Frente a un gobierno nacional sin respuestas ante la productividad nacional, ausencia de atención social y una clase media golpeada, empieza a consolidarse una nueva línea política respaldada por los gobernadores y legisladores «dialoguistas»

Actualidad Mendoza

Si bien los gobernadores le otorgaron la paciencia y las herramientas para respaldar desde lo legislativo el modelo que pretendía el gobierno de Javier Milei, consolidado con la aprobación de la Ley Bases… el mercado, el Fondo Monetario Internacional, los sectores productivos y los mismos gobernadores esperaban un verdadero cambio de rumbo que borre la tendencia recesiva de la Argentina que viene sufriendo desde hace meses.

No le alcanzó al ministro de Economía Luis Caputo que su sobrino y asesor presidencial en comunicación, Santiago Caputo, monitoreara desde el público la rueda de prensa que ofreció el pasado viernes. El mensaje cayó mal en el mercado. No hubo precisiones sobre el camino de salida del cepo cambiario y sólo se ratificó un sendero que ya era conocido: el traspaso de deuda del Banco Central al Tesoro. Nada nuevo en la proclamada “segunda etapa” del plan…

La respuesta se la está dando esta misma semana donde la disconformidad se manifestó en el mercado financiero que le está haciendo pasar una semana negra al ministro de Economía Toto Caputo y que, por el momento, no le encuentra punto de solución.

No es la primera vez que Luis Caputo intenta frenar una devaluación. Ya le pasó en 2018, cuando era presidente del Banco Central en el gobierno de Mauricio Macri. En aquel entonces dilapidó US$15.000 millones en reservas, según lo acusaba en esos tiempos un panelista llamado Javier Milei. Ahora el ministro de Economía de Milei niega que el tipo de cambio oficial necesite subir más que el 2% mensual. Como hay cepo, lo puede hacer y lo mantiene en $933. Lo que no puede controlar es lo que sucede en el mercado ilegal, donde el dólar blue saltó este lunes 1,7%, a $1.430, y en los financieros, donde el MEP se elevó 1,3%, a $1.431, y el contado con liquidación trepó 1,2%, a $1,429, todos récords. Ya la brecha no está al 20%, como festejaba el presidente autopostulado a Nobel de economía hace un par de meses, sino al 50%.

Vamos bien, pero debemos ir mejor

Es más, la gente está marcando el pulso de la política. En el último trabajo de opinión pública que realizó a nivel nacional esta última semana, DC Consultores, dirigida por Anibal Urios, demuestra que empieza a crecer la incertidumbre en el futuro propuesto por el gobierno de Javier Milei y, desde lo económico, por Luis Caputo.

No obstante, la encuesta nacional marca ciertos aciertos desde el rumbo político, el valor del achicamiento del Estado y el modelo de país reformista que apoyaron los gobernadores con la Ley Bases.

«El Comienzo del Desarrollo» es el ítem más elegido en este momento por la opinión pública argentina, lo cual deja en claro que el rol del achicamiento del Estado, recorte de gastos innecesarios en ciertos financiamientos públicos y el punto final a la fábrica de la burocracia estatal con un combo de miles de empleados «ñoquis», es el camino acertado del actual gobierno nacional, post kirchnerismo.

La opinión pública, según el trabajo de Urios, acompaña al modelo «Menos Estado, más Desarrollo» y respalda la idea que «Más Estado representa más Corrupción», lo cual entiende que el modelo de crecimiento nacional debe darse con sistema público-privado, con un Estado chico y administrador.

Es coincidente a lo que viene pensando una nueva corriente federalista de la política nacional de la mano de los gobernadores Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Alfredo Cornejo (Mendoza) que hace unos días atrás se mostraron juntos en la Convención de la Cámara de la Construcción. Allí los gobernadores expresaron su apoyo a las medidas que permitieron ordenar la macroeconomía, pero también sumaron reclamos por una mayor participación del Estado con una mirada federal

Ante un auditorio completo el gobernador Martin Llaryora planteó en esa oportunidad «¿Conocen algún país que se haya desarrollado sin caminos, sin agua, sin conectividad? Es imposible desarrollarse sin infraestructura y sin obra pública”, resaltó el cordobés que es uno de los mandatarios provinciales que apoyan la aprobación de la Ley Bases y que también está dispuesto a firmar el Pacto de Mayo, que propugna Milei.

