Llevan 40 años viviendo de los curros políticos y van sumando nuevos como meter la mano, en este caso, en la guantera. Desde los clásicos como el registro del automotor que les dieron la gestión a manos privadas te roban el 10% de cada transferencia; a los pícaros policías retirados del Cerpol que se armaron el kiosquito de la verificación para ver la leer y escribir los números de motor en el 08; sigue ATM que se lleva una gran parte en sellos y la anual en patentes (sin devolver un peso en arreglos de la calles de la provincia).
Después se sumó el proveedor de la familia de un político provincial de tachas que metió el negocio en todos los municipios; la avivada de las fotomultas de la municipalidad de Las Heras que lleva multando 88.000 desde la pandemia o sea unos 5.000 millones para Orozco y su campaña; terminando (por ahora) con la famosa RTO dónde se hace pasar a 800 mil automotores por la caja política de los popes del comité y la unidad básica y la reparten los talleres amigos. La base de estos sistemas recaudatorios se justifican con la seguridad vial, aunque todos están armados para que pueda existir un retorno de los privados que se les asignaron las concesiones y la realidad muestra que de seguridad vial no tienen nada.
Es común recibir denuncias por accidentes viales debido a las tachas; motociclistas y ciclistas que han sufrido caídas debido al material carente de adherencia; colisiones dadas por vehículos que deben frenar repentinamente no sólo para reducir la velocidad si no también por el estado y cuidado de sus automotores que se ve comprometido.
Encontramos también una contrapartida de la situación con los vehículos todoterreno que circulan a altas velocidades y realmente son obsoletas para este tipo de vehículos.
Lo que nos llevó a presentar un proyecto de ley, en el año 2018, para que se prohíban el uso de tachas como reductores de velocidad, y se priorice la señalización en los sectores dónde se pretenda disminuir el riesgo por exceso de velocidad, utilizando disco pare, ceda el paso o lo que sea necesario; lo que también se debe acompañar con políticas de educación vial, y manejo defensivo entre otros.
Como se observa últimamente pareciera haber una inusual “invasión” en las calles mendocinas de estos mal llamados “reductores de velocidad” formados por “tachas” refractarias. Se ha visto un gran incremento de estas obras, donde hoy por hoy la circulación normal por los principales trayectos y calles, es realmente imposible hacerlo en manera fluida, incluso ocasionando demoras en estas autovías al producir embotellamientos y ralentizamiento de los automóviles y usuarios.
Es ilógicamente un abandono de miles y miles de tachas que se han puesto y que se han roto, dejando los peligrosísimos bulones para romper las cubiertas del que los pise. Se observa en manera frecuente que gran parte de estos dispositivos instalados son destruidos por el mismo al que son sometidas, demostrando primariamente que no son el método correcto sino también , no aptas para ser sometidas a este uso.
Al ser destruidas la estructura principal quedan expuestos sus sistemas de fijación al asfalto que corresponde a 4 pernos metálicos, que suelen quedar adheridos al suelo y en forma de bulones o clavos hacia la superficie, exponiendo a todos los vehículos a un gran riesgo de romper las cubiertas y perder el control del automotor o tratar de esquivarlos y generar un riesgo de accidente. El abandono de las tachas rotas con los bulones rompiendo cubiertas y el peligro que representa, demuestra que ellos no quieren hacer seguridad vial, sino solo el negocio con el proveedor de tachas.
Las tachas te rompen el automotor, ellos lo saben pero no les interesa mientras ganen dinero. Este sistema de reducción de velocidad mediante tachas significa un gran peligro para los usuarios de motocicletas, debido a que estas tachas no cuentan con superficies antideslizantes como es contemplado por la ley nacional de tránsito en los reductores de velocidad, convirtiéndose en grandes obstáculos y causantes de deslizamiento para los rodados de este tipo.
La circulación constante por vías vehiculares con tachas como sistema de reductor de velocidad no solo son menos placenteros sino que también significan un acelerado desgaste del vehículo promedio que no están preparados para este tipo de exigencias constantes , ya que estaríamos forzando y sobreexigiendo mecánicamente los sistemas de amortiguación como los componentes comprendidos en el tren delantero del vehículo.
Cuando todos los organismos técnicos demuestran que son lo peor para el tránsito, e incluso no tienen las medidas reglamentarias, estamos ante un claro negocio ilegal.
Uno de los puntos donde se basa su afirmación de la ilegalidad de las tachas es que las normas IRAM 3536 1995 establecen que primeramente no pueden tener pernos metálicos, los cuales a simple vista se observan y son los que generan daños en los neumáticos. Respecto a la provincia, ley provincial de tránsito Nº 9.024, artículo 16, establece que todo dispositivo destinado a surtir efecto en la vía pública debe ajustarse a las normas técnicas más avanzadas de seguridad vial, sin más especificaciones ni referencias a las tachas.
Otro de los puntos se basa en la ley de tránsito nacional en su decreto 779/95 ya establece que son delimitadoras y señaladoras y deben usarse para demarcar carriles o áreas prohibidas, no son reductores de velocidad, como se usan actualmente. Expuesto anteriormente el daño común causado en las tachas, en su total destrucción y dejando expuesto sus pernos metálicos de fijación, se observa, que por lo reglamentado por normas IRAM, las tachas utilizadas no cumplen con la normativa vigente.
Porque la ANSV (Agencia Nacional de Seguridad Vial) y su área de seguridad para motos declara, las tachas deben prohibirse como reductores de velocidad, y enumeran todos los riesgos que hay en esta foto.
Por todo esto, buscamos desde el partido verde que se prohíban las tachas como reductores, que cumplamos la ley nacional de tránsito, y que la demora en el tratamiento del proyecto de ley 74359, solo muestra que los dos partidos mayoritarios quieren mantener este curro político que a todos nos afecta, salvo a ellos que les engorda el bolsillo.
* Mario Vadillo, Diputado provincial de Mendoza mandato cumplido y actual presidente del Partido Verde.