Un nuevo capítulo hemos visto hoy en la gestión del «biri biri». Como venimos argumentando desde hace tiempo, el gobierno de Rodolfo Suarez apunta más a los grandes títulos en los medios pagos de Mendoza que a las realidades.
Mientras que el gobernador Suarez y su director General de Escuelas, José Thomas, plantearon en estos meses de pandemia y escalada de casos de Covid, «la urgente» necesidad de reformar el sistema educativo en Mendoza para hacerla «más moderna acorde a estos tiempos» y «con innovación tecnológica» -sin poner un centavo en el tema- la brecha digital se acrecienta entre los mendocinos y las mendocinas rurales y de sectores vulnerables, donde llega «un hilito de wifi» en días soleados y con viento a favor, de quienes viven en el centro del Gran Mendoza, con un poco (solo un poco) de mejor conectividad. O la brecha digital que va de la mano de la economía, donde dividimos a quienes pueden pagar un paquete de datos para poder acceder a las plataformas que le permitan formarse y las familias que no llegan a fin de mes o los que componen el núcleo de los más de 65 mil desocupados que tiene la provincia. Solo biri biri.

En esa «ola innovadora» se subieron los legisladores del oficialismo mendocino que descubrieron el nuevo mundo (hoy de moda en el universo cool) del «coworking», «los tics», «redes sociales», «trolls», «startup», «hackaton». De esta manera el Ejecutivo «pintó mediáticamente una Mendoza de avanzada», en medio de cloacas desbordadas, barrios sin luz ni gas natural… y presentó el proyecto de Ley que prevé la creación del Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento, que tendrá como objetivo promocionar las actividades económicas que apliquen el uso del conocimiento, la digitalización, la ciencia y la tecnología para la obtención de bienes y prestación de servicios.
Sin embargo, para cambiar la matriz productiva en tecnologías del conocimiento, tal como ambiciona el gobierno de Rodolfo Suarez con su mediático slogan «Tierra del Sol, del Buen Vino y el Conocimiento», es necesario (y básico) invertir en conectividad, accesibilidad para toda Mendoza a una conexión efectiva de internet, incluso en zonas de la Mendoza rural y profunda… y que no solo quede en el territorio que gobierna el sobrino Yayo…

Pero como dice el conocido refrán «En casa de herrero, cuchillo de palo»… el mismísimo director General de Escuelas, José Thomas, que quiere innovar en políticas educativas en un contexto de innovación y nuevas tecnologías en la provincia, lamentablemente hoy no cuenta con buena conectividad en la misma ciudad capital para concretar «ese sueño», incluso el papelón llegó esta mañana en su exposición ante las comisiones de Hacienda de ambas Cámaras sobre la pauta presupuestaria para el ejercicio fiscal 2021.

Allí Thomas fue víctima de la realidad mendocina y el problema de conectividad que padece la provincia tras tantos años de abandono y desinversión. En medio de su exposición «entrecortada» ante los legisladores por problemas de red, por sugerencia del diputado Jorge López, titular de la comisión de Hacienda en la Cámara Baja, tuvo que salir sin imagen y posteriormente no tuvo más remedio que reiniciar su computadora para poder tener una conexión aceptable.
Sin dudas, el director General de Escuelas de la provincia de Mendoza fue víctima de su propio biri biri: No se puede hablar de innovación si no hay una conectividad que cumpla con los requisitos básicos de efectividad (digamos, que simplemente funcione). No solo con «el habla» en los medios se transforma la realidad, también es necesario que el Estado provincial invierta en ese sentido.