La euforia de los primeros días del lanzamiento de la precandidatura de Omar De Marchi en su frente armado (a su conveniencia) para intentar llegar a la gobernación de Mendoza, sumado al «pito catalán» que le hizo a Cornejo para llevarse a Daniel Orozco bajo su ala… con el correr de los días se empieza a disipar y el nerviosismo crece por el miedo al fracaso electoral. Tras cuarenta años de postulaciones, como ganso, como PRO, como amigo de Cornejo, como amigo de Macri… casi puede llevarse puesta su carrera política.

El papelón del fin de semana en la Fiesta de la Ganadería de General Alvear demuestra que De Marchi «aún no tiene la vaca atada». Primero la llegada tarde a la fiesta, donde la mesa de su fuerza política La Unión Mendocina no escuchó los discursos de las autoridades locales ni la del gobernador, dedicándose solo a churrasquear tarde lo que había en el plato.
Por otro lado, el episodio a los gritos metido en una entrevista que le venían haciendo al precandidato verde, Mario Vadillo, chicaneándolo y casi reprochándole porque no le regalaba sus 10 puntos de base que los verdes electoralmente tienen como legitima tercera fuerza provincial, para llevarlo al lujanino cumplir su deseo de ser gobernador y engrandecer su ego, desnudaron una preocupante realidad.

En los últimos días, salió a yirar una encuesta «armadita» con números que no cierran (ni siquiera en el total del 100 por ciento) donde intentan instalar a De Marchi en un cabeza cabeza con Alfredo Cornejo, donde en medio de esa ficción, el lujanino arrasaría en todos los departamentos. Solo un deseo muy bien pago, pero que no tuvo mucho rebote mediático.
De Marchi no estudió

Por otro lado, De Marchi cometió un enorme error en el armado politico de su espacio por no estudiar bien el fenómeno neuquino del Rolo Figueroa que le permitió llegar a la gobernación. Es bien sabido que El Rolo era del Frente Popular Neuquino, incluso fue funcionario, legislador e intendente de esa alquimia partidaria que inventaron y gerenciaron los Sapag, no obstante, al ver que le cortaban las alas para llegar a la gobernación, El Rolo rompió y armó una fuerza política inorgánica llamada Comunidad, pero que en realidad, no va a cambiar la historia de la provincia que responde a las millonarias ganancias de Vaca Muerta.

Figueroa realizó un armado electoral quirúrgico con restos del Frente de Todos que no apoyaban la fórmula Ramón Rioseco-Ayelén Gutiérrez, sectores importantes de Juntos por el Cambio, incluyendo al PRO y NCN del fallecido Horacio Quiroga, el Frente Grande, el Partido Socialista y hasta un grupo de autodenominado “libertarios” que apoyaban a Javier Milei pero no a su candidato provincial, Carlos Eguía.
Si bien, todos los dirigentes desesperados por mostrar un éxito (Cornejo, Bullrich, De Marchi, Larreta) se colgaron del triunfo de El Rolo y lo expresaron eufóricamente en las redes sociales… Con el único que se sentó y se sacó una foto Figueroa, con el fresco triunfo, fue con Sergio Massa.
Lo De Marchi es diferente. Porque en estos meses el lujanino fue netamente orgánico con su partido, el PRO. Incluso fue participe y protagonista en el armado politico federal de Horacio Rodriguez Larreta en su aventura presidencialista… que producto de sus ambiciones personales y caprichos, al lujanino le dieron finalmente un rotundo puntapié y lo sacaron del partido. Afortunadamente encontró refugio en el Museo donde le encontraron lugar en una vitrina.


De Marchi, allí encontró otras piezas de ese museo y armó una feria persa donde rejunto massistas, peronistas, los sin tierra del PRO, los sin tierra de la UCR, lilitos, libertarios huérfanos, gansos, sin ton ni son… con una sola idea de sostener el recuerdo de recuperar un kiosquito de poder. Se mezclan con falso engrudo ambientalistas defensores de la 7722 con los asociados a los lobbys megamineros, peronistas de Perón con amigos íntimos de Macri, amigos de Lilita Carrió con fanáticos de Javier Milei… es muy difícil tener un consenso serio para armar un plan de gobierno provincial por más dialogo 24/7 que exista, porque todos desnudan enormes diferencias ideológicas. El mendocino no es tonto, y lo sabe.
La falsa peluca de Milei

Está claro, por lo que demuestran los resultados electorales que se vienen desarrollando en las provincias argentinas, que «el fenómeno Milei» no es tal. Un mal armado politico a nivel federal a solo efecto de recaudar en conferencias. Sumado a un solo puñado de periodistas pagos fanatizados a los gritos en la television porteña, operadores travestidos en encuestas que no quieren que el kirchnerismo gane las elecciones presidenciales, granja de trolls y muchas horas en los medios de comunicación ocupadas en disparates.
El contundente fracaso del candidato de Javier Milei por La Libertad Avanza, Martín Menem (sobrino del expresidente) en La Rioja, quien incluso muchos especulaban a que iba a dar el gran batacazo superando a Juntos por el Cambio, quedó alrededor de 16 puntos por debajo del segundo candidato, siendo un duro golpe para las expectativas del economista ultra derechista. Por un lado, demostró que nadie quiere la vuelta del menemismo y por otro, la figura de Milei no derrama ni federaliza, quedando solo en un simple fenómeno porteño.
La Libertad Avanza viene ya de otros malos desempeños en otras provincias. Tales son los casos de Neuquén y Río Negro. En ambas provincias el candidato quedó cuarto. En la primera, Carlos Eguía obtuvo un 7,98%, mientras que en la segunda, Ariel Rivero alcanzó 9,33%. Se trata además de las pocas provincias donde el libertario (falto de estructuras regionales) tiene candidatos. Ayer Menem en La Rioja obtuvo un magro 15 por ciento.

En ese contexto, un desesperado Omar De Marchi ve que pegarse a la rebeldía libertaria de Milei no le suma ni por fuera del espacio para captar electores fana de El Peluca, ni por dentro, una capacidad ocupada de peronistas y socialdemócratas, lo cual le acortaría las chances a sumar votos provinciales.
Hoy existen muchas razones que inquietan a De Marchi en esta aventura que lo pone al filo del papelón. La violencia del fin de semana fue un verdadero error que solo espanta al electorado. El éxodo en tiempo real «de sus propios» a otras fuerzas políticas. La calle realmente no lo viene acompañando como esperaba y solo es un encapsulado griterío de los propios que se autofelicitan dentro de un termo.
El lujanino no deberá dar más pasos en falsos si quiere competir seriamente frente al enorme y millonario aparato de Cambia Mendoza. Por otro lado, tendrá que recorrer otros caminos para que el ciudadano mendocino no se avive y descubra que finalmente La Unión Mendocina era un temporal «cocoliche» sin plan… un «Vamos Mendocinos» ampliado de 4 puntos.