En las calientes semanas de disputa salariales entre el gobierno de Mendoza y el sindicato docente SUTE, hubo un intenso tiroteo de chicanas de un lado y del otro del mostrador.
En declaraciones a Radio Jornada, el director general de Escuelas, José Thomas, se había referido a los días perdidos de clase en medio de varios días de paro docente y había aprovechado la oportunidad para apuntar al SUTE como «un sindicato kirchnerista».
«En ningún momento me referí a los docentes, me referí directamente a un sindicato que está poniendo en el medio a los chicos y los más vulnerables. Es una irresponsabilidad absoluta lo que están haciendo,» Y siguió, «Estamos en una situación delicada, en la que Argentina tiene una inflación galopante y tres ministros de Economía. Y todo esto, es problema del partido político al que el gremio pertenecen, por esto ellos deberían ser más cautos, tienen que llevar tranquilidad y menos preocupación a la población», afirmaba por entonces el funcionario provincial.
Y había agregado «Yo dije claramente que el kirchnerismo desprecian la presencialidad, yo tuve un año y medio de consejo federal contra el kirchnerismo para abrir las escuelas, por eso nadie me puede decir lo contrario. Nunca diría que los docentes no quieren la presencialidad, porque en Mendoza las escuelas se abrieron gracias a los docentes y directivos y fue un ejemplo en el país. El gremio es mal intencionado y les conviene generar una grieta, damos cuatro propuestas, nos piden un acuerdo por arriba de la inflación y llegamos a un porcentaje aceptable. Estamos ofreciendo algo que vamos a poder pagar, porque también tenemos ejemplos en la provincia del kirchnerismo que no pagó los sueldos».
Finalmente hay que decir que José Thomas tiene toda la razón. El sindicato docente SUTE es cooptado por el kirchnerismo y la última foto con Roberto Baradel junto a Gustavo Correa, secretario general de CTA Mendoza y secretario gremial de SUTE y Carina Sedano, secretaria general de SUTE, hablan por sí solo: la disputa no era únicamente salarial en defensa del derecho docente sino también una postura distorsionada con objetivos políticos del propio kirchnerismo.
La sugestiva foto se dio ayer lunes cuando integrantes del SUTE, CTERA y CTA presentaron una queja ante el Comité de Libertad Sindical de la Organización Internacional del Trabajo en contra del Estado Argentino por la flagrante violación de la Libertad Sindical, en concreto de los Convenios 87 (artículos 3 y 11) y 98 (artículo 1) en que ha incurrido el Gobierno de Mendoza al descontar el Ítem Aula, el Ítem Compensación Paritaria 2022 y las asignaciones familiares a las trabajadoras y los trabajadores de la Educación que adhirieron a las legítimas huelgas, de los días 26 y 27 de julio y 08, 09 y 10 de agosto.
El documento cuenta con las firmas de Sonia Alesso (Sec. General de CTERA) y Roberto Baradel por la CTA Nacional.
Thomas ya lo había anticipado semanas atrás: «No traigamos con Gustavo Correa el modelo de Baradel, no es el modelo de Mendoza».
Y había agregado en esos días calientes de agosto «Baradel que desde que asumió en SUTEBA dejó 180 días sin clases a los chicos más vulnerables de la provincia de Buenos Aires. Eso no es Mendoza, eso no es modelo de Mendoza y no queremos que nos lleven a eso»
A lo que por entonces, Víctor Ibáñez, ministro de Gobierno, Trabajo y Justicia, remató: «Resulta que Gustavo Correa (secretario general de CTA Mendoza y secretario gremial de SUTE) no solamente rechaza la propuesta, sino que lo hace sin una sola consulta. Esa decisión de Correa responde a un mandato político del kirchnerismo de La Cámpora, de su relación con Cristina para generar tensión social en Mendoza».
