En busca de bajar la inflación, en especial en los precios sensibles para el bolsillo de los argentinos, el Gobierno Nacional anunció la apertura total de las importaciones de alimentos.
Entre los principales productos beneficiados se encuentran: banana, papas, carne de cerdo, café, atún, productos de cacao, insecticidas, shampoos, pañales, entre muchos otros productos.
Esta acción representa un primer paso al modelo económico de convertibilidad de los años 90, que regresa con fuerza a nuestros días. No es casual que su cuadro esté puesto en el Salón de los Próceres de Casa Rosada.

Está claro que esta medida de apertura indiscriminada y sin trabas de productos llegados del exterior, ya repetida durante el gobierno de Carlitos Saúl, perjudica directamente a los pequeños y medianos productores locales y todas las empresas alimenticias que trabajan solo del mercado interno.
El BCRA reducirá el plazo de pago de importaciones de alimentos, bebidas y productos de limpieza, cuidado e higiene personal: pasarán de un esquema de pago en 4 cuotas a los 30, 60, 90 y 120 días a un plazo de pago en una sola cuota a los 30 días.
En ese sentido el ministro de Economía, Luis Caputo, defendió la medida que habilita la importación de alimentos para propiciar la libre competencia.
“Hay precios que no pueden estar ahí, es un empujoncito para que empiecen a bajar”, sostuvo Caputo al disertar en la Cámara de Comercio de los Estados Unidos.
“Imagínense que alguien que llega rascando a fin de mes, le sacamos Precios Justos, Ley de Abastecimiento, Ley de Góndolas y las cosas salen 50% más que en Estados Unidos”, graficó.

Y continuó: “Se van a preguntar: ¿Éste es el modelo? No estamos pidiendo una baja, pero que reflejen más o menos las condiciones que estamos viviendo”.
“Hay que dar un empujoncito para que puedan negociar con los productores, forzar la competencia. Este momento lo amerita”, insistió Caputo.
Posteriormente, el mismo presidente Javier Milei fue entrevistado en Radio Mitre y se refirió a la inflación de febrero, y a la medida que tomaron para frenar el impacto en los bolsillos de los argentinos. Explicó que «la única forma» de hacer que las empresas bajen el costo de los productos «es generando competencia».

La medida alcanza a algunos productos de la canasta básica y tiene como fin «ayudar a la corrección de precios y acelerar su normalización, hacerlos más competitivos, en beneficio de las familias y los consumidores», dijo.
«Dado que las empresas del sector no quieren corregir los precios la única forma para hacerlo es generando competencia», declaró Milei.
Cornejo y sus pantalones bajos

Ante la desesperación de que el gobierno nacional le largue algún billete, Alfredo Cornejo entra a Casa Rosada con los pantalones bajos aceptando estas políticas económicas de importación que perjudican directamente a los productores agropecuarios mendocinos y los de la industria vitivinícola.
Billetera mata mendocinos, es la actitud de Cornejo ante estas medidas que
afectan a la competitividad de las empresas locales y genera un “trato desigual” con las multinacionales.
En plena conferencia ante los empresarios norteamericanos en el foro de AmCham, el gobernador mendocino Cornejo dijo que la medida «va a generar un debate en toda la industria alimenticia», destacando que «el cambio de modelo de un sistema económico, muy regulado y con poca competencia, trae problemas si queremos salir de ahí».

«No me parece que sea tan grave, pero si me parece que va a haber cimbronazos. En línea general estoy de acuerdo con que haya libertad de mercado y eso también incluye sobre el sector externo», indicó.
¿Qué dirán de Cornejo los productores olivícolas mendocinos sobre esta visión de libre competencia? ¿Y los del tomate? ¿Y los vitivinícolas?
De radical y defensor del pueblo trabajador tiene poco y nada… Alfredo siempre juega para la casta y los grandes grupos económicos.