El clima en el departamento de Malargüe está muy espeso. No solo porque el intendente Juan Manuel Ojeda está muy preocupado porque los números del apoyo popular no lo acompañarían en su reelección, sino también porque el pueblo malargüino está sin trabajo esperando, en largas listas olvidadas, las promesas «de progreso» y «trabajo» que el propio Ojeda chamuyó en su mandato. Ni Portezuelo, ni Potasio Rio Colorado, ni la megaminería, ni El Azufre asoman seriamente sobre el horizonte más cercano.
En medio de este clima caldeado empiezan a aparecer ataques mafiosos que atentan a la libertad de prensa. Tal es el caso de lo que sucedió durante la noche del domingo 8 de enero, donde dos hombres prendieron fuego con nafta el móvil del medio malargüino Reddes Medios.
Afortunadamente el suceso no pasó a mayores ya que vecinos y automovilistas se solidarizaron rápidamente y apagaron el incendio que se estaba iniciando. en el vehículo del mencionado medio, sonde suele trasladarse el periodista político Rubén Campos, conductor del programa Código Reptil.
Cabe destacar que Código Reptil, el mencionado programa analiza y entrevista la coyuntura social y política de manera crítica hacia la actual gestión de Cambia Mendoza en Malargüe y a dirigentes de distintos espacios políticos. Desde que comenzó el ciclo periodístico en redes sociales se ha convertido en foco permanente de amedrantamientos hacia el medio local y hacia el mismo conductor ya que en reiteradas ocasiones han sucedido distintos tipos de amenazas y aprietes, los mismos cuentan denuncias radicadas en la comisaría local sin haber tenido respuestas en el tiempo.
Ya la fiscal está realizando una investigación sobre los lamentables hechos ocurridos. Mientras tanto, el Consejo Departamental del Partido Justicialista de Malargüe manifestó su solidaridad con el periodista Rubén Campos.
Lo que verdaderamente llama la atención es el insinuante silencio del actual intendente de Malargüe, Juan Manuel Ojeda, sobre los graves ataques a la libertad de prensa y de la cúpula del radicalismo departamental que, pasados los días, aún no se han expresado.