El Modelo Mendoza ya delata su fracaso, donde los números reales rebaten «el relato». Más allá de la ausencia de obra pública en los últimos años, escuelas y hospitales detonados, la inercia en resolver los problemas de cloacas e irrigación en la provincia, una obra social deficiente, falta de planes de viviendas accesibles para las familias mendocinas… se dieron a conocer el notable ascenso de los índices de pobreza, que superan la media nacional.

El índice de pobreza en la Argentina trepó al 39,2% de la población en el segundo semestre del 2022, según el informe que publicó este jueves el Indec. En todo el país hay más de 18 millones de pobres. En el mismo semestre de 2021 la pobreza fue de 37,3%, mientras que en el primero de 2022 fue de 36,5%. Esto quiere decir que hay un millón de nuevos pobres.
No obstante, el informe revela datos notables en el Gran Mendoza: entre el primer y segundo semestre de 2022, se sumaron otros 34 mil individuos que quedaron por debajo de la línea de pobreza. El promedio local en la principal área metropolitana de la provincia está por arriba del promedio nacional anunciado en la tarde de este jueves por el Indec: mientras que a nivel nacional la pobreza llegó al 39,2%, en el Gran Mendoza ascendió al 41,7% de personas pobres.

Respecto a los hogares en esta situación, el 30,3% no reúnen las condiciones para satisfacer adecuadamente sus necesidades.
Dicho en otros números: hay 435.458 personas en situación de pobreza, viviendo en 105.150 hogares.
En cuanto a la indigencia, en 17.358 hogares (5%) viven 73.586 personas (7%) bajo estas condiciones.
También en este caso se refleja un incremento, ya que en el primer semestre había sido de 4,6% y 3,8%, respectivamente.
En otras palabras, hubo un importante crecimiento de personas indigentes: más de 26 mil, entre un semestre y otro.

Sólo en la comparación interanual, hay un descenso. En el segundo semestre de 2021, la pobreza alcanzaba a 462.428 mendocinos -44%-, mientras que la indigencia impactaba en 74.121 personas.
Las actuales cifras permiten determinar, a su vez, el impacto que han tenido otras mediciones locales. Por caso, la Canasta Básica Total. En el segundo semestre tuvo un aumento del 36,8%, que marca la línea de pobreza, mientras que la Canasta Básica Alimentaria -que define la indigencia- creció en ese periodo un 32,6%.
El componente inflacionario ha sido el principal factor de descenso social. El segundo semestre de 2022 ya partía ya con una inflación elevada: el acumulado en los primeros seis meses a julio era ya del 47,9% y terminó en diciembre con 96,9%.
Caída del empleo privado en Mendoza en los últimos diez años

El informe publicado a fines del 2022 por el Consejo Empresario Mendocino detallaba la situación del empleo en Mendoza y su estancamiento en cuanto al empleo en el sector privado y la caída en el trabajo registrado en comparación al año 2012.
«El desempeño del mercado laboral, y en especial del empleo privado, tiene su correlato en la evolución del nivel de actividad económica, prácticamente estancada en la última década. El EMAE tocó un mínimo en abril de 2020 y ha venido recuperándose desde entonces conforme se volvía a la normalidad productiva, alcanzando en el segundo trimestre de 2022 niveles similares a los de finales de 2011, algo por encima de los valores prepandemia. Esta recuperación se está reflejando en mejores datos del mercado laboral», indicaban desde el CEM.

«La falta de previsibilidad, reglas claras y de estabilidad macroeconómica impacta en la producción y el empleo. El nivel de actividad es débil y volátil desde hace tiempo. Entre 2012 y 2021 el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 2% mientras que el Producto Bruto Geográfico (PBG) local aumentó menos de 1% en el período. Las consecuencias de una economía que funciona mal son palpables: el ingreso por habitante cayó 11% a nivel nacional y 9% a nivel local entre 2012 y 2021. A junio de 2022, el 36,5% de los argentinos y el 38,6% de los mendocinos era pobre», analizaban.
«Una economía poco competitiva y con desequilibrios crónicos no será capaz de brindar oportunidades de desarrollo a sus ciudadanos. Esta situación impacta y es una de las causas de la evidente incapacidad para generar nuevos puestos de trabajo formales en el sector privado, más allá de los datos de los últimos trimestres. Es imprescindible restablecer las condiciones para que Argentina y Mendoza vuelvan a un sendero de crecimiento sostenido y previsible, que promueva la creación de empleo privado que, en definitiva, es una demanda derivada de la producción y de la creación de riqueza», añadieron.
«La tasa de desempleo en Mendoza alcanzó el 5,6% en el segundo trimestre de este año, una reducción de 2,9 puntos porcentuales (p.p.) respecto del registro de hace 12 meses antes, acumulando una caída de 9,7 p.p. desde mediados de 2020, cuando alcanzara el 15,3%. Desde entonces, la tasa de actividad, pero más aún la tasa de empleo recuperaron terreno contribuyendo a la reducción de la tasa de desempleo, que se ubicó nuevamente por debajo del promedio nacional», data el informe.

«Mendoza registra la mayor tasa de desocupación de Cuyo al 2T22, seguida por San Luis (3,6%) y San Juan (3,0%). Entre 2012 y 2022, el desempleo aumentó en San Luis (+1,2 p.p.) y en Mendoza (+0,9% p.p.) y se redujo 2,6 p.p. en San Juan. Con una caída del desempleo de 9,7 p.p., la recuperación postpandemia de Mendoza se destacó entre las provincias cuyanas», sostenía el informe del CEM.