En febrero de 2018 la municipalidad Godoy Cruz, de la aplaudida gestión de Tadeo García Zalazar, anunció la construcción de la Autopista Urbana, una importante obra que atraviesa la comuna y une Luján de Cuyo con Mendoza Capital.
La inversión para esta autovía urbana del oeste ha sido de 300 millones de pesos y fue adjudicada a una UTE compuesta por las empresas Ayfra, San José y Procom. El financiamiento proviene del Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional que aporta la totalidad del monto para que luego se devuelva entre la Provincia (70%) y la comuna (30%).

La misma fue planificada como «una alternativa para descomprimir los 36.000 vehículos que a diario circulan por el Corredor del Oeste», comentaron desde la comuna de Godoy Cruz.
Sin dudas, una «gran idea» urbana que podría ayudar a cientos de godoycruceños que se trasladan en autopista por los barrios privados de la zona. No obstante «la alegría» no es pareja para todos. Una vez más Tadeo se olvida de los barrios populares y de algunos vecinos… como el caso de los marginados habitantes del barrio Arrayanes II, que desde años vienen reclamando al Municipio, producto de una pésima construcción de la obra en cuestión, numerosas pérdidas de agua producto de roturas de caños maestros, ausencia total de veredas y hasta angostos sectores donde poder estacionar en las viviendas. Todo mal!

El barrio Arrayanes II tiene más de diez años y está habitado por 25 familias. Sin embargo nunca fue entregado oficialmente por el IPV, por lo que algunas de las casas cuando fueron habitadas no tenían techo ni piso. Un territorio «maldecido» por el Municipio de Tadeo García Zalazar, que convirtió con la pésima construcción de la autopista en un barrio con una verdadera «pista de carreras» con autos descontrolados y potenciado con la falta de veredas que pone en juego, a cada hora, la vida de madres con sus bebés, adultos mayores que no les queda opción de caminar por la calle a su ritmo, niños y adultos.
Los «cráneos» municipales que habilitaron la «gran» obra, permitieron que se redujera la calzada de 12 a tan sólo 5 metros de ancho, lo cual «inventar» una vereda en esa cuadra es imposible e incluso tratar de que un vecino estacione su auto en su propia casa es casi una proeza de «Tetris».
Imaginen un momento al intendente Tadeo García Zalazar, un apasionado de las bicicletas, que se le ocurriera recorrer esa zona del barrio en cuestión, sin veredas y un tránsito fluido, junto a sus amigos ¿Cuánto tardaría un coche en llevárselo puesto con bicicleta y todo? Bien, ahora imaginen a una madre con su cochecito de bebé que no puede trasladarse por una vereda que no existe…

Si bien no ha pasado ninguna tragedia aún, el peligro es constante, las familias deben caminar por el costado de la calle en una zona donde el tránsito de vehículos es constante ¿El intendente Tadeo García Zalazar estará esperando una tragedia para accionar? Por los hechos parece que sí, porque los vecinos lo vienen denunciando durante años y nunca tuvieron solución.

Los trabajos se hicieron mal desde el principio y nadie se hace cargo. Los operarios en la construcción de esa pésima obra, rompieron un caño de vidrio de cemento que lleva agua y lo taparon precariamente, lo cual, al ser emparchado todo el tiempo, se rompe constantemente.

Frente a esta desidia urbana, los vecinos del Barrio Arrayanes II presentaron una nota en la comuna para exigir información pero nunca recibieron respuesta.

Según aseguraban el año pasado, esta megobra estaría terminada en este mismo junio de 2020, no obstante, está a la vista que aún falta mucho por hacer. En su momento, el intendente Tadeo García Zalazar aseguró que la construcción «será más importante de los últimos 20 años» y que permitirá descongestionar el tránsito en la zona.
Más allá de pintar de «morado» y hacer bicisendas, lamentablemente tenemos que decirle al amigo Tadeo que su «gran obra» se hizo mal… una pena. Las familias godoycruceñas del Barrio Arrayanes II esperan menos «chamuyos» y más urgentes respuestas suyas!