El agua de Mendoza se negocia y se privatiza ¿Qué esconde el convenio de la UNCuyo, el gobierno provincial y la empresa israelí Mekorot que tendrá en sus manos el destino del agua de los mendocinos hasta el 2050?

Actualidad Mendoza

El último gobierno peronista, por intermedio del ex-ministro Wado de Pedro, junto a una comitiva de gobernantes, realizaron un convenio de trabajo con Mekorot, la empresa israelí que cumple un rol clave en el genocidio al pueblo árabe palestino succionando las aguas en sus tierras. Fueron contratos de colaboración firmados entre las provincias, el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y la empresa sionista, en donde Mendoza fue parte firmantes de esas al menos 10 provincias que ya cerraron estos convenios, poniendo en juego la soberanía de nuestros recursos naturales.

Cabe aclarar que la expansión del modelo Mekorot no comenzó con Milei, fue una política sostenida por varios gobiernos y figuras políticas que hoy se presentan como opositoras.

Tanto los gobernadores Rodolfo Suarez y Alfredo Cornejo, sumado al fino trabajo del «gobernador del agua», Sergio Marinelli, llegaron a un acuerdo con los israelitas de Mekorot para que tengan pleno manejo del agua de todos los mendocinos hasta el año 2050. En cierta manera, este «convenio» representa una privatización encubierta del escaso y valioso recurso natural que tiene la provincia.

Mekorot, una compañía de aguas de Israel, le fue concedido por el gobierno de la provincia de Mendoza a través del Departamento General de Irrigación, el asesoramiento para la elaboración del Plan Maestro para la provincia de Mendoza en el ámbito del Convenio Marco de Cooperación, entre la Provincia de Mendoza y el CFI.

La contratación se realizó por medio del Consejo Federal de Inversiones (CFI) y se firmó el 5 de septiembre de 2022. Se acordó que Mekorot preparará un plan integrativo para conservar y gestionar los recursos hídricos de la provincia, considerando todos los tipos de fuentes de agua y demandas (Doméstico, Agricultura, Industria, otros usos), tomando en cuenta los cambios que ya se perciben en la disponibilidad de agua en la región. El objetivo es alcanzar un sector hídrico balanceado y sustentable a largo plazo y minimizar las crisis por escasez de agua.

El objetivo es claro. Marinelli y Cornejo avanzan en la mercantilización del agua, sacando el agua a las fincas pobres para darle a los emprendimientos propios, generando grandes negocios de un recurso natural escaso de gran valor para la minería, y del que los israelíes también se llevarán su buena tajada.

En medio de este entramado de saqueo minero, es necesario avanzar con una pieza fundamental: el agua… y que mejor que tentar a Sergio Marinelli en este gran negoción sin importar las consecuencias que traerá para el futuro de la calidad de vida de los mendocinos.

Es así que el hombre de Alfredo Cornejo, Sergio Marinelli, superintendente del Departamento General de Irrigación de Mendoza y «Gobernador del Agua de Mendoza», entregó nueve permisos de agua en zonas restringidas a empresarios ligados al poder. Uno de ellos, es el empresario mileísta Eduardo Elsztain (a través de su empresa CRESUD S.A.), aquel que alojó al luego presidente durante más de dos meses en el Hotel Libertador, de su propiedad. Los otros permisos fueron para Chimpay La Rioja S.A. -del empresario coreano Young Woo-, Grappolo S.A. -una bodega- y Pedro García Mateo.

El convenio secreto entre UNCuyo y Mekorot ¿Qué se esconde?

Aunque en todas las provincias se presentaron solicitudes de acceso a la información pública, solamente se consiguió acceder a seis convenios —de los diez que se firmaron— y a un solo contrato (el de Río Negro), que es donde “figura la letra chica”, expone Silvia Ferreyra, integrante de la campaña Fuera Mekorot. Entre la información recibida llamó la atención una noticia caduca: el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa) —organismo disuelto por el gobierno de Javier Milei— también había firmado un convenio marco de colaboración con Mekorot, que había concluido en 2021.

Otro ejemplo, el gobierno de Mendoza publicó los informes realizados por la empresa israelí en su jurisdicción, pero mantiene bajo llave los términos del contrato.

En tanto, estudiantes de la UnCuyo agrupados en la Red de Agrupaciones En Clave Roja (PTS Frente de Izquierda) piden que se publiquen todos los textos que impliquen acuerdos o convenios entre el estado provincial, la Universidad Nacional de Cuyo y el Estado de Israel mediante la Ley de Derecho al Acceso a la Información Pública. Realizaron presentaciones formales en la subdirección de Acceso a la Información Pública de la provincia, al rectorado de la UnCuyo y lo harán en diferentes facultades.

