“La casa está en orden” es una frase emblemática para quienes peinan canas o sacamos lustre a la calvicie, la pregonó el Presidente Raúl Alfonsín en una Pascua, vale marcar el tiempo puesto que mínimo tres generaciones han pasado, las cuales no vivieron esos albores conflictivos. Entonces les hablamos y exigimos que deben saber, somos nosotros los que les seguimos fallando a los nuevos brotes, es más hasta con deuda a pagar van naciendo, así nos toca entender que todos los días son de resurrección para quienes vivimos en este país.

Desde que se vendían a los originarios esclavizándolos que las nubes son grises, grises como serían las almas de tenerlas aquellos que solo sacan provecho, ir para atrás lamentablemente es mirar para adelante. Si bien evolucionamos y ya no se le saca la vida a quien piensa distinto, solo estigmatizamos, escrachamos y bullineamos buscando hasta sacarle los medios de subsistencia un amargo dulce reservado para aquellos que no riegan con paciencia y libertad el sueño y suelo de nuestra Patria.
En estas Pascuas de resurrección los huevos deberían ser el símbolo a tatuarse entre los adoquines del cerebro donde podamos reconocer a los demás como iguales ya que estamos en el camino del volver y sabemos que aquí todos vuelven y gozan de salud envidiable.

El ángel de la guarda nos acompaña en la soledad y nos ata con doble cordel, quedamos maniatados pero con los brazos abiertos en Cruz empapados en vinagre y ofreciéndonos a las lanzas del destino, ese que hasta ahora es esquivo y miserable. Los púlpitos del poder bajan alabanzas eternas para quienes gobernaron, ellos todos santos y nosotros fideos moñitos para guiso y así tejemos los días resistiendo, esperando la resurrección sufriendo cosas cada vez mejores que aquellas. Ya con las rutas destruidas se hace difícil llegar a ninguna parte, nuestro esqueleto sigue hambriento aunque ya no sea veloz, le rogamos a Dios no seguir creyendo en lo que oímos, la desolación nos hacen bailar con sus engaños, entonces al no poder elegir nada nos resulta bien y ya no somos principiantes.
Felices Pascuas querido lector, deseo que la resurrección de nuestros ideales sea eterna como los laureles que supimos conseguir y encontremos la gloria del vivir en construir una Nación digna de ser habitada.
Por Martín Orozco @ojosdvideo