Hasta ahora el gobierno de Rodolfo Suarez en su rol de «achicar el Estado» paradójicamente viene surfeando totalmente al revés… los recortes equivocadamente van en empleados, en infraestructura en Educación y Salud, precarización de contratos, pobres meriendas para los estudiantes, caminos y calles detonadas sin poner un peso en mejorarlas… un chiquitaje económico que nada se compara con las millonadas que se gastan en «Elefantes Blancos» como son Potasio Rio Colorado o la misma IMPSA, en donde el gobierno mendocino viene derrochando millones de dólares y sin ningún beneficio.
En febrero del 2021, Mendoza dio el paso definitivo para controlar los activos que la empresa brasileña Vale buscaba desprenderse desde hace varios años, y que llevó un proceso en el que la Provincia cumplió con todos los mandatos de las leyes vigentes. Con las rúbricas de los ministros de Economía y Energía, Enrique Vaquié, de Gobierno, Trabajo y Justicia, Víctor Ibañez, y de Planificación e Infraestructura, Mario Isgró, y de Eduardo Santana Correia, presidente de Potasio Rio Colorado, los activos de la empresa brasileña empezaron a conformar el patrimonio provincial.

En los hechos, empresa brasileña Vale hacía rato que se había «ido» del proyecto. Lo que faltaba era actualizar los números del emprendimiento tal cual quedó paralizada en el 2013, ya que desde entonces poco y nada cambió en el predio que ocupa en Malargüe, más allá de una inversión cercana a u$d 2.300 millones que los popes de Vale se resignaron a considerar como «costo perdido».
Primero sin mercado para el potasio mendocino (su destino era producir fertilizantes) y luego sin socios capitalistas que ayudaran a sostener el proyecto, la decisión de irse de Mendoza no tardó en llegar.
Este «elefante blanco» en crisis fue absorbido por el gobierno de Rodolfo Suarez con fondos financieros sacados del bolsillo de todos los mendocinos, lo cual se gestó la estatización de la empresa con todo el riesgo económico que implicaba. Si bien los detalles del acuerdo con Vale no se conocieron por una cláusula que mantiene la confidencialidad, sabemos bien que este experimento no fue «un gran negocio» para el pueblo mendocino, pero sí para algunos funcionarios y empresarios amiguis.
Clarifican el negocio las palabras del oficialismo provincial: «Vale tenía costos por arriba de los 500 mil dólares mensuales. Hemos eliminado servicios que contrataban de Buenos Aires y contratamos empresas locales», señalaba hace un año atrás el subsecretario de Energía y Minería, Emilio Guiñazú.

En tanto Mendoza tiene una de las reservas de ese mineral más grandes del mundo, pero los problemas logísticos para su explotación por los costos que implican solo hacen que sea otra «gran promesa productiva» camino al fracaso.
El acostumbrado biri biri de Suarez, con promesas y promesas, ilusionaron una vez más al sufrido pueblo de Malargüe allá por el 2020, en el marco de los festejos por el 70 aniversario del departamento, donde anunciaba la transferencia de la mina Potasio Río Colorado a la provincia “Hay muchos bienes, inmuebles, pista de aterrizaje, tierras y los derechos de explotación de la mina que se transfieren al Estado provincial por más 30 millones de dólares. Es lo que nosotros necesitamos tener hasta que encontremos el socio y ya tenemos varias ofertas desde China, Suecia y varios lugares del mundo para llevar adelante la explotación de la mina. Sin perder el tiempo, nosotros el jueves ya comenzamos a trabajar en este proyecto”, indicaba el gobernador Suarez e iluminaba los ojitos de los malargüinos.

Pero después de tanto cotillón y papel picado de los medios «amigos de la pauta» celebrando este gran «logro» del gobierno de Rody, que anunciaba en su relato «nuevos inversores interesados en poner los US$200 millones para desarrollar un proyecto a una escala 20 veces menor al que tenían en mente los brasileños», finalmente nada pasó, ni ese jueves, ni ese viernes, ni nunca… y el radicalismo más conocido como «los campeones de las excusas» no se hace cargo de los errores propios y echan la culpa a «el otro» o «la coyuntura»: la culpa es de los rusos que invadieron hace 28 días atrás Ucrania, explican.

Así como el gobierno de Rodolfo Suarez se hizo cargo parcialmente de la fundida empresa IMPSA junto a Nación, la utopía de Portezuelo del Viento (sin agua para llenarlo), la inútil expropiación del centro de esquí de Los Penitentes para que quede abandonada, aquí también se metió en un laberinto difícil de salir y que a ningún inversionista del mundo le interesa arriesgar en el fracaso ¿Vale la pena derrochar millones de fondos públicos en aventuras empresarias sin un estudio serio de planificación?
