Mendoza en medio de la encrucijada ¿Se animará a avanzar en un Frente Amplio que genere ese «Gobierno de Diálogo» que ni Suarez ni Cornejo pudieron lograr en estos 8 años?

Actualidad Mendoza

En el 2015 la provincia de Mendoza atravesaba en una enorme crisis financiera, con una deuda imponderable que variaba entre los 2 y los 6 mil millones de pesos según el oficialismo y la oposición. No se había cancelado el pago a los proveedores en áreas esenciales como la salud y estaba en peligro los salarios de fin de año y otras partidas presupuestarias, lo que reflejaba una delicada situación y un clima verdaderamente caldeado. Hasta la misma presidenta Cristina Kirchner le había soltado la mano al por entonces gobernador Francisco Paco Pérez, del «supuesto» mismo color político.

En ese contexto, Alfredo Cornejo aprovechó el debilitamiento de un gobierno peronista metido en un callejón sin salida y armó una coalición multipartidaria conformada por el radicalismo, el PRO liderado nacionalmente por Mauricio Macri, la Coalición Cívica de los lilitos, la fuerza nacionalista de izquierda de Libres del Sur, el massismo, los socialistas, los demócratas, el Partido Fe del Momo Venegas, entre otros. Verdaderamente era una fuerza política ecléctica que lo único que pretendía era ganar las elecciones… Y lo logró con creces! Con el 48 por ciento de los votos Alfredo Cornejo termina siendo el gobernador de Mendoza.

Con el correr de las semanas de gobierno de Alfredo Cornejo, lo que era una coalición de varios partidos que participaban activamente en una gran mesa política, el escenario participativo empezó a encogerse… terminando en una mesita de café netamente radical en un boliche de Godoy Cruz.

Al terminar la gestión gubernamental, Alfredo Cornejo controlaba todos los poderes del Estado; a dedo armaba y desarmaba dentro de su propio partido radical y borraba a los correligionarios locales que le hacían sombra; aquellas fuerzas políticas que conformaban ese Frente multipartidario denominado Cambia Mendoza terminaron siendo solo una foto decorativa de campaña, coloridos aplaudidores que realmente festejaban las decisiones de una sola persona.

Durante la llegada de otro radical a la gobernación de Mendoza, Rodolfo Rody Suarez, nuevamente se retomó la idea de una apertura democrática y republicana de las distintas fuerzas políticas que mediáticamente se denominó «Gobierno de Diálogo». Muy lejos de ello, Alfredo Cornejo manejaba desde las sombras y a control remoto un gobierno sin ideas que pululó durante 4 años realizando solo una continuidad de tareas administrativas.

Durante el 2020, el gobernador Rodolfo Suarez tomó una iniciativa y amagó con la conformación de un Consejo Económico, Ambiental y Social que apuntaba a convertirse en un órgano de discusión y consulta que intentaba ayudar a pensar la Mendoza del futuro. Estaba integrado por representantes de la Legislatura, el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, sindicatos, cámaras empresarias y credos, pero también se habían invitado a formar parte a los exgobernadores de Mendoza. Entre ellos, el mismo Francisco Paco Perez. Verdaderamente el encuentro «de ideas» nunca prosperó y solo quedó expuesto en una bella foto y un par de artículos en los portales mendocinos. Todo fue un enorme chamuyo para la gilada, ya que el diálogo solo se convirtió en un simple monólogo cornejista.

Reunión Consejo Económico, Ambiental y Social de la provincia de Mendoza.

«El Gobierno de Diálogo» sobre los temas importantes de la provincia de Mendoza es una gran iniciativa republicana y democrática pendiente que ni Alfredo Cornejo ni Rodolfo Suarez lograron concretar en estos 8 años de gestión de Cambia Mendoza.

Al no adquirir esa capacidad de grandeza democrática de escuchar e intercambiar ideas con los dirigentes que conforman la amplia mesa política de la provincia, verdaderamente podemos decir que este modelo de Cambia Mendoza fracasó en los 8 años de autocracia provincial. De a poco las distintas fuerzas políticas que conformaban esa coalición fundacional local se fueron yendo con total desilusión y embroncados por la falta de diálogo. Nada de lo prometido en esas entusiastas campañas electorales del 2015 prosperaron y de a poco todo se fue oscureciendo a morado profundo.

Pero todo puede cambiar. Estamos a horas de vivir un momento histórico en la provincia. Gestar un verdadero frente multipartidario que recupere esa idea de horizontalidad política que el cornejismo no pudo lograr… potenciar la convivencia democrática y republicana con variedad de matices de ideas que alimenten un diálogo institucional maduro para sacar la provincia adelante en los temas centrales que le preocupan a los mendocinos y que deben resolverse con urgencia: creación de fuentes de trabajo, desarrollo productivo, asistencia integral en salud, calidad educativa, desarrollo de infraestructura y obra pública, una obra social con compromiso que cumpla con las coberturas de sus afiliados, planes accesibles para las familias mendocinas en viviendas, respaldo a los emprendedores que apuesten por Mendoza, acciones concretas para combatir la inseguridad y el narcotráfico, que se pulverice los más de 40 por ciento de pobreza en la provincia, gestión que proteja los recursos naturales, que tenga un plan integral de desarrollo del agua sin versos, que mejore la calidad del transporte público y de los servicios públicos en general, que mejore la calidad de las vías de acceso sin entrar en el curro de los peajes, entre otros tantos paradigmas que este Cornejismo no pudo resolver en estos 8 años de gestión con una calidad de vida precaria de sus habitantes.

Para ello se necesita un frente amplio compuesto de diversas fuerzas políticas comprometidas para avanzar en un verdadero cambio, con humildad, respeto por el otro, capacidad de escuchar, sensibilidad social y desde ya mucho trabajo en conjunto con objetivos y planes concretos.

Los mendocinos tienen en sus manos el enorme desafío de que la provincia se anime a dar realmente un salto de calidad institucional, de virar a una gestión que apueste al futuro y no que quede en el pasado de los mismos que dejaron a la Mendoza en un estado somnoliento bajo el mandato de un líder caprichoso que construye su poder con ideas gastadas, desde el odio y el miedo.

Por Julián Galván