En el 2015, Alfredo Cornejo hacía campaña para su primer mandato para gobernador proponiendo un verdadero cambio en la provincia, chamuyando que era él el elegido para mejorar las condiciones de vida de los mendocinos. En el combo de sus propuestas también prometía combatir la delincuencia con mayor efectividad. Es así como ganó ampliamente las elecciones con una ciudadanía esperanzada y que depositó su confianza
Finalmente los panfletos de campaña se volaron con el viento… y desde aquellas promesas del 2015 hasta hoy, en el 2024, no solo creció el índice delictivo, el narcotráfico sino también la marginalidad en los barrios, producto de la caída de los salarios y la falta de trabajo, y la precarización laboral de las fuerzas policiales, con bajos salarios, sin equipamientos para combatir el delito y en donde cada agente debe comprarse las balas de su propio bolsillo para poder defenderse.
En síntesis «los problemas operativos de la policía» que prometía Cornejo en los panfletos del 2015 no se solucionaron con el tiempo… incluso hoy, nueve años después, se agudizaron. Incluso se suman denuncias de corrupción en las altas esferas de las fuerzas policiales que habilitan zonas liberadas en diversos barrios del Gran Mendoza a cambio de favore$. Lo mismo sucede con el narcotráfico que también juega en ascenso con la complicidad policial y política.
Para peor, muchos aseguran que la actual ministra encargada de la Seguridad de la provincia de Mendoza está «muy verde» para hacerse cargo de la crítica realidad de inseguridad que sufren los mendocinos. «Puede tener muchos estudios académicos, muchos cursos de capacitación realizados, pero no conoce la calle» aseguran algunos de las fuerzas en off.
En realidad, Alfredo Cornejo elige a Mercedes Rus como ministra de Seguridad solo con una finalidad electoralista, ya que piensa que con la que
formó parte del directorio del Instituto de Juegos y Casinos (2015-2019), con una buena propaganda encima, podría ser una gran candidata a intendenta de Maipú en los próximos cuatro años. Lo probó con Néstor Majul y falló… y ahora Alfredo apuesta por una joven para ganarle el deseado bastión al peronismo.
Pero en medio de las ambiciones electoralistas, el pueblo mendocino padece todos los días que les roben en las calles celulares, billeteras, arrebatos de bolsos, cables, medidores de gas, cosas de bronce, entraderas a casas, robo de autos, atracos a comercios… una situación que en los últimos meses es insoportable, casi en las puertas de la conurbanización de Mendoza.
Cabe destacar que el Gran Mendoza engloba casi el 75% de los delitos censados por el Ministerio Público Fiscal. Pero no solo allí suceden episodios delictivos, la impunidad llega hasta las zonas más alejadas de la provincia. La Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi), muestran el accionar de la delincuencia también en las fincas con reportes diarios que evidencian la impotencia y el peligro al que están expuestos vecinos, productores, empresarios y sus familias. “Lamentablemente, las zonas rurales son tierra de nadie; aquí pasa de todo”, coinciden los vecinos de diversas comunas.
En el medio de esta realidad, existe la Policía Rural abocada más a combatir delitos específicos como abigeato, comercialización de ganado sin documentación, faena clandestina y tráfico de fauna, entre otros, por lo que el reclamo ciudadano va más allá de ese cuerpo especial.
A este cóctel se suma la crisis de las fuerzas policiales, que desde hace tiempo vienen denunciando la precariedad en la que trabajan. Con bajos salarios, donde se tienen que comprar ellos mismos las balas que utilizan para disparar, el apriete laboral de sus superiores, callar ante la corrupción circundante, con insumos para combatir los hechos delictivos precarios y móviles policiales destruidos.
En medio de todo eso está Mercedes Rus, sin saber como contener la creciente inseguridad y la corrupción policial, patea la pelota afuera en materia de responsabilidades. En medio del laberinto, la Rus empieza a no asumir su rol de Ministra Provincial y echa culpas a los jefes comunales por el crecimiento del delito. “Los intendentes tienen que dejar de mirar para otro lado con la seguridad”, sostenía la ministra encargada de la seguridad provincial en una entrevista al diario Los Andes.
Frente a la incapacidad provincial y el desborde delictivo, los intendentes tuvieron que rearmarse con sus propios medios para contener la ola de inseguridad en sus municipios. Es así como surgen los preventores locales que, con sus limitaciones legales, económicos y técnicos, hacen algo de contención al caos. A esto se suman los programas de seguridad conformados por vecinos en sintonía con el municipio y la policía, que monitorean y denuncian desde whatsapp delitos, situaciones sospechosas, accidentes viales, emergencias médicas, botón antipánico, entre otras.
No obstante, no existe un verdadero plan integral que combata estratégicamente la delincuencia y la corrupción interna de las fuerzas de Seguridad. Mucho menos el narcotráfico y el lavado de activos… lo cual hace que el panorama sea desalentador con robos más frecuentes y violentos, sumado a la crisis social, la marginalidad creciente, la falta de inversión en obra pública, las zonas oscuras en los diferentes distritos, numerosas cámaras callejeras que no funcionan, falta de personal en las fuerzas policiales y en las zonas de monitoreo.
Mientras tanto, el gobernador Cornejo chamuya para la tribuna en su mundo irreal “Estamos muy comprometidos con funciones que son indelegables del Estado, como dar seguridad, y con una política concreta que viene obteniendo resultados positivos en materia de delitos violentos”. De todas maneras, aclaró: “Aspiramos a que suceda lo mismo en el resto de los delitos y también a seguir bajando los delitos violentos con armas”. Según remarcó, esa tarea no es solo de un gobierno sino del trabajo mancomunado con la Justicia, ya que consideró que “es un sistema que tiene que perfeccionarse día tras día y donde el papel del recurso humano es básico”.
Siguiendo su discurso, el Gobernador reconoce “Por supuesto, siguen ocurriendo delitos que son violentos, como arrebatos, entraderas y demás, y nos proponemos encararlo con inteligencia criminal que los prevenga o que los reprima”.
Por el momento podemos decir que para el gobierno de Alfredo Cornejo se combate la inseguridad con «pauta»,»propaganda» y «silencios comprados»… también con excusas o echarle la culpa al a otro… porque los resultados están a la vista de todos y de cada uno de los mendocinos que viven a diario las malas experiencias de casos de inseguridad. El panorama es desalentador y solo proclama el anárquico mensaje del «sálvense quién pueda».