Está en juego el prestigio del flamante Director General de Escuelas, el superministro Tadeo García Zalazar, si no puede resolver una situación que pone en jaque el futuro de la educación en la provincia de Mendoza.
Como venimos señalando desde hace semana BienCuyano y varios medios de Mendoza, el caso aún sin solución de los más de 500 docentes mendocinos graduados y con el legítimo derecho a poder trabajar que prepotentemente se les niega ingresar al sistema educativo público, por las caprichosas exigencias de un psicofísico que no quiere «ni gordos, ni feos, ni flacos, ni discapacitados, ni con un matiz de voz que no es de agrado personal del evaluador» dentro de su sistema.
Una verdadera vergüenza que el ministro de Educación, Culturas e Infancias de Mendoza no atienda las necesidades justamente de aquellos que conforman las piezas claves del sistema educativo público… es decir, los docentes.
“En términos generales, éste es uno de los desafíos más importantes de mi carrera”, había resaltado Tadeo García Zalazar hace unos días en una entrevista con Luis Ábrego en el programa Lado A, de Radio Jornada. No obstante, aún no entiende que para ello se requiere compromiso y diálogo con los actores que componen ese sistema educativo.
Lamentablemente los hechos demuestran todo lo contrario, ya que esos cientos de docentes discriminados por el racista psicofísico mendocino están denunciando persecuciones, aprietes con mensajes amenazantes, armados de listas negras para que no renueven contratos y actos difamatorios para que no hagan más denuncias y agachen la cabeza con resignación sin la posibilidad de trabajar en las instituciones educativas públicas.
El colectivo de docentes discriminados por la DGE y OSEP viene desarrollando acciones legales en conjunto contra este acto de injusticia de negarles la posibilidad de poder trabajar dignamente y en libertad en los establecimientos educativos públicos de la provincia.
No obstante, hay mucho temor en los docentes y sus familias por estos aprietes por parte de funcionarios del Estado provincial que no quieren que denuncien estas vergonzosas irregularidades. Esas cientos de personas no tienen intereses politicos ni gestar una revolución contra el gobierno…simplemente quieren trabajar de lo que les gusta, con dignidad, para llevar al aula pública sus conocimientos tras tantos años de estudio. Solo eso.
¿El Estado mendocino los quiere lindos y flacos?
El caso es que más de 500 docentes mendocinos sufren la arbitraria discriminación del gobierno provincial de Cambia Mendoza dejándolos afuera del sistema por no cumplir los cánones de belleza 90-60-90 y poseer un tenor lírico a la hora de dar una clase frente a los alumnos!
Aunque parezca un delirio, en la Mendoza actual es así! Desde meses estos cientos de mendocinos están desesperados ante la falta de empatía de un gobierno provincial que les da la espalda y metidos en un laberinto burocrático de papeleos, pruebas y médicos especialistas, donde se les rebotan el examen psicofísico, una, dos, tres, infinitamente, con excusas meramente caprichosas.
Hay que entender que más allá de los títulos habilitantes, si no se supera el psicofísico, el aspirante no está habilitado para ingresar a la docencia u obtener un cargo de titularidad docente.
El gobierno de Mendoza, en complicidad de DGE y la OSEP, están al frente de un perverso operativo de devolución de Psicofísicos “NO APTOS” de manera indiscriminada, arbitraria e injustas, que vienen ocurriendo tras el rechazo masivo por parte de los profesionales (Psicología, Fonoaudiología, ORL. etc.) de Salud Laboral tanto desde OSEP como de la DGE.
«Usted tiene una obesidad tipo 2 lo cual le cuesta desplazarse con normalidad», «su tono de voz no es acorde para la enseñanza en el aula», «aprobó en el área nutricional, pero lamentablemente le surgieron nuevas patologías», son algunos de los caprichosos argumentos que recurren los profesionales habilitantes del psicofísico que gestiona la DGE para rebotarles el ingreso al sistema laboral.
«Este escenario se repite con cada uno de los docentes recibidos que queremos ingresar al sistema educativo público, suplentes que deben renovar psicofísico o suplentes en vías de titularizar. Iniciamos el trámite en Salud Ocupacional de OSEP, obteniendo un desfavorable y desacertado diagnóstico con una devolución negativa, luego de meses de espera resultamos en condición de NO APTO, éste nos inhabilita a la función ya sea por problemas en cuerdas vocales, cervical, psicología, sobrepeso entre otras. Hemos sido derivados a distintos tratamientos para ser reevaluados», expresaron los docentes a BienCuyano.
Además del destrato se suma un oneroso gasto particular que cada docente debe afrontar de su bolsillo para avanzar en el trámite, que, como bien sabemos, finalmente es rebotado arbitrariamente una y otra vez «Los procesos médicos son afrontados de manera particular ya que la obra social de empleados públicos para docentes en actividad cubre solo cuatro meses de sesiones por ejemplo en fonoaudiología y quienes aún no ingresan a trabajar al sistema educativo público y no tienen cobertura de OSEP, lo tienen que solventar de manera particular y con costos elevados, no obstante estos son solicitados de manera reiterativa. Se ha trabajado sobre lo solicitado, obteniendo las respectivas altas y adhesiones positiva a los tratamientos, así mismo se mantienen en un no apto por manejar diferentes criterios médicos que no nos habilitan a la función, es decir, que ningún doctor fuera de la esfera de salud laboral es idóneo, poco respetable ya que no es válido ni los estudios ni tratamientos y mucho menos el diagnósticos como certificar el estar sano» explican los frustrados aspirantes mendocinos que solo piden un trabajo que los dignifique.
«A los 50 años empecé a trabajar con un certificado de un ente estatal, en un cargo docente, cuando quise sacar el Apto Médico para aspirar a un cargo titular desde Salud Laboral me lo negaron aduciendo que tengo Timbre Metálico, lo cual no es ninguna patología. Al ver negada su posibilidad de trabajar en la educación, como docente de nivel inicial, hoy está cuidando a una persona mayor» expresa una de las perjudicadas del sistema.
Por su parte, una docente de Historia pero quiso tener su apto médico desde el principio “Nunca me lo dieron, por lo que aún no puedo ejercer. Me diagnosticaron un hiatus, hice el tratamiento oportuno, me he controlado permanentemente, los especialistas me dicen que estoy bien, pero Salud Laboral no me habilita”.
«Hoy tenemos patrocinio letrado quien nos acompaña y nos sugirió denunciar públicamente estos abusos de las distintas agencias como OSEP, salud laboral, DGE entre otras que de manera violenta y arbitraria nos rechazan pese a presentar documentación que refutan las patologías que se les adjudican a los damnificados. Somos más de 500 familias mendocinas que queremos dignidad, con el derecho a poder trabajar de docentes» exige una de las referentes del grupo.
Los nombres particulares de cada mendocino están reservados por miedo a represalias. Simplemente quieren trabajar pero hoy el gobierno de Mendoza no lo permite, con argumentaciones que trasciende lo médico… por ser gordos, tener un timbre de voz que particularmente no gusta, por feo o porque ese día el profesional dependiente del Estado no estaba con ánimo de aprobar el psicofísico… en fin, el Modo Mendoza establecido, del acomodo y las cometas!