¿Para qué sirve usar caso en la bicicleta? La Asociación de Ciclistas Urbanos de Mendoza está juntando firmas para derogar Ley de Seguridad Vial por falta de consenso social

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La ACUM, Asociación de Ciclistas Urbanos de Mendoza, es la organización civil sin fines de lucro conformada por un grupo de ciclistas urbanos que promueven desde el año 2009 la participación ciudadana para la generación de ciudades más amigables con la bici. Desde la entidad afirman que la nueva Ley de Seguridad Vial de Mendoza no cuenta con aval profesional ni licencia social para su implementación y ha generado la recurrente y vieja discusión en el mundo sobre los impactos negativos que genera la obligatoriedad del casco en el uso de la bicicleta como medio de transporte.

La ACUM argumenta que «la normativa no ha tenido diálogo ni consenso alguno con la sociedad civil, ni el resto de la comunidad mendocina de ciclistas urbanos y usuarios de la bicicleta, por lo que alertamos sobre el carácter netamente antidemocrático de una normativa impuesta que no cuenta con licencia social».

«En segundo lugar, reconocemos la situación de vulnerabilidad social del sector de escasos recursos económicos de la comunidad de ciclistas urbanos y usuarios de la bicicleta mendocinos, que van a ser los primeros afectados por una normativa que exige el uso de casco, luces delanteras y traseras con la consiguiente aplicación de multa en caso de incumplimiento», afirman desde la entidad mendocina.

«En tercer lugar, señalamos el error de pretender equiparar a la bicicleta con el transporte motorizado; la propaganda de la normativa mendocina insiste en poner a la bicicleta a la par de la moto; vehículo motorizado que triplica la velocidad de los rodados, con un mensaje confuso a la ciudadanía», argumentan.

En el sitio change.org, la plataforma líder de la web para el cambio social, están llevando a cabo una movida de firmas con una petición dirigida al Secretario de Servicios Públicos de la provincia de Mendoza, Natalio Mema, para que derogue la Ley, bajo estos argumentos que reproducimos a continuación:

«No hubo en el proceso de elaboración de la normativa diálogo ni consenso con los profesionales especializados, organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas, y la comunidad de ciclistas urbanos y usuarios de la bicicleta de Mendoza».

«El uso obligatorio del casco es una medida que atenta contra la promoción del ciclismo urbano y como tal es desaconsejada por organismos como la Federación de Ciclistas Europeos (ECF), el Consejo Europeo de Seguridad de Transporte, el Consejo Vial de Seguridad Vial Alemán (DVR) y la Fundación MAPFRE».

«En ninguna ciudad ciclísticamente amigable del mundo se exige el uso de casco. Por el contrario, donde se ha impuesto la medida como el caso de algunas ciudades de Australia, estadísticas de los gobiernos locales hablan de un 30/40% de disminución de ciclistas urbanos en rechazo a la normativa».

«El rechazo a la Ley de Seguridad Vial es mayoritario y según estimaciones de la Asociación de Ciclistas Urbanos de Mendoza, el porcentaje de usuarios de la bicicleta cumpliendo con las medidas exigidas de casco, luces delantera y trasera no llega ni al 10%».

«La ley exige además que el casco sea homologado, y no ha habido un proceso de instrucción para vendedores, compradores, ni para los encargados de los controles, a fin de determinar que cascos lo son y cuales no».

«La normativa perjudica especialmente al sector de menos recursos económicos que encuentra en la bicicleta la opción más económica de transporte, obligándole a la compra de casco, luces con el costo de mantenimiento de baterías y multas en caso de incumplimiento».

«Una provincia que está haciendo esfuerzos positivos con la bicicleta como medio de transporte como el proyecto de Red de Ciclovías para el Área Metropolitana, y las sendas ciclísticas actuales y proyectadas de los municipios de Mendoza, debe acompañarse de normativas que acompañen al crecimiento del número de mendocinos que elijan a la bicicleta para sus desplazamientos cotidianos. Las iniciativas en materia de seguridad vial deben ir dirigidas a una concientización de efectos positivos, no a una restricción limitante generadora de disidencia, malestar social y merma de usuarios».