La solicitud fue diseñada por el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProdH) y estudiantes de derecho y tiene el objetivo de aplicación de la Ley N° 27.275 para acceder a convenios firmados entre la Universidad Nacional de Cuyo y empresas y entidades públicas o privadas israelíes.

«Según la investigación inicial que hicimos estudiantes de derecho, política, artes, filo y de otras facultades nos encontramos con datos alarmantes. En el 2022 Mendoza firmó un convenio con la empresa Mekorot para desarrollar un plan de conservación y gestión de los recursos hídricos en nuestra provincia. La UNCUYO por su parte brindó asesoramiento técnico y académico; sumándose al plan de Irrigación para modificar las leyes que regulan el uso del agua», señalan los estudiantes universitarios

«Los estudiantes no podemos ser indiferentes, queremos saber si hay mas acuerdos y seguir investigando los que existen, pero sobre todo queremos pelear por la ruptura con cualquier acuerdo que tenga vinculación con el Estado Genocida de Israel! Por eso queremos lanzar una gran campaña en toda la universidad para difundir e investigar como afecta a nuestra provincia y nuestras vidas el Plan por el Agua y los vínculos con Mekorot!», cerraron.

De esta manera, los estudiantes realizaron presentaciones ante la Subdirección de Acceso a la Información Pública de Mendoza, el rectorado de la UnCuyo y anunciaron que extenderán el reclamo a distintas facultades. El objetivo: obtener copia de todos los acuerdos que vinculen a la universidad con empresas o instituciones israelíes, en especial aquellos relacionados con la gestión de recursos hídricos.

El negocio del agua, un interés geopolítico

“Somos la compañía nacional de aguas de Israel”, se presenta Mekorot en su sitio web oficial. Registrada en 1937 con el nombre de Mekorot —“fuentes”, en hebreo—, la compañía antecede en poco más de una década a la creación de ese Estado emplazado en Oriente Medio, en 1948. Para Ferreyra, la constitución de la empresa precede la conformación del Estado de Israel porque surge con “una idea bien clara, planificada, de ocupar el territorio. Sin agua es imposible, es inviable la ocupación”.

El memorándum de asociación que dio origen a la sociedad limitada fue firmado por representantes de la Agencia Judía, el Fondo Nacional Judío, la central sindical Histadrut y el Centro de Agricultura. En este documento, el objetivo de la flamante compañía se explicitó como “ejecutar y hacer todo lo necesario o apropiado para obtener agua, recogerla, venderla, entregarla, distribuirla o crearla”, según cita la organización Stop The Wall. En menos palabras, la propia empresa lo resume: “Water is our business” (El agua es nuestro negocio).

La empresa estatal israelí ha hecho pie en diversos países de África, Europa y Asia y en Estados de Latinoamérica como México, Uruguay y República Dominicana. Esta expansión mundial se explica por “un interés más político que económico”, opina Ferreyra. Aunque el secreto pesa sobre casi todos los acuerdos firmados por las provincias, el acceso al contrato con Río Negro confirma el pago de un millón y medio de dólares a la empresa, mientras que Chubut había acordado una cifra que no alcanzaría —al valor actual— la suma de 230 mil dólares, según una publicación de la CCAI. “No es cuestión de plata”, sostiene Ferreyra.

“La empresa necesita ampliar su marco de acción porque es una empresa que, como todas las empresas imperialistas trasnacionales, necesita expandirse”, opina Ferreyra y señala que una forma de lograrlo es a través de las consultorías que ofrece. Así, más que comercial, el vínculo que establece con otros países “es político, porque necesitan legitimar al Estado de Israel”, apunta Ferreyra. Esa legitimación se realiza “con todo un andamiaje económico, político, cultural y académico”, en el que Mekorot juega un rol importante, al intentar instalar al Estado israelí como “líder en gestión del agua”, afirma.

La propia empresa señala, en su página oficial, que “los logros de Mekorot, a lo largo de los años, la han posicionado como una de las principales compañías de agua del mundo y han contribuido a la consolidación de Israel como una potencia del agua, al igual que es una potencia de alta tecnología, una potencia de defensa y una potencia económica y miembro de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico)”.

Con información del Comité por los Derechos Humanos en América Latina (CDHAL)