«El sistema educativo se fortaleció. Registramos a 17.000 chicos en la pandemia. El Estado se modernizó. Debemos mejorar, si los chicos no aprenden matemáticas u otros idiomas. Mi obsesión es mejorar la educación», expresó Alfredo Cornejo sobre las políticas educativas desarrolladas en estos 8 años de gestión radical, en aquel febrero de este 2023, cuando anunciaba su precandidatura a gobernador de Mendoza.
Sin ponerse colorado y envalentonado por el aplauso de los obsecuentes de la primera fila, Alfredito siguió dándole rosca «Vamos a gerenciar mejor la educación. Vamos a mejorar la educación y la capacitación, en los temas relevantes y no en lo que quiere el sindicato. Voy a estar de lleno en la DGE para mejorar la educación de los chicos».
No obstante una cosa es lo que se «dice» y otra cosa es lo que se «#hACe». La realidad muestra que más allá de los repetidos anuncios por parte del gobernador Rodolfo Suarez de «inversión y arreglos en infraestructura en las escuelas públicas de toda la provincia de Mendoza», lo que se ve es un verdadero desastre, producto de la desidia de sus funcionarios y el sistemático plan de vaciamiento y desfinanciamiento en materia de educación pública, que los sufren a diario miles de niños y jóvenes mendocinos.
En ese contexto, el precandidato a gobernador por el Partido Verde de Mendoza, Mario Vadillo, viene denunciando desde hace años este desmantelamiento de la educación pública en la provincia y la mala calidad nutricional que la Dirección General de Escuelas le brinda a los alumnos mendocinos disfrazada con el pope de «Meriendas saludables», en base a tortitas de harina y mate cocido lavado.
«Actualmente gran parte de la infraestructura escolar en la provincia de Mendoza no está en condiciones de salubridad aptas para que los chicos y chicas estén yendo a la escuela. No podemos entender como en estos 8 años de Cornejo y Suarez hayan ajustado el presupuesto de la educación. Verdaderamente lo han subejecutado, gastando menos de lo que la Legislatura le da en presupuesto. Esto es porque prefieren sostener el relato del superávit y no estar pagando bien, como corresponde, a todo los docentes y celadores, invirtiendo en infraestructura edilicia, a fin de brindar mejores condiciones educativas y no degradar la educación pública en la precariedad. No hay una sola escuela nueva en la gestión de Suarez. Ellos solo quieren tu voto, mientras te recortan en salud y en educación para los hijos mendocinos», detalla el precandidato a gobernador verde.
A la larga lista de escuelas desastre de la DGE, Vadillo incorpora dos nuevos reclamos de establecimientos donde los chicos estudian literalmente en medio de la mierda «En la Escuela Pedro Nolasco Ortiz, de Corralitos, Guaymallén, los chicos hoy en día están con baños químicos. En otra, la Escuela Santiago del Estero de Godoy Cruz, pasa lo mismo… tienen todo el patio cubierto de líquido cloacal. Los chicos conviven a diario en medio de olores nauseabundos y contaminación, es inaceptable!».
Aseguran que los directivos de las escuelas están agotados de reclamar a la DGE Mendoza sobre las malas condiciones edilicias que no permiten con dignidad el desarrollo de un normal proceso educativo a niños y jóvenes. «No se puede dar clases si la escuela está detonada, sin agua, sin ventilación, con desechos cloacales en el patio, con paneles de techo que se caen a diario e infraestructura sin nada de mantenimiento». Hasta ahora la única respuesta oficial de la DGE es el ninguneo en las soluciones sanitarias urgentes y el apriete para que se dicten las clases más allá de las precarias condiciones ¿Cuándo va a reaccionar la Dirección General de Escuelas? ¿Cuándo suceda un grave accidente?
No obstante, el referente de la tercera fuerza política de Mendoza denuncia que desde el gobierno provincial reciben presiones para que el personal educativo de dichos establecimientos no difundan la realidad de olores nauseabundos y precarios baños químicos «La Dirección General de Escuelas ordenó a los directores de los establecimientos que no permitan el ingreso a los padres de los alumnos para que vean las condiciones en las que están aprendiendo sus hijos».
Los municipios tampoco se hacen responsables de las condiciones edilicias de sus escuelas, ni siquiera acercándoles materiales de limpieza para mejorar las pésimas condiciones sanitarias en que los chicos aprenden. El compromiso y la vocación de los maestros, incluso poniendo plata de su propio bolsillo para comprar productos de limpieza, hacen que resignadamente se dicten clases en medio de la desidia de un gobierno que los ningunea.
«Es esta la política de Cornejo que quiere seguir aplicando en Mendoza, donde su núcleo de poder en base al miedo y el terror a todos los trabajadores de la educación que no les dejan decir lo que realmente está pasando en la educación pública. Hay que verdaderamente ponerle un freno a esta gestapo cornejista con un voto en contra para las próximas elecciones», sostiene Mario Vadillo.