Llaryora destacó la importancia de acomodar los números de la macroeconomía argentina y afirmó estar de acuerdo con el RIGI (Regimen de Incentivo para Grandes Inversiones) incluido en la Ley Bases como uno de sus puntos más importantes “porque Argentina tiene futuro, pero para desarrollar eso necesitamos más infraestructura, no menos. Si no desarrollamos rápidamente la infraestructura necesaria para sacar los recursos naturales, no hay plan que sobreviva. Para que un plan económico sea sostenible tiene que tener un plan productivo, que necesita tener infraestructura. En gas, en petróleo, en minería, todos necesitan infraestructura para sacar esos recursos. Necesitamos ferrocarriles para eso, energía eléctrica, un plan productivo y una mirada financiera, pero un plan de obra pública para desarrollarlo”.

En la misma sintonía, el gobernador mendocino Alfredo Cornejo sostuvo, por su parte que se necesita del éxito de gobierno nacional para el crecimiento pero insistió en la necesidad de que haya más diálogo y fue otro de los que mencionó la falta de recursos como uno de los obstáculos a sortear. “Estamos en un nivel de descapitalización de la infraestructura que no se puede recuperar rápido, más en este contexto. Solo el 11% el mercado de capitales hace obras privadas”.

Además, Cornejo dijo que el Estado “no puede estar afuera de la obra pública. Precisamos ferrocarriles, inversiones, la reactivación para la logística para provincias dedicadas a cargas. No hay mercado de capitales para pensar que solo el privado puede desarrollar obras. Proyectos que agreguen valor a nuestras economías”.

Ambos gobernadores coinciden con el modelo transformador que propuso Javier Milei desde el principio, con la reforma laboral, reforma fiscal, modelo de inversiones desde el RIGI… sin embargo, tanto el cordobés como el mendocino expresan (y coinciden) que debe existir una mirada federal y posibilidad de no dejar dormir en una economía conservadora y recesiva.

El reciente trabajo de opinión pública de Anibal Urios marca que la gente ya no quiere al «kirchnerismo» como una opción de gobierno, que se manifiesta claramente en los altos números de imagen negativa que expresan ciertos dirigentes claves del modelo kirchnerista.

Sin dudas, el pueblo argentino está buscando nuevos dirigentes nacionales que los representen, que coincidan con el modelo de país que votaron en la última elección, que identifique las necesidades de la clase media golpeada… ¿Será el tiempo del federalismo de los gobernadores de centro?

No es casual el acercamiento de Alfredo Cornejo con la política de Córdoba, de Schiaretti y Llaryora. Hoy mismo, el armador político de los cordobeses, Juan Fernando Brugge, un hombre perteneciente de los demócratas cristianos que se reunió con el caudillo mendocino. Y los acercamientos son cada vez más evidentes, en una liga de gobernadores donde suman a Pullaro y Frigerio que aplauden ciertos aspectos del gobierno nacional, pero reclaman reacción productiva y social.

Así como Brugge es de los denominados bloque de los legisladores «dialoguistas» que acompañaron la Ley Bases en el Congreso, tanto Emilio Monzó como Miguel Angel Pichetto coinciden con el modelo y las críticas que proponen los gobernadores «de centro».

En la misma sintonía que Cornejo y Llaryora pero mucho más crudo, Pichetto le envió un mensaje al gobierno tras la Ley Bases. «Espero que se ponga a gestionar y trate de recuperar la economía porque hay gente que está sufriendo mucho», dijo. 

“Hay más interrogantes que certezas.”  Eso es lo más suave que dice un primer informe de la Fundación Pensar -el think tank del PRO- sobre el Gobierno de Javier Milei. El documento, firmado por el titular del PRO, Mauricio Macri, y por la nueva presidenta de la Fundación, María Eugenia Vidal, advierte sobre el impacto del ajuste sobre el consumo, la economía, los salarios, sobre la brecha del dólar y le pone una nota baja al gobierno actual.

Macri coincide en el sendero fiscal que ejecuta Luis Caputo, ministro de Economía. En el PRO entienden que es “esencial” un “equilibrio” en las cuentas públicas. Pero, rápidamente, apunta a los números de la actividad económica durante la Fase 1 del Gobierno y dispara: “El ordenamiento duele”. En el segundo apartado, el informe de la Fundación que preside Vidal sostiene: “La actividad y el empleo siguen cayendo y aún no logran recuperarse. Los ingresos no logran ganarle a la inflación acumulada y arrastra al consumo”.

Empieza a asomarse un nuevo eje político que va en la misma sintonía al actual reclamo de la gente y de los sectores productivos nacionales. Es tiempo de prestar atención los movimientos de dirigentes claves de larga trayectoria política y «rosca» como son Alfredo Cornejo, Martín Llaryora, Juan Scharetti, Miguel Ángel Pichetto, Emilio Monzó y hasta el ex presidente Mauricio Macri.

Por Julián Galván