El modelo que viene proyectando el gobierno de Alfredo Cornejo en su provincia, la vara que mide la pobreza y la indigencia está cada vez más alta… y justamente la casta en Mendoza se hace cada vez más casta, más chiquita, más cerrada en el feudo.
La marginalidad que se ve a diario en las calles mendocinas recuerdan a los peores momentos de la crisis del 2001: familias revolviendo la basura para encontrar comida, mendocinos durmiendo en la calle o en las ramblas de la autopista, el narcomenudeo en ascenso, el incremento de robos de noche y también a plena luz del día, la precariedad en la que se juntan los mangos para sobrevivir…
Es así que hoy una familia mendocina tiene que reunir ingresos por 633.673 pesos para no ser pobre. En un contexto donde las tarifas de los servicios públicos van en aumento, las prepagas con constantes zamarreos económicos, una inflación interanual en la provincia que ya está en 279% y sólo los alimentos son un 300% más caros que en el mismo mes del año pasado… la realidad es extrema.
La cifra, que ya en enero superó el medio millón de pesos, surge del estudio mensual que hace la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia sobre un grupo integrado por un jefe de hogar de 35 años, su pareja de 32 años y dos hijos, una nena de 8 y un nene de 5.
En tanto, para no ser indigente, ese mismo grupo familiar tuvo que contar con 256.135 pesos para el segundo mes del año.
La Canasta Básica Total, que sirve para medir la pobreza, tuvo un incremento del 14,8% entre enero y febrero y la Canasta Básica Alimentaria, que mide el nivel de indigencia, tuvo un aumento del 13,4%. En un año, la inflación impactó en la CBA en un 303%.
Como se observa, la inflación golpea a los indigentes y, sobre todo, en lo poco que pueden procurarse para subsistir día a día: los alimentos, ya que la inflación anual en este rubro es similar al dato de la indigencia.
En ese alarmante marco, el gobierno nacional de Javier Milei tiene un nivel de asistencia nula en cuanto a la pobreza en las diferentes provincias. Es así que ante su total despreocupación y falta de contención social, ahoga a los comedores populares. Al menos cinco millones de personas en Argentina dependen de la comida que brindan estos espacios comunitarios, pero el Gobierno suspende las entregas de mercadería para revisar el modelo de asistencia.
Sin la asistencia social llegada desde Nación para estos espacios barriales donde miles de personas complementan su alimentación, el gobierno provincial de Alfredo Cornejo siguió entregando mercadería a las familias mendocinas en situación de vulnerabilidad.
En entregas periódicas, los sectores vulnerables de la provincia reciben asistencia alimentaria del gobierno de Cornejo con terceras marcas en productos alimenticios: un aceite, azúcar, una leche, un fideo tallarín, un fideo sopero, una caja de puré de tomate, un paquete de yerba, una caja de mate cocido (yerbiado), una caja de té y un paquete de polenta, es lo que reciben cada semana una familia mendocina para subsistir ante las inclemencias económicas gestadas por Toto Caputo.
Esta emergencia económica que sufre Mendoza, el gasto del gobierno es insignificante en comparación a lo que el titular de la cartera de Cultura, Diego Gareca, derrochó en su Fiesta de la Vendimia 2024, supuestamente austera, de la que hubo muy poca repercusión nacional y bajo turismo: la nueva edición de la Fiesta Nacional de la Vendimia, Coronados de historia y futuro, tuvo un millonario gasto que rondó los 1.500 millones de pesos; donde Ciro y Los Persas y La Delio Valdez le costaron a los mendocinos más de 130 millones de pesos; 300 millones de la tuya para la empresa Estrella Eventos y Espectáculos que una vez más ganó la licitación para montar el escenario en el Frank Romero Day.
Ni hablar de lo que el Gobierno de Mendoza gasta en las raciones diarias para las personas privadas de la libertad en las cárceles locales: los mendocinos pagan de su bolsillo unos $ 6.207,61 por día en raciones de comidas para los presos.
El Ministerio de Seguridad y Justicia y la empresa acordaron semanas atrás adecuar el precio de cada ración a $ 4.718,62 para las raciones consumidas y devengadas desde el 19 de diciembre de 2023 al 9 de febrero de 2024 y llevar a $6.207,61 el costo para las raciones que se consumirán desde el 10 de febrero de 2024 hasta la finalización del contrato o una nueva adecuación.
Esto implica que desde la adjudicación de la licitación a mediados de 2022 hasta el momento, el costo de la comida de los presos en Mendoza tuvo un incremento de aproximadamente el 450%, ubicándose por encima de la inflación acumulada para ese periodo, que se calcula en alrededor del 400%.
De ser así, convengamos que los presos viven mejor que las familias pobres de Mendoza. El gobierno de Cornejo le otorga desayuno, almuerzo, merienda y cena a cada preso… mientras las familias mendocinas reciben una caja de productos, descripta con anterioridad, por semana.
Frente a esta realidad, donde los presos comen más y mejor que los humildes, el único mensaje de aliento del gobernador Cornejo para decirles a estas familias mendocinas en estado total de marginalidad es «no se quejen, es lo que hay».