«La seguridad vial para ciclistas urbanos y usuarios de la bicicleta se asegura con ciclovías planificadas en base a criterios de movilidad, espacios de estacionamiento e intermodalidad con el transporte público, además de políticas que regulen la velocidad de los automóviles, los verdaderos causantes de los accidentes de tránsito, la contaminación del aire, contaminación sonora y degradación del espacio público».

Si estás de acuerdo, te invitamos a firmar la petición: https://www.change.org/p/secretaría-de-servicios-públicos-de-mendoza-derogación-de-la-ley-de-seguridad-vial-para-la-bicicleta-en-mendoza

 

El uso del caso en bicicletas ¿sirve?

Lo que dice la ciencia

Pocas personas en el mundo han analizado cascos con tanta rigurosidad científica como Brian Walker del laboratorio británico “Head Protection Evaluations”, quien ha dicho al respecto:

“Los cascos para ciclismo urbano están primariamente diseñados para caídas sin contar otros vehículos involucrados. En muchos casos legales que he estudiado donde un ciclista estaba en una colisión con un vehículo motorizado, los impactos potenciales de energía fueron de un nivel que sobrepasaron los que usamos para certificar cascos de competición profesional de motociclismo.

Las pruebas que regularmente se hacen en cascos de ciclismo urbano indican que estos ofrecen una protección similar a un peatón que se tropieza y cae al piso.”

 

Lo que muestra la estadística

“Son muchas las víctimas de accidentes de tráfico que padecen traumatismos craneales, aparte de los y las ciclistas, como muestran estas estadísticas del Reino Unido (muertes por heridas en la cabeza, 1987-91):

Automovilistas 40,5 %
Peatones 39,1 %
Motociclistas 11,9 %
Ciclistas 8,5 %
Mirando objetivamente estas estadísticas, la conclusión lógica es que las personas que van en coche y los peatones ganarían mucho más que los/as ciclistas si llevaran un casco.”2

En Bogotá, una de las ciudades latinoamericanas más ciclísticamente amigables, la ONG “Despacio” hizo un exhaustivo análisis del casco cuyos resultados publicaron este año:

“Las estadísticas para Bogotá no son muy alentadoras al valorar la efectividad del casco, y más bien pareciera que generan efectos contrarios a los esperados. Específicamente, no se encontró evidencia de que el casco tuviera un efecto protector estadísticamente significativo al momento de estar involucrado en un siniestro. Por el contrario, el análisis sugiere que quienes usan casco tienden a estar involucrados en siniestros de mayor gravedad. Esto requiere un análisis más profundo, pero implica que la exigencia del uso del casco no traería grandes beneficios en cuanto a seguridad vial y, por el contrario, podría desincentivar el uso de la bicicleta.”

 

La obligatoriedad del casco en otros países

Como será de sensata la obligatoriedad del uso de casco en ciclismo urbano, que los ejemplos a nivel mundial son contados con los dedos de la mano. Ciclovías hay por todos lados, no hay mayor incentivo al ciclismo urbano que este; por algo se replican a lo largo y ancho del orbe. Los ejemplos de países y ciudades donde se obliga a ciclistas urbanos a usar casco son muy escasos, aunque han dejado lecciones esclarecedoras al respecto.

El caso más reconocido es el de Australia, país que impuso la obligatoriedad en varias de sus ciudades en 1992. Las estadísticas realizadas por el gobierno australiano pudieron comprobar una disminución de un 16% del porcentaje de accidentes fatales de ciclistas, aunque con una reducción de entre un 30 y un 40% de ciclistas, con lo que finalmente el número de ciclistas muertos en accidentes de tránsito terminó aumentando en lugar de disminuir.

Israel por su parte implementó la medida en el 2007, aunque tuvo que revocarla en el 2011 por su ineficacia demostrada por la “Asociación de Ciclistas de Israel”.5

Demás está decir que ni Australia, ni Nueva Zelanda donde también es obligatorio el uso de casco para ciclistas urbanos, ni Israel constituyen potencias mundiales en el uso de la bicicleta como medio de transporte. La pregunta de por que los países con las ciudades más bike friendly del mundo no obligan a usarlo (Dinamarca, Holanda, Alemania) se responde con al menos una pizca de sentido común.

 

Fuente: www.probici.com.ar/blog/2017/12/21/por-que-el-casco-no-debe-ser-obligatorio-en-ciclismo-urbano/