo universitario y laboral.
Durante el encuentro, que reunió al ministro de Educación Nacional, Alejandro Finocchiaro, y sus pares provinciales, se destacó la construcción colectiva que permitió lograr este acuerdo histórico, en el cual se pone la mirada en los estudiantes. Los Ministros enfatizaron que éste es sólo el primer paso para que la Argentina salde una deuda que tiene con la escuela secundaria.
“La necesidad de transformar la secundaria es una mirada común, y Secundaria 2030 es el paraguas conceptual que pone el Ministerio de Educación de la Nación para que luego cada provincia la adapte a su realidad. Creemos en un país federal, con sus particularidades y sus características”, expresó el ministro Finocchiaro.
Por su parte, la secretaria de Innovación y Calidad Educativa de la Nación, Mercedes Miguel, sostuvo: “Partimos de un amplio consenso respecto a que la organización de la escuela secundaria debe actualizarse frente a los cambios exponenciales en las dimensiones social, cultural, productiva y laboral de la vida de cada persona y la sociedad en su conjunto”. Asimismo, indicó que “el sistema educativo nacional debe aumentar significativamente la tasa nacional de egreso de los estudiantes del nivel secundario, que alcanza sólo el 48 por ciento”.
El compromiso de las jurisdicciones es elaborar su Plan Estratégico del Nivel Secundario para el período 2018-2025, conteniendo la propuesta jurisdiccional de renovación integral de la educación secundaria.
Las claves del nuevo proyecto:
1) Trabajo por proyectos: a partir de un problema de la comunidad a lo largo de todo el año, se promueve el trabajo interdisciplinar, con dos o más docentes como orientadores. La idea es romper la lógica del estudiante pasivo y pasar a un modelo que demanda el mundo. Abarca seis capacidades puntuales: resolución de problemas, pensamiento crítico, «aprender a aprender», trabajo con otros, comunicación, compromiso y responsabilidad, junto con el desarrollo de competencias digitales.
2) Otras vías de calificación: cada chico, en promedio, rinde 30 exámenes por año en la secundaria sumado a otros 10 finales. En vías de reducir la deserción escolar, se alienta a otorgar notas por proyecto, calificaciones de desempeño y considerar el progreso del alumno fuera de las pruebas tradicionales.
3) Prácticas educativas en la comunidad: Los alumnos de último año de bachilleres, orientados y evaluados por sus docentes, deberán colaborar en empresas u ONGs tras el objetivo de aplicar los conocimientos en la práctica. Pese a que aún está en discusión, se plantean 60 horas cátedra (40 horas reloj) de extensión del aprendizaje fuera de las aulas.
4) Adiós a los profesores «taxis»: en lugar de los docentes que dividen su tiempo en distintas instituciones, la reforma apunta a una planta funcional por escuela. «Con los famosos profesores ‘taxis’, es imposible que se pueda obtener una cercanía con el estudiante y se involucre a fondo con el proyecto», aseguró la secretaria de innovación educativa, Mercedes Miguel.
5) Formación docente: se estipulan capacitaciones tanto iniciales como continuas para acercar a los profesores hacia el nuevo modelo de proyectos interdisciplinarios. En las escuelas pioneras que implementen la «Secundaria 2030» se trabajará con instrucción en campo.